Franco, la neutralidad de España y sus consecuencias hasta hoy
Sobre la permanencia de España al margen de la II Guerra Mundial deben hacerse varias consideraciones esquemáticas de entrada:
1) Fue un hecho sumamente improbable, pero real, en una Europa en llamas, con presiones de todas partes y alternativas extremas de la contienda, máxime dada la posición geoestratégica del país, entre Europa y África y entre el Mediterráneo y el Atlántico, escenarios los cuatro de la enorme confrontación de potencias. Solo hubo un hecho que pudo alterar la neutralidad, el envío de la División Azul a Rusia, pero que no la cambió en la práctica.
2)Para entender mejor la cuestión conviene señalar que muchas razones pesaban a favor de la entrada de España a favor de Alemania e Italia, dado que estas habían ayudado en la guerra al bando nacional, tenían cierta afinidad ideológica –aunque no debe ser exagerada—con el régimen de Franco, y no existían agravios históricos con ambas potencias. En cambio sí existían con Francia, Inglaterra y Usa. Con Inglaterra pesaba (y pesa) especialmente su invasión de una porción estratégica del territorio español en Gibraltar. Debe recordarse, además, que el Hitler que ha pasado a la historia como uno de los mayores genocidas, es el Hitler de la guerra mundial desde 1942, no el anterior. Mientras que el carácter genocida de Stalin estaba ya sobradamente acreditado, lo que no había evitado su conversión en patrón del Frente Popular, y más tarde su alianza con las potencias anglosajonas.
3)Para España tuvo las siguientes consecuencias: a) Libró al país de las devastaciones, bombardeos y deportaciones, etc., que sufrió el resto del continente; b) No la libró de cierta hambre, menor que en la mayor parte de Europa pero bastante aguda durante dos años, debida tanto a la herencia de la zona del Frente Popular como al semibloqueo inglés; c) Evitó a España la enorme carga moral que supusieron las atrocidades y crímenes de guerra cometidos, aunque en distinto grado, por todos los bandos en pugna; d) Evitó para España el enorme peso moral y político de la deuda con el ejército y las finanzas useñas, a los que debe casi todo el resto de Europa occidental su democracia y prosperidad.
4)En el plano internacional, las consecuencias fueron: a) Ahorró a Inglaterra un revés desastroso, al tener abierta durante toda la guerra la salida occidental del Mediterráneo; b) Hizo posible la Operación Torch de los aliados anglosajones en el norte de África c) Facilitó a alemanes e italianos algunas ventajas tácticas, muy inferiores desde el punto de vista estratégico a las recibidas por los anglosajones; d) En conjunto resultó mucho más provechosa para los Aliados anglosajones que para los alemanes, aunque esto se debió más a la mera posición geoestratégica de España que a voluntad deliberada de Madrid.
Estas breves consideraciones pueden servir para enmarcar la situación y la actitud de los gobiernos españoles por entonces. Sería un error creer que la neutralidad –el período de “no beligerancia” no la alteró en la práctica—fue una decisión mantenida sistemáticamente y como un principio por España, y más concretamente por Franco. Decisiones de ese enorme alcance y con tan enormes riesgos casi nunca se toman sin vacilaciones y cálculos contradictorios. Así, la decisión inglesa de rechazar la paz con Hitler, muy firme en Churchill, no lo era tanto en otros altos dignatarios ingleses, y no estuvo lejos de ser impedida, como ha explicado el historiador useño John Lukacs.
Debe tenerse en cuenta que al Caudillo no le gustaba en absoluto, de principio, la perspectiva de una guerra europea. Así, ya con motivo de la crisis de Munich, en septiembre de 1938 y durante la batalla del Ebro, crisis que estuvo cerca de provocar la guerra, Franco declaró que en tal caso España permanecería neutral, lo que fue visto en Roma y Berlín como una muestra de ingratitud. El posterior pacto entre Hitler y Stalin le llenó sin duda de estupefacción, y en septiembre de 1939, el ataque a Polonia, un país católico con régimen autoritario, le llevó a extremar su desagrado, pidiendo a todos la limitación del conflicto. Poco antes, en mayo, había advertido en Medina del Campo que la guerra estallaría pronto e iba a ser “más terrible de lo que la imaginación alcanza”. Y había advertido al embajador italiano que no contase con una alianza militar, dado que España iba a dedicarse a la reconstrucción interna.
Las razones de Franco son fácilmente discernibles: la anterior guerra europea había dado como resultado una revolución comunista y movimientos revolucionarios por todo el continente, uno de los cuales acababa de derrotar él, precisamente en España. No parecía pensable que una confrontación entre las potencias fascistas y las democracias, por poco que le gustasen estas últimas, terminase en otra cosa que un continente arruinado en el que el comunismo encontrarían su mejor oportunidad para imponerse. Por otra parte, en la I Guerra Mundial, España, permaneciendo neutral había hecho grandes negocios vendiendo diversos materiales a los aliados, y quizá podría volver a hacerlos con los dos bandos. No es probable que esto último pesara en el ánimo de Franco pero no dejaba de ser una experiencia conocida.
Sin embargo, la guerra en el oeste, en 1940, había resultado increíblemente fácil y poco destructiva para Alemania, que en pocas semanas barrió a los ejércitos inglés y francés –este último considerado generalmente el mejor del mundo en tierra— Relativamente pocos muertos y pocas devastaciones, ningún caldo de cultivo para nuevas revoluciones comunistas, y con los soviéticos felicitando efusivamente al Führer.
