Alcance político de Gibraltar
Dentro del seminario sobre Gibraltar, el profesor de derecho y economía Guillermo Rocafort habló el viernes pasado sobre cómo se echó a perder en la transición la histórica victoria obtenida por la diplomacia franquista sobre Inglaterra en la ONU. Londres jugó con el cuento de la “entrada en Europa”, como decían los botarates que gobernaban España exhibiendo su incultura histórica y política. Así impresionados, los políticos de la transición se inclinaron a aceptar la humillante, parasitaria y por todo concepto perjudicial presencia de la colonia. Esto ya se vio claramente en la Constitución, un tanto chapucera, como he mostrado en La Transición de cristal y que, como ha observado Rocafort, admitió el término “nacionalidades” contrario al aserto de España como nación única e indivisible… y se olvidó por completo de Gibraltar. Lo comparó el conferenciante con Argentina, cuya Constitución establece la reivindicación permanente de las Malvinas, o a Guatemala con respecto a Belice, en cuya frontera hay con frecuencia muertos, de los que no se habla fuera, debido a la política de los ingleses de ir ampliando solapadamente la frontera. Señaló también que Inglaterra ha reconstruido un peculiar imperio a base de refugios o paraísos fiscales, casi todos los cuales pertenecen a ese país, y que incluyen precisamente a Gibraltar, Malvinas o Belice entre otros.
Como es sabido, el cierre de la verja de Gibraltar convirtió el peñón en una ruina económica, cada vez más costosa económica, política y moralmente para Londres. En cambio la apertura de la verja por el PSOE (lo primero que hizo al llegar al poder en 1982), hizo de la colonia y base militar inglesa un emporio de negocios oscuros y contrabando.
Así, Gibraltar, cuya riqueza le permite eliminar impuestos, ejerce una enorme presión parasitaria sobre la zona en torno, haciendo de ella la de más elevado paro de España e incluso de Europa. Y ejerce asimismo una influencia corruptora sobre las autoridades no solo de Andalucía, sino del resto de España, financiando asimismo periódicos, pagando a periodistas y políticos, etc. El conferenciante hizo notar que las facilidades otorgadas a la colonia por la junta de Andalucía y los gobiernos de PSOE y PP tienen probablemente contrapartidas en sobornos, blanqueo de capitales y dinero negro: un supuesto con altas probabilidades de ser cierto. Y hay otro factor a considerar: Gibraltar ha sido la sede de reuniones de separatistas, especialmente vascos y catalanes, que muy posiblemente reciban también dinero de la colonia. Tal como en el siglo XIX fue centro de conspiraciones y pronunciamiento militares que mantenían a España en una semidesestabilización permanente.
También se expuso otra de las mentiras sembradas por los ingleses: que la colonia supone un gran alivio económico para el entorno, al ofrecer entre 10.000 y 13.000 puestos de trabajo. Cifra disparatada para un territorio muy pequeño y sin apenas producciones propias, pero a menudo aceptada en España; y doblemente grotesca cuando la zona padece un desempleo tremendo. Con motivo de alguna restricción al paso de personas por la verja, y a fin de no perjudicar a los trabajadores españoles, se habilitó un paso especial para ellos, que solo tenían que documentar la empresa en que trabajaban. El permiso solo fue solicitado por un centenar y medio de personas…
Estos hechos nos acercan al crucial alcance político e histórico de esta invasión de nuestro territorio por una potencia que, por ese mero hecho no puede ser amiga, sino hostil a España, aunque se entienda muy bien con los partidos y políticos españoles. En suma, la invasión colonial afecta al núcleo mismo de nuestra política internacional y posición en el mundo. No solo ocupa el centro mismo de nuestro eje defensivo como base militar y de espionaje, sino que convierte a España en un estado lacayo por obra de sus políticos. Es como una sanguijuela que chupa el valor y las energías del país.
Además, la presencia de esta base, así como de las useñas, pone innecesariamente a España en el punto de mira de los proyectiles nucleares rusos, y nos obliga a actuar de peones de los intereses de la OTAN –es decir, de intereses anglosajones–. Así, el ejército español es obligado por los políticos a intervenir en acciones sencillamente criminales como la destrucción del estado y la sociedad libios. O a cooperar en agresiones a Siria. O a provocar y hostigar a Rusia, que en principio no nos amenaza (ni amenaza a la UE o a la OTAN, basta constatar la aplastante superioridad de los presupuestos militares de estos sobre los rusos. La amenaza es contra Rusia). Operaciones de interés ajeno, bajo mando ajeno y en idioma ajeno.
Otro caso revelador del abyecto servilismo de la actual clase o chusma política fue la intervención a favor de movimientos disgregadores en Yugoslavia, con una política que podría aplicarse a la propia España. Dato poco conocido es que el partido cristianodemócrata alemán incluye en sus programas el “derecho de autodeterminación” (reconocido por la ONU solo para las colonias, pero no para Gibraltar), pensado para la reunificación alemana y aplicado luego en Croacia. Quizá esto ayude a entender algunos aspectos de lo que ocurre con los separatismos catalanes.
