Qué fue el franquismo, en pocas palabras
El franquismo nació de una profunda crisis histórica de los años 30, en la que fue posible una revolución totalitaria, la destrucción de la herencia cristiana y la disgregación del país en varios estaditos. La crisis española se inscribía, con rasgos propios, dentro de una crisis general europea.
La consecuencia de aquella situación fue una guerra civil, planeada literalmente como tal por gran parte de la izquierda y el separatismo catalán (ver Los orígenes de la guerra civil). La derecha derrotó la primera fase de la guerra en 1934, pero en 1936 el bando nacional se encontró en completa inferioridad inicial ante el mal llamado bando republicano (más propiamente rojo o frentepopulista). El Frente Popular se componía, de facto, de revolucionarios totalitarios, republicanos golpistas y separatistas racistas. Pese a dicha inferioridad inicial, los nacionales lograron la victoria después de casi tres años de lucha. El Frente Popular tenía su mayor fuente de debilidad en la división entre sus partidos y grupos, que prácticamente solo estaban de acuerdo en el exterminio de la cultura católica y sus representantes, por lo que, al margen del genocidio religioso se pelearon por el poder y se asesinaron también entre ellos. La victoria de Franco supuso la permanencia de la unidad nacional, de la cultura cristiana, de la propiedad privada y la familia tradicional, la libertad personal (aunque se restringiera la política) entre otras cosas.
Apenas terminada la guerra de España en abril de 1939 estalló la europea, en septiembre, incomparablemente más sangrienta, y la década de los años 40 se volvería extremadamente peligrosa para el país. El peligro de verse arrastrado a contienda mundial era ciertamente gravísimo, pero Franco, preocupado ante todo por la reconstrucción, consiguió mantener una neutralidad o no beligerancia que salvó a la nación de devastaciones seguramente mucho peores que las de la guerra civil. Esta fue una victoria de otra clase que la de la obtenida sobre el Frente Popular, pero no menos transcendental.
Pese a no haber entrado en la guerra europea, los vencedores parecían dispuestos a borrar al franquismo del mapa, pero hubieron de recular ante la gran probabilidad de generar en España una guerra civil que se extendería al resto de una Europa en ruinas, con partidos comunistas potentes y armados en Francia e Italia. La posición firme de Franco ante cualquier injerencia volvió a librar a España de una probable invasión y contienda interna. Los vencedores pensaron que el pueblo español deseaba eliminar al régimen de Franco, pero, como ello no ocurría, decidieron el aislamiento del país, una medida criminal destinada a provocar hambre masiva. No obstante, el régimen ya se había adelantado negociando con Argentina la compra a crédito de trigo y carne, por lo que los peores efectos se evitaron.
Simultáneamente, el régimen hubo de afrontar el “maquis”, una guerrilla comunista que pretendía reanudar la contienda civil. Este tipo de acción subversiva era muy difícil de derrotar, como se demostró en Grecia, donde tuvieron que intervenir Inglaterra y Usa. Pero en España el maquis fue vencido y no ya sin ayuda exterior, sino en medio de un aislamiento e intento de hambrear al país por parte de la ONU.
Dada el hambre que sufrió la mayor parte de Europa en aquella década y el estancamiento de posguerra, Usa ayudó a los países europeos con el Plan Marshall, también ofrecido a los países comunistas pero negado a España. Así, España tuvo que reconstruirse con sus propias fuerzas en condiciones especialmente difíciles. Pero lo consiguió, y daré un solo índice revelador: en la república, la esperanza media de vida al nacer era de 50 años, una de las menores en Europa occidental. Al terminar los difíciles años 40 llegaba a los 62, ya cerca de la media europea (al morir Franco, en 1975, superaba a todos los países de Europa exceptuando a Suecia y quizá algún otro). Ese simple índice resume otros muchos. Al mismo tiempo, ya en aquella dura época las tasas de escolarización en enseñanza media aumentaron muy por encima de las de la república, sobre todo en alumnado femenino, y lo mismo ocurrió con la enseñanza superior. La ciencia y la técnica permitieron entre otras cosas la construcción de pantanos y una producción sin precedentes de energía eléctrica y de diversas industrias.
En los años 50 el aislamiento fue definitivamente derrotado y España ingresó en la ONU, incluso con el voto de la URSS. El crecimiento económico fue muy fuerte con un régimen de autarquía, en parte querido, en parte impuesto por el aislamiento. Pero su posibilidad de expansión se agotó a finales de la década, por lo que fue preciso, cambiar de sistema, liberalizándolo a la par que el aislamiento caía por tierra. Y en los años 60 los ritmos de crecimiento españoles fueron espectaculares, de los más altos del mundo junto con Japón o Corea del Sur.
Al acabar el franquismo, España estaba en el reducido club de los países con alta renta per cápita y, más importante aún, los odios que habían destrozado a la república estaban olvidados para la inmensa mayoría de la población, exceptuando los grupos comunistas y el terrorista etarra.
