El islam es la mayor desgracia que nos puede pasar
Jean-Louis Bornand.- No se puede esperar nada bueno del islam, eso no es ninguna novedad. Hemos tenido un ejemplo más de esa verdad en un reportaje de la cadena France 5 de la serie “El mundo de frente”. Las imágenes nos mostraban los enfrentamientos de la guerra en Siria, el desastre humanitario, las destrucciones, las peripecias de los combatientes (los “buenos y simpáticos” rebeldes, claro está) y los civiles. En una secuencia, el periodista interroga a un padre de familia de cierta edad, atrapado en un barrio en manos de los rebeldes y en medio del fragor de los combates.
En un momento, un avión de las fuerzas gubernamentales sobrevuela el barrio y lanza una bomba. Aterrado y en cólera, el hombre grita ante el micro: “¡Nos están matando! ¿Qué hacen los países árabes? ¡Sin embargo, no somos ni terroristas ni infieles!”
Así pues, en el razonamiento de este hombre sencillo, que aparentemente no es un salafista, ni un yihadista, ni un fundamentalista fanático, ni un combatiente, ni un intelectual de derecha o de izquierda, es lícito matar infieles (es decir usted y yo) sin problema, sin juicio, sin saber si esas personas han hecho el mal o el bien. Son infieles y se los puede matar por ello, como a terroristas. Terroristas e infieles: dos categorías que pueden ser tratadas con la misma vara de medir. ¡Qué terrible cosa que los musulmanes se maten entre ellos! ¡Pero un no creyente, un infiel, éste puede reventar, no es nada, no es nadie, sólo una cosa impura que no merece vivir más que si se somete a Alá!
Eso es lo que este hombre del común ha aprendido a lo largo de su vida, en su mezquita, en su círculo familiar, en su trabajo, en su entorno. Y junto con él, millones, cientos de millones más. Y eso sigue siendo así en nuestros países con la complicidad de los traidores que nos dirigen desde hace 40 años.
Por lo tanto, europeos, ¡despertad de una vez! Olvidaros de vuestra cortesía adquirida en siglos de civilización. Dejad de lado las palabras blandas y las expresiones elegantes para denunciar las fechorías del islam. ¡Gritad muy alto lo que el islam es para nosotros, franceses y europeos: ¡la mayor desgracia que nos puede ocurrir! Nuestro repertorio popular cuenta con una lista de adjetivos calificativos a cual más expresivo, a cual más crudo el uno que el otro. Utilizadlos, porque ya es tiempo de pasar a la velocidad superior.
De todas formas, dentro de poco, las palabras no alcanzarán a solucionar nada, y serán los actos físicos los que sean imprescindibles para plantar cara a este enorme problema.
Siento decirles que ningún dios es grande. Todas las religiones cargan en su espalda la muerte. Con lo cual dejar de echarse tanta basura unos a otros y usar el cerebro para tomar sus propias decisiones de vida.
Gritan : “”Alá es el MÁS grande””……¿MÁS grande que quién ???. A quién se refieren cuando gritan ! MÁS grande ! ???…..Se refieren a que quieren creer que su dios Alá es más grande que Dios. Europa debe comprender que darle la espalda a Cristo y su evangelio bíblico; es dar la espalda a la reconciliación con Dios ; es abrir las puertas de Europa para la entrada del infierno . Gálatas 4 :21 al 31 . Cristo vive, Viva España; viva Cristo en el corazón de los españoles.
El islam es un cancer social,y hay que extirparlo de raiz.No haciendolo nos infectara con su podredumbre y su primitivismo.Es el peligro numero uno de la civilización de los derechos humanos y de la democracia,son en una palabra,la “religión del diablo”,las fuerzas del mal.Solo sabe matar y destruir.