Repuntan en España los fallecidos por coronavirus: 743 muertes en 24 horas y ya hay más de 140.000 infectados
La cifra de muertes diarias por coronavirus en España sigue creciendo. Según el último balance del Ministerio de Sanidad, 743 personas han fallecido en las últimas 24 horas, lo que eleva el número total de muertes a 13.798. Este lunes se registraron 637 nuevos fallecimientos, después de que el domingo se registraran 674 fallecimientos desde el sábado. Sin embargo, estas cifras había que tomarlas con cautela ya que el lunes suele recoger el efecto ‘fin de semana’, como así se ha confirmado. La cifra de este martes supone un nuevo repunte tras cuatro días consecutivos de caídas.
El número de casos confirmados es de 140.510, 5.478 más que este lunes. Además, 7.069 pacientes han ingresado en UCI. Esta cifra no es homogénea, ya que algunas comunidades- Madrid, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana – informan del número de personas que actualmente se encuentran en cuidados intensivos, mientras que en el resto indican aquellos que, en algún momento desde el inicio de la epidemia, han sido atendidos en estas unidades. Asimismo, 43.208 personas han superado la enfermedad, 2.771 más que el día anterior.
Por comunidades, Madrid sigue siendo la más golpeada: suma 40.469 contagios confirmados, 5.371 fallecidos y 1.491 pacientes en UCI, además de 18.410 curados. Le sigue Cataluña, con 28.323 infectados, 2.908 muertes y 2.391 personas que, en algún momento, han pasado por cuidados intensivos. En esta región, 10.738 personas han superado la enfermedad. En tercer lugar un día más, se sitúa Castilla-La Mancha, con 11.077 casos confirmados y 1.177 fallecimientos, además de 360 pacientes en UCI. Le sigue Castilla y León (9.581 contagios, 982 fallecidos), País Vasco (9.021 casos y 586 decesos) y Andalucía (8.767 infecciones y 528 fallecimientos).
La pandemia sigue extendiéndose por todo el mundo. No obstante, hay ciertas noticias esperanzadoras, como que China no haya registrado nuevas muertes en su territorio durante este lunes, según informó la Comisión Nacional de Sanidad del país. Además, los casos graves de infectados se redujeron hasta los 211, la cifra más baja desde enero. Hasta la pasada madrugada se diagnosticaron 32 nuevos casos, todos ellos provenientes del extranjero, frente a los 39 (38 de ellos «importados») registrados en la víspera, siempre según las autoridades sanitarias.
Más de 1,3 millones de personas se han contagiado en el mundo, más de 74.000 han muerto y unas 284.000 han superado la enfermedad, según datos de la Universidad Johns Hopkins.
La polémica en España se traslada al recuento de los fallecidos. El Gobierno admitió este lunes fallos en el conteo oficial y anunció que se han tomado medidas. El ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, atribuyó esas deficiencias a «limitaciones informáticas» del sistema empleado por los registros civiles que, aseguró, se «están corrigiendo».
Antes, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha había publicado un recuento según la información de los registros de las cinco provincias de la comunidad en el que el número de fallecidos por coronavirus o posible coronavirus se elevaría un 69, 7% en relación a los datos facilitados por el Ministerio de Sanidad (1.132).
Las rectificaciones del Gobierno sobre el Covid-19 generan un caos en el protocolo
El protocolo de actuación para atajar y tratar la pandemia del coronavirus ha sido una camino de medidas y de contradicciones. En ocasiones, las decisiones del Gobierno de España chocaban de frente con las recomendaciones de la OMS. Desde la identificación de los casos hasta el uso de mascarillas. Lo que ayer era imprescindible, hoy es prioritario para salvar vidas. Hasta ahora los modelos matemáticos han sido más fiables que los datos oficiales. El fin del confinamiento pasa por más pruebas y más mascarillas.
Asintomáticos
De vida normal al aislamiento en las «arcas de Noé»
El Gobierno y las comunidades han llenado sus estadísticas de enfermos, no de contagiados. España no ha sido Corea de Sur, un ejemplo en la detección de positivos. «Los asintomáticos, vida normal», era el mantra que se repetía a finales de febrero y principios de marzo desde Salud Pública en función de las directrices marcadas por la OMS, que pronto cambió su discurso para poner la lupa sobre aquellos pacientes leves o indetectables. Desde este fin de semana, el objetivo del Gobierno es crear «arcas de Noé» para aislar a los positivos asintomáticos. Estas instalaciones tiene un doble uso: recluir a los infectados antes de que desarrollen síntomas y permitir a los que están en la última fase esperar el negativo en un recinto cerrado en lugar de volver a casa. El 16 de marzo, la revista Science, publicó un artículo en el que desveló que el 79% de los infectados en China venía de una cadena de asintomáticos: «Se necesitaría un aumento radical en la identificación y aislamiento de las infecciones no documentadas para atajar el Covid-19».