Es preciso tener en cuenta la importancia de la posición geoestratégica de España, que aboca al país a la neutralidad o a funcionar como títere de potencias más poderosas. La mera presencia de la colonia –cosa que no toleraría casi ningún país del tercer mundo–, auspiciada por los actuales políticos, convierte a España en un país de pandereta, tratado con desprecio o condescendencia como peón o lacayo. Y esto debe denunciarse. Porque, no casualmente, esos partidos y políticos son también los que han financiado a los separatismos, premiado a la ETA, promovido un creciente despotismo LGTBI o falsificado radicalmente la historia ¡por ley! De modo que el problema de Gibraltar está ligado estrechísimamente a toda la política exterior e interior de España. En cierto sentido condensa todas las miserias de la política actual.
Cuanto más se conoce de los ingleses, más odiosos resultan.
Dos casos de colonias británicas.
La China recuperó hace años la soberanía de Hong Kong. España no ha recuperado ni tiene visos de recuperar la de Gibraltar. ¿Por qué? ¿Por un oscuro tratado que decía que la colonia revertía al cabo de cien años a una presunta metrópoli que hace cien años no existía? Pues no. Revirtió porque la China es la China. Y Gibraltar no revertirá a España porque España es España. Punto.
Además, la presencia de esta base, así como de las useñas, pone innecesariamente a España en el punto de mira de los proyectiles nucleares rusos, y nos obliga a actuar de peones de los intereses de la OTAN –es decir, de intereses anglosajones–. Gibraltar es un depósito de armas nucleares inglesas y yankis, de ahí que esa parte de España esté en el punto de mira de los proyectiles rusos. La izquierda golpista en España es quien promueve las huelgas, las marchas antinucleares y remueve la conciencia de la gente según sea el interés que tenga en cada momento. ¿Recuerda… Leer más »
Esta situación se debe únicamente a que hemos sido traicionados desde dentro, por los mismos de siempre, los del mandil, es decir, los partidos politicos. Queremos recuperar Gibraltar? Pues acabemos con las logias y sus juguetes políticos, los partidos.
Porque desde los partidos no se hará nada.
Los españoles estamos secuestrados en nuestro propio país.
la única forma de recuperar gibraltar es que España tenga su propio arsenal nuclear. en ese momento los ingleses no podrían declararnos la guerra porque la posición del peñón en la península lo hace indefendible para los ingleses con armas convencionales.
es la vía o método chino…. es la única forma de actuar contra criminales anglosajones…. por la fuerza.
Tienes toda la razón. Por eso y solo por eso asesinaron al Almirante Carrero Blanco. Ordenado por el Ultra masón Kissinguer.
la única forma de recuperar gibraltar es que España tenga su propio arsenal nuclear. en ese momento los ingleses no podrían declararnos la guerra porque la posición del peñón en la península lo hace indefendible para los ingleses con armas convencionales.
Excelente D. Pío, como siempre. Recuerdo cómo la Roca estaba en los años sesenta a punto de reventar. Hasta el pan lo tenían que traer de Londres a diario y las películas del único cine que había, malísimo además. Todo alrededor era tristeza y oscuridad en puro contraste con La Línea. Cuando los llanitos cogían una barca y se decidían a pasar a divertirse un poco, iban en grupo totalmente asustados. La broma les salía carísima a los ingleses y estaban a punto de soltarla. Pero en esto que llegó la denominada transición y con un poco de aguante, se… Leer más »
No pierdan la tranquilidad…La cuestión es que España no es una potencia militar ni económica.¿A que UK no ha ninguneado a China la soberanía de Hong-Kong? Que no hubiese cumplido su plazo de entrega…que si China lo hubiese tomado por la fuerza, UK lloraría de impotencia.Eso sí,pediría a Occidente apoyo.Y poco después Portugal hacía lo mismo con Macao.
El único problema de España es la traición interna. Nada más.
FRANCO, que era un ESTADISTA, no un POLÍTICO, CERRÓ LA VERJA, A CAL Y CANTO.
Los estadistas piensan en el futuro, son HOMBRES DE ESTADO, mientras que los políticos son como los burros con anteojeras: sólo piensan EN LAS PRÓXIMAS ELECCIONES.
Totalmente de acuerdo, politico es un tal Trump, estadista una tal Orban y un tal Putin. Es lo que quiere el nom, no lo pongo ni en mayusculas, me da asco, asco y repugnancia la masoneria bilderbergiana.
Que se cierre la verja de una vez por todas !!!
Totalmente de acuerdo, nos hemos dejado arrebatar la soberanía de Gibraltar, a costa de las baratas políticas internacionales. Gran Bretaña siempre ha sido astuta en eso, sabiendo nadar y guardar la ropa. Pero España se dejó humillar con tal de pasar por el aro del europeísmo y de la OTAN. Además, tal presencia es dañina para toda la península y para Europa entera, sin mencionar la antinaturalidad de una presencia de todo punto artificial en una península que alberga dos Estados, ahí plantada por capricho. Hemos sido tontos y lo seguimos siendo.