Muere José María Íñigo, icono y leyenda de la televisión en España
EP.- José María Íñigo (Bilbao, 1942), una leyenda de la televisión en España, ha muerto este sábado en Madrid a los 75 años, según ha informado Pepa Fernández, presentadora del programa de RNE No es un día cualquiera, en el que colaboraba. Sus años dorados correspondieron a la década de los setenta pero hasta el final de su vida mantuvo una gran presencia en los medios de comunicación.
Hace 50 años la complicidad de dos jóvenes de Bilbao, Pedro Olea y José María Íñigo, con uno de San Sebastián, Iván Zulueta, hizo posible un insólito programa musical de televisión, Último grito, un título que subrayaba su vocación vanguardista. Íñigo era el presentador y ese espacio le puso en el mapa a sus 25 años. Desde los 18 había desarrollado su pasión por el periodismo, sobre todo por la radio musical, en Bilbao, Madrid o Londres, donde se empapó de las últimas tendencias en unos años decisivos del pop y el rock. En 1969 condujo otro musical en TVE –Ritmo 70, realizado por Pilar Miró- y en 1970 comenzó a presentar el programa que le consagró, Estudio Abierto, basado en entrevistas, reportajes y actuaciones en directo.
El éxito de Estudio Abierto facilitó que Iñigo fuera el encargado de presentar otros programas –Directísimo, Esta noche… fiesta, Fantástico- que hicieron de él un icono mediático de la Transición y de su mostacho el bigote más popular del país. Casi toda España devoraba esos espacios que potenciaron la fama de multitud de artistas, escritores, políticos, cómicos, boxeadores, toreros o seres anónimos que lo dejaban de ser de inmediato. Su modo de entrevistar- sentaba a su lado a los invitados y les miraba a los ojos- creó escuela. Uno no puede olvidar su entrevista a Jacqueline Bisset, en el esplendor de su belleza, y a Rita Hayworth, en plena tristeza de la suya.
Algunos de los momentos de esos programas se han incorporado a la memoria colectiva. Uno de ellos fue el encontronazo en Directísimo entre dos ídolos nacionales, los toreros Paco Camino y Palomo Linares, cuando Camino llamó “musasho” a Linares; y otro, aún más impactante, fue el protagonizado el sábado 6 de septiembre de 1975 por Uri Geller, un ilusionista israelí que aseguraba ser capaz, sólo con la fuerza de su mente, de doblar cucharas o arreglar viejos relojes. Iñigo le provocó para que demostrara sus poderes y Geller no sólo no defraudó sino que contagió sus habilidades paranormales a muchos españoles que aseguraron haber doblado sus cucharas y arreglado sus relojes al ritmo de Geller. Al día siguiente, en España no se hablaba de otra cosa.
Directísimo también se vio sacudido por las circunstancias políticas. El 15 de noviembre de 1975, cuando la muerte de Franco parecía inminente, TVE decidió, como señal de respeto, suprimir del programa las actuaciones musicales; y el 7 de febrero de 1976, durante el gobierno de Arias Navarro, Iñigo le hizo a Cantarero del Castillo, líder de Reforma Social Española, la primera entrega de una serie de entrevistas que aspiraban a mostrar las virtudes de las asociaciones políticas. Se montó tal follón que ya no hubo una segunda entrega.
Iñigo fue señalado como mejor presentador –en los Ondas o en los TP de Oro- en 1971, 1974, 1975, 1976, 1978, 1979 y en 1983, en la segunda época de Estudio Abierto. Esos premios retratan con precisión su época más brillante, la que le convirtió en un mito de la televisión y, por ejemplo, animó a Pedro Lazaga a ofrecerle Terapia al desnudo (1975), un espanto que protagonizó con Carmen Sevilla. Desde los 80 perdió protagonismo pero presentó programas en las recién nacidas ETB y Tele 5. Su afición por los viajes, el turismo, la música y la propia televisión le llevó a crear revistas y escribir varios libros.
Fue, hasta última hora, un colaborador de lujo en televisión – El show de Flo, Qué tiempo tan feliz, Aquí la tierra, Hora Punta- y radio. En Este no es un día cualquiera, que Pepa Fernández presenta en RNE, coincidió con otros españoles de bien como Forges o Labordeta. En 2011 la Academia de Televisión le concedió el premio Toda una vida. Desde ese año comentaba para TVE el Festival de Eurovisión, al que ya había permanecido ligado en los 70, en aquellos tiempos en los que toda España hablaba de él.
Recuerdo los tiempos de mi infancia viendo sus programas sentado en el sofá con mi padre y mi madre ya fallecida, que tiempo tan feliz
Tenía la virtud de ser un honesto periodista que autodirigía sus programas: trajo la modernidad y la honestidad no sin dificultades y llenó las tardes de adultos y niños con su buen hacer.
D.E.P.
QEPD. Gran persona y gran profesional. En los últimos años venía siguiéndole en los matinales de fin de semana en RNE con sus secciones de música, las de la gasolinera, la defensa del español gente al inglés, la recomendación de paradores de turismo, recomendaciones de viajes y lugares, de gastronomía. A Pepa Fernández le afectará por su grandísima valía. España se va quedando sin sus mejores personas. Que Dios lo tenga en su gloria.
Mucha pena por este hombre. Se le notaba que era una buena persona y un gran comunicador, muy entrañable. Muchas veces me acuerdo de él uno de sus programas donde inventaron al “conseguidor”, un hombre al que niños les envviabna sus cartas con sus sueños y trataban de hacer algunos de esos sueños infantiles realidad en TV. Me pareció precioso.
QEPD . Empezó su carrera cuando todavía nuestra TVE era nacional, una, grande y libre como el resto de la potente industria y de la enorme riqueza que generaron nuestros padres para nosotros. Hoy el pueblo español tiene una deuda impuesta de casi 1 billón y medio, sin esperanza de devolverlo.
Descanse en paz, mi más sentido pésame a familiares, amigos y compañeros
Hoy no es un día cualquiera, hoy es un día muy triste
DEP, gran persona, banda sonora de nuestra vida.
dep, persona agradable y buen periodista
Gracias, José María, por los ratos felices que pasé cuando la televisión eran dos canales (los que podían sintonizar el segundo, en mi casa por aquel entonces no), y no hacían falta más, puesto que quiénes se asomaban (os asomábais) a la pantalla eran otro más de la familia, con programas entretenidos, culturales y de variedades y no la basura ramplona, banal y chabacana que impera hoy y que yo me niego a ver. Gracias de verdad y hasta la vista.
DEP gran vasco y gran español
En el tiempo de José María Iñigo, la Tele era “uno más” en las casas. Era algo familiar, entrañable. Y por eso te damos las gracias. Como en un vértigo me acuerdo de tantos programas cultos como “Tengo un libro en las manos, Paisaje con figuras, Biblioteca Nacional… Se trataban los temas y las personas con delicadeza. Eran un elenco de presentadores inigualables. Me acuerdo de Federico Gallo, José Luis Pécker, Joaquin Prat, Kiko Legard,, y tantos más. Estupendos programas de entretenimiento Un millón para el mejor, Calbalgata fin de semana, Un, dos, tres responda otra vez.. y noticias, informes… Leer más »
Esto de tener cierta edad, digamos por haber superado 5 décadas, tiene muchas ventajas. Entre otras recordar lo mucho y bueno que había en España antes de que se implantara este régimen mierdocratico que nos ha traído la ruina y miseria moral y material, además de una desigualdad social impensable.
Suscribo todo lo que ud.dice y gracias por ahorrarme escribir algo parecido.