Por otra parte, el régimen que había alcanzado tales éxitos sobre la revolución, los separatismos, las guerrillas, el aislamiento, sobre la miseria y el atraso de república, estaba a su vez agotado, e importa saber por qué. Aunque se insiste en pintar al franquismo como “fascista”, en realidad se componía de varios partidos o familias, como los monárquicos, los carlistas, los falangistas y sobre todo los católicos políticos, que oscilaban entre la democracia cristiana y el integrismo. Mantener la armonía entre ellos exigía un talento político excepcional, desde luego, y el franquismo se definió como católico, siendo reconocido así por el Vaticano. Pues el catolicismo era el elemento común a todas las familias mencionadas. Esta decisión sellaría el destino del régimen después del Vaticano II, cuando Roma dio un giro radical a su política, abriéndose, por ejemplo, al marxismo y cerrándose al franquismo (el cual, por cierto, había salvado a la Iglesia, muy literalmente, del exterminio físico). Y el régimen quedó así sin discurso ideológico. Ya antes de la muerte de Franco se planteaba una evolución que solo podía ir en sentido democratizador al modo de Europa occidental, y ello se hizo finalmente “de la ley a la ley”, desde la legitimidad franquista, basada en sus trascendentales logros, a una legitimidad democrática, que varios decenios después ha sido invertida mediante la totalitaria y evidentemente falsaria “ley de memoria histórica”.
El franquismo intentó crear, sin éxito final, un sistema que superase tanto al comunismo como al liberalismo. Este último se hallaba en profunda crisis en la Europa de los años 30, y precisó remozarse profundamente con elementos contrarios al dogma, dando lugar a una masiva expansión del estado, después de la II Guerra Mundial. Pero exceptuando los años 40, marcados por un extremo acoso exterior y el maquis, el franquismo distó mucho de ser el régimen tiránico, totalitario y sanguinario que suelen pintar los defensores de regímenes efectivamente tiránicos, totalitarios y sanguinarios como los comunistas. Casi toda la literatura antifranquista procede de la propaganda comunista, pues fueron los comunistas los que nutrieron el 90% de la oposición al régimen. Esa propaganda ha tenido gran éxito, baste decir que ha sido aceptada acríticamente también por sectores liberales o que se dicen demócratas, y por muchos personajes procedentes del franquismo, como Cebrián o Ansón.
En realidad el franquismo fue poco sanguinario si lo comparamos con las represalias de la guerra y la posguerra europeas. Y no fue en absoluto totalitario. Si medimos el totalitarismo por la potencia del estado y su capacidad para entrometerse incluso en la intimidad de las personas, el estado actual, en España y en el resto de Europa, es mucho más totalitario. Es cierto que había pocas libertades políticas para comunistas, etarras, etc., pero las había para sus contrarios, e incluso circulaba legalmente mucha literatura y bibliografía marxista, anarquista o liberal. Las lenguas regionales no eran oficiales o cooficiales (tampoco lo eran en Francia o Reino Unido), pero eran protegidas de diversos modos. Y, aparte de los éxitos económicos, sin precedentes antes o después, España era probablemente el país europeo con mayor salud social, medida por índices de delincuencia, alcoholismo juvenil, droga, suicidios y homicidios, población penal, violencia doméstica, fracaso matrimonial, violaciones, embarazo de adolescentes, etc.
Importa señalar que toda esta serie impresionante de éxitos habría sido de todo punto imposible sin el consentimiento y apoyo de la gran mayoría de la población, pese a la insistencia en presentarnos a un pueblo español en permanente rebeldía sorda o abierta frente a una opresión horripilante. Otro tópico habla de un “páramo cultural”. Ciertamente no hubo nada de ello, y sí puede decirse con justicia que es hoy cuando sufrimos tal páramo, una de cuyas características es el falseamiento sistemático del pasado.
Estas y otras cuestiones las he tratado con mucho más detalle en Los mitos del franquismo, e indican algo: ciertamente el franquismo no puede volver, pero es mucho lo que podemos aprender de él, y debemos planteárnoslo en lugar de insistir machaconamente en la torpe, tópica y falsaria retórica antifranquista al uso, que envenena el presente e intenta resucitar odios que habían desaparecido. Los odios que desgarraron a la república, precisamente.
En un próximo artículo explicaré, también en pocas palabras, qué fue y es el antifranquismo.
Brillante su artículo Sr Pío Moa.
Cuando era un niño en Argentina mi padre (nieto de carlistas emigrantes) me contaba las bondades de Franco y a ninguno se le ocurriría dudar de ello. Así como pudo saltear la presión de Hitler para que España entrara en II Guerra. Y también como tuvo que aguantarse el bloque de los “buenos” por el simple hecho de ser católica.
Ojalá muchos españoles tuvieran el valor de escribir como Ud
Saludos desde el fin del mundo.
