¿Un estado fallido, el de las autonomías?
¿Es viable el Estado actual? El Estado autonómico es algo inédito en la historia de España y no respondió en su momento a una demanda popular, sino que fue un clásico “invento” de algunos políticos con fines algo confusos, partiendo de una triple presión: la herencia de la II República en los estatutos vasco y catalán; la ETA, a la que se pensaba así quitar “argumentos”; y la conveniencia que creyó verse en diluir las autonomías catalana y vasca extendiendo el sistema al resto del país. Además se construyó el nuevo Estado de forma ilegal, por iniciativa de Suárez, con unas “preautonomías” que se adelantaban a la Constitución y le imponían unos hechos consumados.
Todo ello no significa que las autonomías resulten inviables: podían ser una forma original y fructífera de ordenar el país –en algunos aspectos lo han sido–, si las competencias quedaban bien delimitadas. Y haría falta haber hecho un balance de los aspectos positivos y negativos de la experiencia, como he propuesto hace ya bastantes años, a fin de corregir los “malos usos”. Pero es solo ahora, por exigencias de la crisis, cuando se plantea la viabilidad del sistema… y solo desde un punto de vista económico: han resultado un foco de dispendios que el país no puede permitirse.
El problema, sin embargo, tiene otras dos vertientes, la administrativa y la política. El Estado central se ha ido debilitando, ha faltado a su obligación de controlar el gasto autonómico, como ha recordado Recarte, y ha perdido fuerza moral y política, de modo que carece de autoridad para aplicar reformas administrativas imprescindibles.
Pero el aspecto más difícil y crucial es el político. También por iniciativa de Suárez quedó el sistema sin cerrar, de modo que el estado central podía ser despojado progresivamente de sus competencias en un movimiento disolvente ilimitado. Asimismo se introdujo en la Constitución el término “nacionalidades”, interpretable como naciones. Siendo las naciones la sede de la soberanía en una democracia, España tendía a disolverse como tal nación, abriendo paso a la transformación de las autonomías en estados asociados, como ha terminado ocurriendo con los estatutos llamados de “segunda generación”.
Estatutos impuestos también por conveniencia de una casta política indecente y al margen de los deseos de los ciudadanos. Los nacionalismos regionales son, ante todo, antiespañoles, y crean unas tensiones centrífugas muy fuertes. Una “tercera generación”, ya previsible y hacia la que avanzan muchos políticos, significaría la abierta disgregación y balcanización del país. Este es el reto más grave de nuestra generación. Y urge afrontarlo, porque sin ello el país será incapaz de encarar otros muchos retos, desde el planteado por la amenaza islámica o la decadencia cultural de España, hasta el de la absorción y eliminación de la soberanía española en un Estado europeo bajo la batuta del eje Berlín-París o algo semejante.
Por cierto, olvidé felicitar al autor del artículo. Muy sensato y documentado. Gracias
Ahora hay mucho “nuevo listo” que antes bendecía el Estado autonómico “que nos hemos dado los españoles”, gracias a la transición modélica y exportable. Pero, ya entonces, hace treinta y cinco años, leyendo a José Antonio estaba muy claro que dos y dos no son cinco, como tanto cretino creía, sino cuatro, y que estábamos irremediablemente abocados a lo que ahora tenemos.
Por cierto, la palabra “progreso” ¿Sabe alguien dónde está?
Lo razonable es aplicar el Articulo 155,0 de la Constitución.
Yo soy de la idea de que la solucion para este desastre de las autonomias, pasa por escoger una de dos opciones, ambas muy radicales en cada extremo, pero que aplicadas solucionarian el problema; Opcion Uno: La España Confederal; Con un sistema Confederal, cada region, estado o comunidad autonoma ( como gusten llamarle) tendria absoluto control sobre sus finanzas, sus impuestos y su gobierno interno; por los mismo seria 100% RESPONSABLE de su deuda y de su gasto publico, sin posibilidad alguna de recibir rescate o trasnferencias del gobierno confederal, al contrario cada comunidad confederada aportaria dinero a un fondo… Leer más »
Una exposición muy razonada la suya,pero comprenda con 17 mini estados,no hay confederación que aguante,tirando largo siete y ya es alargar mucho.
Estoy completamente de acuerdo con Vd., salvo en dos cosas. Atomizar el estado español en tantísimas autonomías en una barbaridad. No digo que se forme un estado confederal, pero limitado a algunas nacionalidades históricas con las condiciones que Vd. dice, pero no la barbaridad que hay en este sacrificado país. En cuanto a llamar a La II República Española, república “roja” (en lo que si se convirtió efectivamente una vez empezada la guerra civil) es otra barbaridad. los principios republicanos eran extraordinarios, pero fue un sistema de gobierno débil desde el principio, donde tanto las derechas, como las izquierdas, acabaron… Leer más »
Dn.Pio ,como siempre da en el clavo. Si quieren seguir con lo de las autonomías,
hay que ir a las zonas de influencia económica dictadas por la U,E. O sea, 7 como máximo.Si esto sigue sin funcionar a medio plazo,referéndum y estado central,
si sale aprobado .Incluso en primera instancia lo de la votación .El tiempo no da para mas.
Las “autonosuyas” la casta política, el euro (mal entendido y peor gestionado) y la invasión “pacífica” muy bien pueden ser los 4 jinetes del Apocalipsis en España.
Recuerdo un libro del inolvidable Fernando Vizcaíno Casas que se hizo una película interpretada por el genial Alfredo Landa.
Un tal Garaicoechea Urriza, a la sazón Presidente de la Comunidad Autónoma de Las Vascongadas prohibió su emisión en lo cines “baskos” por considerarla un insulto.
Me refiero a: “Las Autonosuyas”.
Eso son las Autonomías, “Autonosuyas” , “caciquatos” para robar, medrar, mentir y enviar a la miseria a la población, la sociedad española, el españolito de a pie las detesta, no van con él porque son de ellos, son “Autonosuyas”.
Debemos volver al Estado centralista, tipo Francia.
Y tanto que ha sido una atrocidad. Cabe recordar aquí que en las primeras elecciones (¿1.977?) todo un señor historiador y antigüo jesuita, con la cabeza muy lúcida y muy bien amueblada, Don Ricardo de la Cierva, salió elegido diputado de la UCD de entonces por Murcia. Y siendo diputado y habiendo participado en la redacción de la Constitución Española, en sus propios libros recuerda como criticó muy dúramente el Titulo VIII porque en él se introducia el peligroso término “Nacionalidades” …que es la madre del cordero. Habría que reformar la CE de 1.978 en algunos términos, ya que elaborar… Leer más »
solo hay que fotocopiar la francesa o la alemana y cambiarle el titulo
Fuera autonosuyas
Prohibicion de partidos secesionistas
Exigencia de responsabilidades a toda la castuza que ha robado, saqueado, despilfarrado y fomentado el odio a la poblacion espanola.
Lo de las autonomia ha sido la mayor atrocidad cometida en España desde la edad media.
Vamos en cristiano la mayor mierda que han inventado.