Los productos naturales para el cuidado de la piel y su eficacia
La belleza natural está en aumento. Se puede ver en las redes sociales, donde los influencers afirman que el hecho de utilizar una cosmética limpia ha ayudado a que su piel se vea mejor que nunca. Se puede ver en los estantes de las tiendas, donde un sinnúmero de productos se comercializan junto con fotos de plantas y vegetales y usan jerga como “no tóxico”.
Y cada vez más gente está interesada: hasta el 50 por ciento de las mujeres buscan ingredientes totalmente naturales u orgánicos en productos para el cuidado de la piel del rostro y compran aquellos que no contienen sustancias químicas como ftalatos y sulfatos, según una encuesta realizada por el Grupo NPD en 2017.
El problema es que el término “natural” no es un término oficial. No existe un sistema formal que regule lo “natural” o una definición legal de lo que significa este término, por lo que las empresas pueden afirmar que un producto es natural y que contiene ingredientes que no lo son.
Generalmente, el término no tóxico o natural sugiere que el cosmético no contiene productos químicos sintéticos que están relacionados con problemas de salud o irritantes (o ambas cosas), incluyendo fragancias, colorantes y ciertos conservantes como los parabenos.
Natural no garantiza una piel más sana, o que el producto sea mejor para tu piel. No es lo mismo que hipoalergénico (que es menos probable que causen una reacción alérgica). Además, si tienes un cutis sensible, el uso de productos naturales no solucionará automáticamente tus problemas. Después de todo, los ingredientes botánicos también causan irritaciones en la piel.
Otra cuestión importante es si los ingredientes de los productos para el cuidado de la piel, “naturales” o no, penetran en el cuerpo. Muchas de estas moléculas son demasiado grandes para penetrar la piel. Pero la ciencia se ha vuelto más inteligente y está descubriendo formas de engañar a la piel para permitir que penetren más para mejorar su eficacia. Una ventaja es que, en última instancia, esto puede permitir una menor concentración de un ingrediente activo.
Por otro lado, los defensores de la belleza limpia dicen que las partículas que entran en la piel pueden causar algún daño sistémico. Aunque la Comisión Europea dice que los ingredientes potencialmente perjudiciales, incluidos los ftalatos y los parabenos, son seguros, algunas investigaciones apuntan a que son potenciales disruptores endocrinos o sustancias químicas que afectan a las hormonas y pueden aumentar el riesgo de cáncer o problemas de fertilidad.
Aunque puede haber una preocupación legítima, hay muchas incógnitas sobre los productos químicos utilizados en los ingredientes para el cuidado de la piel. La pregunta pertinente es a qué concentración o nivel de exposición se convierten estos productos químicos en un problema.
Muchos de estos estudios se han realizado en roedores que están expuestos a una concentración mucho mayor de lo normal, por lo que se necesita más investigación. También existe el problema de que estos ingredientes se utilizan en otros productos (incluidos los alimentos), por lo que cabe preguntarse cómo encajan en el panorama general de la exposición total, y qué significa exactamente.
Desafortunadamente, aún no tenemos las respuestas. Esto significa que podemos elegir los productos para el cuidado de la piel que están más acordes con nuestros valores, objetivos y presupuesto. La cosmética natural puede funcionar, pero generalmente es más cara.
Si estás interesado en el movimiento de la belleza natural, vas a necesitar algo de investigación por tu parte. El desafío es leer entre líneas en las etiquetas y saber exactamente lo que te estás poniendo en la piel. Lo mejor es que lo consultes con tu dermatólogo para que te indique los posibles ingredientes que pueden estar dañando tu piel, o si hay una manera de agilizar su rutina. Esto es una gran idea sin importar qué tipo de productos estés usando.
Empieza despacio. Si cambias todos tus productos a la vez y tienes una reacción, no sabrás qué lo causó. Introduce un nuevo producto por semana, como máximo, recomiendan los expertos. Y algo importante, se paciente, los resultados no llegan de un día para otro.