La otra memoria histórica
DS.- “En la calle esperaba un grupo de exaltados que se abalanzaron sobre él. Le registraron la ropa y le quitaron la cartera, donde llevaba las estampas religiosas que solía repartir a los niños. Uno de ellos al ver las fotografías pías, dijo ‘éste es beato’, mientras le disparaba otro tiro en el hombro izquierdo […] El padre Vigil cayó al suelo diciendo: ‘Yo los perdono como Dios Nuestro Señor perdonó a sus enemigos’, luego rogó a su familia que no hiciera nada”.
Éste es un extracto del martirio que sufrió José Vigil, párroco de la barriada de San Jerónimo, la tarde del 18 de julio de 1936 a manos de un grupo de “marxistas”, según relata el doctor en Historia y licenciado en Derecho, Fernando de Artacho, en su libro Mártires por su Fe publicado recientemente por Guadalturia Editores. El autor de esta obra, que ha investigado tres años sobre el asesinato de religiosos sevillanos en la Guerra Civil, asegura que en la diócesis (que entonces incluía a la provincia de Huelva y varios pueblos de Córdoba, Cádiz y Málaga) fueron martirizados 24 sacerdotes y tres seminaristas.
Este listado resulta de gran interés tras el anuncio del arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, de abrir el proceso de beatificación de los mártires sevillanos del siglo XX. Fuentes del arzobispado explicaron a Diario de Sevilla que los nombres se mantienen en “secreto” a la espera de ser enviados a Roma. Una vez que obtengan el beneplácito del Vaticano se procederá a la apertura solemne de esta causa y se darán a conocer. Por ahora, y según adelantó el prelado hispalense, los propuestos para ser venerados alcanzan una veintena, por lo que hay bastante probabilidad de que un buen número coincida con los que Artacho incluye en su libro.
En esta obra no se menciona -excepto a Antonio Molle Lazo- a los seglares que murieron por motivos religiosos y que seguramente el Arzobispado también hará partícipes de esta causa. El autor de Mártires por su Fe aclara que uno de los religiosos asesinados durante el conflicto bélico, Antonio Fernández Camacho, ya es digno de veneración al promover los trinitarios -orden a la que pertenecía- el expediente de beatificación. Al igual ocurrió con los mártires de los pueblos malagueños que pertenecían entonces a la diócesis sevillana y que han sido llevados a los altares por el obispado al que pertenecen ahora.
El anuncio del proceso se produce después de que la diócesis de Tarragona haya celebrado la beatificación más masiva de la historia de la Iglesia Católica, con 522 religiosos asesinados en la contienda española. Este acto levantó muchas críticas, especialmente por parte de la Plataforma por lo Laico y la Dignidad, que calificó la beatificación de “un acto político y un insulto” e incluso por grupos católicos como Església Plurar, que lo consideró “una exaltación españolista”.
En Sevilla, además, este proceso de reconocimiento de los mártires religiosos del siglo XX (para los que su muerte en defensa de la fe es suficiente para alcanzar la beatificación sin necesidad de constatar un milagro) tiene lugar después de que IU y varias plataformas civiles hayan defendido durante años la ley de Memoria Histórica que ha supuesto un reconocimiento de los fallecidos en la Guerra Civil y la eliminación de referencias franquistas en el paisaje urbano. La diócesis de Sevilla es una de las últimas en emprender dicho proceso.
Fernando de Artacho aclara que los mártires de la Iglesia sevillana lo fueron “por motivos religiosos, nunca por cuestiones políticas”, pues le perdonaban su vida “a cambio de renunciar a la fe, algo que rechazaron aunque supusiera el martirio y la muerte”. “Casi ninguno pertenecía a la curia eclesiástica, se trataba de personas humildes”, asegura el historiador, quien recuerda que la persecución religiosa en España durante la guerra causó más víctimas que la que emprendió Roma contra los primeros cristianos.
Y no olvidemos la quema de Iglesias y obras de incalcuble valor artístico e histórico que se perdieron por gentes llevadas por las turbas. Es evidente que hubo escenarios terribles en ambos bandos, pero que nunca serán tratado de igual forma por la propia esencia y pertenencia de algunos sujetos antes y y anteponiéndose la afinidad o ideología política al sentido común, y es los valores humanos. Cosa la cual, hartamente dificil por aquellos que se empeñan en victimizar de forma EXCLUSIVA e INTENCIONADA unas versiones o sus gentes de un bando en particular, lo que hace ver a todas… Leer más »
Lo mejor que pudo tener España en ese momento: FRANCO.
Atacan a la Memoria Histórica con “Memoria HISTÉRICA” cuando no con “DESMEMORIA”.
Mejor que Franco, solo Jose Antonio Primo de Rivera.
Todo eso fue obra del judaismo talmudico de la epoca y de su brazo ejecutor.
“Este acto levantó muchas críticas, … incluso por grupos católicos como Església Plurar, que lo consideró “una exaltación españolista”.
Otra muestra de unidad en la fe, criterio y accion entre los Papistas.