Total, un mal menor comparado con otros..
¿Mal menor? Yo creo que hizo mucho bien. El Franquismo para España fue mucho más que un “mal menor”. Agradezco a D. Pío Moa la valentía y claridad de su explicación.
Había que acabar con esa España,Una,Grande y Libre ,, no de cara sino con la traición,el veneno ,la puñalada por la espalda y el engaño,con las 7 llaves con que se quiso cerrar el sepulcro del Cid, los actuales traidores intenta cerrar hoy el de Franco.
El franquismo no significa nada,Franco puso su espada al servicio de unos valores y unos principios, y son esos mismos principios fundamentales e inalterables los que sobrepasaron al franquismo,y superaran a cualquier panfleto constitucional y a esta farsa política criminal.
Franquista estoy totalmente de acuerdo con usted… La palabra traición la llevan a sus espaldas como una losa, más no digo el rencor inculcado por sus padres y abuelos pues estos la mayoría no habían nacido aun. De prosperar lo que pide el señor Garzón de Izquierda Unida junto y resto de la izquierda junto al pasotismo de la derecha del poder en el gobierno usted tendrá que dejar de llamarse Franquista y no digamos la foto de su Nick… Lamentablemente junto a estos sicarios y mal llamados revolucionarios se encuentra la censura de la prensa y medios de comunicación… Leer más »
Excelente articulo en el que por cierto se dicen verdades como puños, que por cierto ahora no se quieren ver.
En aquel entonces había respeto por los mayores , los niños eran corregidos por cualquier adulto , los profesores también eran respetados y el nivel de enseñanza muy superior al de hoy en día. Había becas para los pobres que sobresalían en ls estudios. Los libros se pasaban de unos hermanos a otros, con el consiguiente ahorro. Yo estudié con una pizarra . No es cuestión de recursos sino de querer aprender y enseñar . Es penoso lo que pasa hoy . UN BUEN AÑO PARA TODOS!!!
¿Que fué el franquismo en pocas palabras? Progreso espectacular, libertad para los trabajadores y opresión para los parásitos, Posibilidades reales de mejora mediante el trabajo, una deuda exterior inexistente, un paro casi inexistente. También adoctrinamiento, pero adoctrinamiento en el amor a España, y en la permanencia de los valores espirituales y morales que hacen grande a cualquier país (a diferencia de la doctrina del odio a España y de la mentira que se imparte hoy) Y si entonces había cuatro ladrones de guante blanco, hoy son cuatro millones. Había cultura del trabajo y el esfuerzo, hoy, la hay del parasitaje.… Leer más »
De lo poco que sè sobre el franquismo (que es de lo poco y nada de lo que se habla en estos tiempos en los colegios) es que con Franco no habìa feministas, no habìa lobbys gays, los vecinos como marruecos nos respetaban, los ladrones cometian sus fechorias de noche y con el rostro cubierto, y que España tuvo la oportunidad de haber sido potencia economica y hasta nuclear al nivel de Francia o U.K, hoy: Las feministas y gays destruyen la familia tradicional, los marroquies se nos joden de la risa pasando como pedro por su casa, hasta los… Leer más »
Yo nací cuando Franco “reinaba en España” y viví bajo su régimen durante 30 años. Hijo de obrero. Trabajando 10 horas al día de34sde los 12 años y estudiando cuando podia en vez de irme a tomar vinos o de jarana, al final terminé una carrera media, siempre por “libre” y pude colocarme y vivir trabajando hasta mi jubilación con mas o menos penurias y sacrificios pero, aquí estoy con tres hijos y cuatro nietos rememorando aquellos tiempos que no volverán en los que me sentía libre y feliz con mi familia.. Nunca, Jamás, me he sentido tan libre y… Leer más »
¿Cuál es tu concepto de felicidad y libertad, que los niños de doce años tengan que trabajar?
Ha descrito su situación personal. ¿Cuál es tu concepto de la felicidad? ¿Que los niños solamente aprendan derechos y no deberes? Estudiar también es trabajar.
La izquierda radical intenta cambiar la historia gracias a la pasividad total del resto de formaciones que ante eventos de monumentos en recuerdo de sus caídos, de sus libros de historia así como del machacón sobre el tema antifranquista en radio, periódicos, tv y charlas en universidades, casas de cultura y museos… La cantidad de falsedad en todo este tema me ha llevado incluso a investigar para contrastar sus datos y solo puedo decir que cada vez me hecho más las manos a la cabeza… El gran problema es que la gente se lo cree todo, todo. Tengan a bien… Leer más »
Dios le guarde muchos años don Pío, y siga ilustrándonos con sus magníficos artículos. Yo también vivía engañado respecto a los acontecimientos de los años 30 en España, y tras leer su obra me dediqué a comprobar sus fuentes y profundizar a través de otros historiadores los hechos. Gracias en nombre de la Verdad. Un saludo