El médico alemán Clemens Wendtner realizó una estudio –publicado en Nature– sobre nueve de los contagiados en la empresa Webasto –fueron infectados por una compañera china–. El Covid-19 se multiplica mil veces más en la garganta que el SARS. Un dato que hace que los asintomáticos sean bombas de relojería. El Gobierno va ahora a la captura de enfermos a los que habían minusvalorado al inicio. Además, los quiere aislar para romper las cadenas de contagio. Hasta hace unos días, la recomendación era quedarse en casa.
La reclusión, bien sea al inicio de la enfermedad o una vez superados los síntomas, choca con el protocolo del alta hospitalaria –que no médica– a aquellos positivos a los que se enviaba al domicilio para terminar de recuperarse. La falta de espacio en los hospitales obligaba a tomar medidas extremas. Los matemáticos han demostrado que los estimaciones reales multiplican los datos oficiales. El Imperial College de Londres apuntaba que en España hay siete millones de positivos. La Politècnica catalana estima que el primer día del estado de alarma, los españoles infectados eran 1,2 millones. Con esta proyección, hoy en día el total se situaría por encima de los tres millones en España.
Pruebas
La reprimenda de Tedros Adhamon: «test, test, test»
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias, Fernando Simón, anunció el 15 de marzo que el Gobierno iba a dejar de hacer pruebas a personas con síntomas leves por coronavirus. La razón, más que científica, la falta de material para realizar un seguimiento a la población. Las palabras de Simón, un médico reputado, chirriaron al inicio de estado de alarma.
El director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, sólo tardó unas horas en destrozar el nuevo protocolo marcado por España. Lo resumió en tres palabras: «test, test, test». Decenas de miles de posibles infectados han esperado en sus domicilios una prueba. En muchos casos han pasado la enfermedad sin una visita médica. Ahora, el Gobierno de Sánchez trata de localizar a todos los casos posibles con pruebas rápidas y tratar también de identificar con test de anticuerpos a aquellos que hayan pasado la enfermedad. La inmunidad es el mejor aval para cualquier país y la administración parece que va a centrarse ahora en conocer quién ha pasado el coronavirus.
Mascarillas
De innecesarias a esenciales para volver a salir a la calle
La mascarilla ha sido el gran dilema de la pandemia. En los países asiáticos forma parte ya de la indumentaria diaria pero en Europa se le ha dado una importancia relativa. La OMS, hasta hace unos días, sólo recomendaba el uso de mascarillas a los positivos por coronavirus y a quien tuviera tos y fiebre. El protocolo ha cambiado y en el horizonte, como señaló el ministro de Sanidad, Salvador Illa, apuntó se baraja recomendar su utilización «aunque no podemos exigir lo que no se pueda cumplir». Para evitar los contagios, la mascarilla adecuada es la quirúrgica –la de color verde– que protege de dentro hacia afuera. Esta permite que las personas no infecten a otras. Las FFP2 y FFP3, que son blancas y gruesas, se recomienda para el personal sanitario, para evitar que se contagien de los enfermos.
Recuperados
Un descontrol para certificar la eliminación del Covid-19
A finales de febrero era inamovible la condición de tener dos negativos en 48 horas para estar recuperado del coronavirus. La seguridad dio paso a la necesidad y el 11 de marzo, ante el aumento de casos y la falta de personal, el Ministerio de Sanidad redactó un protocolo nuevo por el que un infectado leve sería dado de alta con una sola prueba negativa. La normativa se ha relajado de tal manera que ahora incluso se plantea que un enfermo que encadene dos semanas sin síntomas se puede dar por curado. España es el segundo país del mundo en casos positivos, muertos y recuperado. Hay pacientes que, en el epicentro del caos, hasta se han tenido que hacer las pruebas ellos.
Además, en un principio con los dos negativos la recomendación de Salud Pública era que el paciente podía hacer vida normal y volver reunirse con su familia pero, coincidiendo con el inicio del estado de alarma a mediados de marzo, la nueva orden fue que el paciente recuperado tendría que estar al menos una semana más aislado como medida de prevención para evitar nuevos contagios en el seno familiar. La realidad es que casa recuperado ha vivido su vuelta a la normalidad de una manera diferente.
gran post, gracias por esta información
La OMS está diciendo, erróneamente que el virus no se transmite por el aire, cuando otros estudios alertan que sí lo hace. Esta afirmación que hace la OMS es bastante peligrosa e induce a errores. Si bien si reconocen que el virus si se transmite por gotas de saliva. Y esas gotas de saliva están en el aire al respirar, hablar o toser. Se refiere a que el virus no está directamente en el aire en suspensión. Si no dentro de gotitas de saliva. Pero por el aire si que viaja esa saliva. De aquí sale la medida de mantener… Leer más »
Morir por una simple mascarilla de tela casera, que habría sido suficiente en la mayoría de casos para evitar el contagio, y un gobierno diciendo que no hacían falta. Espeluznante
Que horror todo esto…