Eso cambiaba radicalmente las perspectivas. Todo indicaba la imposición de un nuevo orden en Europa, y a España le convenía entrar en él en las mejores condiciones posibles. El único obstáculo parecía el rechazo de Inglaterra a la paz que le ofrecía Hitler, e Inglaterra era mucho más que Inglaterra: era un inmenso imperio , con recursos en principio inagotables. Aun así, de momento no parecía un gran problema, pues las posibilidades inglesas de invadir el continente eran nulas. El 3 de junio, Franco expresó a Hitler su deseo de “no permanecer ajeno a sus preocupaciones” y de rendirle “los servicios que Vd. Considere más valiosos”. La carta ha solido interpretarse como un deseo de entrar en guerra, pero para entonces esta parecía ganada, de modo que probablemente estaba pensada con vistas al Nuevo Orden. En aquel momento, Hitler no creía tener la menor necesidad de España, por lo que la carta no tuvo efecto práctico. Además, faltaba todavía un mes para que comenzase la batalla de Inglaterra.
La prolongación de esta batalla, que duraría tres meses y medio, hizo que Hitler empezase a valorar seriamente la colaboración española, y que Franco, cuyo interés principal estaba en la reconstrucción del país, se mostrase cada vez más escéptico bajo palabras de apariencia entusiasta. Serrano Súñer fue a Alemania a preparar la entrevista entre Franco y Hitler, en la que debería decidirse la entrada en la guerra. Para ello Franco expuso unas condiciones que sabía muy bien difícilmente cumplibles para Hitler: expansión en África a costa de Francia y grandes cantidades de víveres y armamento. Siempre se ha discutido sobre si realmente creía que le podían dar todo aquello o no, pero Franco era demasiado realista para creer que Alemania estaba en condiciones de cumplir sus demandas. Su verdadero pensamiento lo expresó en una instrucción a Serrano Súñer: “Si nos garantizan una guerra corta, no hay más que completar los preparativos. Pero si la guerra es larga, no nos pueden arrastrar sin tener resueltos los problemas en forma soportable para nuestro pueblo”. Importa mucho la fecha de esta carta: 24 de septiembre, cuando la batalla de Inglaterra está ya perdida para Alemania, con Franco sabiendo bien que la estrategia inglesa consiste en aguantar hasta que Usa entre en guerra, aunque por el momento se mantuviera neutral, pero ayudando a Inglaterra y provocando a Alemania. La guerra será, por tanto, larga. Franco, con las divisiones alemanas en la frontera, no podía dar una negativa abierta a Hitler, por lo que seguirá una política evidentísimamente dilatoria. En esta carta de concentra toda la política que iba a seguir Franco hasta el final. No quería engañar a Hitler, a quien estaba agradecido, pero tenía en cuenta, por encima de todo, los intereses españoles. Y para él esos intereses consistían en la reconstrucción del país después de la guerra civil
Siempre me asombra que en las interminables discusiones bizantinas sobre la política de Franco, nadie, que yo recuerde, haya dado a esta carta el valor decisivo y demostrativo que tiene.
Y gracias a aquella política España pudo resolver sus problemas políticos y económicos por sí misma, sin deber nada al ejército y las finanzas useñas, y evolucionar luego hacia una democracia que el miserable antifranquismo retrospectivo ha convertido en fallida.
Cuando vivía Franco no era ni pro ni contra, pero desde que llegó “esta democracia”
echo de menos a Franco.Papá tenías razón.
Se rata de un bulo que desacredita a La Tribuna de Cartagena. – Dicen al principio “según el querellante”¿Y quién es el querellante? Si saben tantas cosas, cómo es que no saben quién es el que presenta la querella. – El Juzgado Central de Instrucción de Madrid está en la Audiencia Nacional y no se encargan de instruir delitos comunes como el asesinato, sino delitos contra el Estado (terrorismo, tráfico de drogas a gran escala, corrupción….) – Una querella penal, a diferencia de una simple denuncia, hay que presentarla en el juzgado competente, no en el Juzgado Central de Instrucción,… Leer más »
Escuchado de mis padres, fallecidos hace tiempo: Quienes se enganchaban a la División Azul, lo hacían, no tanto por patriotismo, como por hambre y desesperación, uno de los que volvió vivo, lo hizo con siete mil pesetas en el bolsillo, un capital suficiente (pese al estraperlo) para quitar el hambre a su familia durante largo tiempo. Tiempo de estraperlo (mercado negro) de cartillas de racionamiento, de mucha hambre, y mucha picaresca en el tráfico de alimentos básicos, de barcos de carne de Argentina, de los cuales, alguno, ni tocaba puerto, era revendido para hacer dinero para otras necesidades del estado,… Leer más »
Acusación de asesinato de Emilio Botín
Según el querellante, Emilo Botín fue asesinado en su despacho del Banco de Santander
http://latribunadecartagena.com/not/2513/segun-el-querellante-emilo-botin-fue-asesinado-en-su-despacho-del-banco-de-santander/
parece imposible que lo lograra ,el era muy prudente ,frio , sereno ,los españoles ,ardientes temerarios nerviosos
De cara a la Navidad para recordar viejos tiempos, el día de nochebuena por la tarde siempre obsequio a mis invitados con uno de los mensajes de navidad de Franco en video; ay! aquella voz de pito diciendo “españoles, permitidme que entre en la intimidad de vuestros hogares …”. Todos los años pongo uno diferente y mis invitados quedan contentos y satisfechos. Este año toca el del 73, el penúltimo, el año que viene pondré el del 74 y después vuelta a empezar.
A mi me gustó el del 75, el mejor de todos sin duda
En el 75 no hubo ninguno, imbécil!