Asi quedó la fachada del domicilio de Bellalta tras el último ataque. La imagen de San Antonio de Padua, dentro de una urna de cristal, objetivo de los violentos.

Madrugada del jueves al viernes. Vilanova i la Geltrú. Un grupo de encapuchados aporrea violentamete la puerta del domicilio de Gerard Bellalta, presidente de Catalunya Desperta Ya!, y lanza gran cantidad de pintura contra la fachada, en medio de una catarata de insultos y amenazas de muerte. Es el tercer ataque contra el domicilio del líder de los unionistas catalanes en menos de dos meses. Junto a Bellalta, se hallaban en la casa su mujer y sus dos hijas. La menor de ellas, de apenas 13 años, está aterrorizada por lo que tiene que escuchar. Gerard Bellalta quiere salir a la calle y hacer frente a los terroristas. Su mujer y sus dos hijas tratan de disuadirle en medio de una fortísima tensión. Cuando finalmente Bellalta logra salir al exterior, los violentos ya han escapado. Recorre el pueblo en su búsqueda. “Si hubiera cogido a uno de ellos, no sé qué hubiera ocurrido”. Tras una noche de vigilia y ante la ineficiencia de los Mossos d’Esquadra, Bellalta da vueltas a una idea: poner la seguridad de su familia en manos de la mafia rusa.

“Todo en la vida tiene un límite y esto ya ha llegado a ese límite. Si no hago algo, los que atacan mi domicilio, algún día no se conformarán con eso y querrán atacar a cualquiera de los míos. Esto se tiene que acabar y le aseguro que se va a acabar”, señala rotundo.

-¿Y los Mossos? ¿Por qué no recurrió a ellos?

Las veces que lo he hecho se han reído de mí en mi propia cara. Todas las denuncias que he interpuesto han sido en vano. El asunto es todavía más grave en tanto que los Mossos son un cuerpo policial depediente del Estado. En la práctica sin embargo se comporta como una policía de partido. Mire, es el tercer ataque que sufre nuestra casa en menos de dos meses. Vilanova es un pueblo pequeño, donde todo el mundo se conoce. Aquí no es facil hacer algo sin que al poco tiempo todo el mundo lo sepa. Si en vez de los Mossos tuviéramos un destacamento de la Guardia Civil, le aseguro que estos terroristas ya habrían sido identificados y detenidos. Pero en esta región, si la víctima de los violentos resulta ser un dirigente españolista como yo, entonces nadie ve ni sabe nada. La situación empieza a ser un calco de la que se vivió en las tres provincias vascas en las décadas de los 80 y los 90.

-¿Qué hacer entonces…?

Cuando el Estado no te protege, cuando la policía no atiende a tus denuncias, cuando a ningún representante público parece importarle la suerte que corramos yo y mi familia, entonces hay que llenar ese vacío de autoridad con lo que se tenga a manos. ¿O cree que me agrada el hecho de no poder contar con mi Policía porque mi Policía literalmente me ignora? Comprendo ahora por qué surgieron grupos mafiosos en sociedades tan moralmente corrompidas como lo es ahora la catalana: cuando las corrompidas instituciones públicas no proporcionan seguridad ni garantías legales a las personas ni a sus bienes, entonces las personas tienen el deber moral de buscar que alguien de fuera les proporcione esa seguridad y esas garantías.

-¿Qué quiere decir?

Si esto sigue así y no hay un giro copernicano, me plantearé seriamente poner la seguridad de mi familia en manos de la mafia rusa.

-¿Y eso es legal?

¿Y que te amenacen de muerte y destrocen tu vivienda lo es? Explíquele usted a mi hija menor los límites o no de la legalidad en Cataluña. Yo pago mis impuestos para recibir protección. Yo quiero que la Policía que pagamos todos me proteja. Yo quiero que el peso de las leyes de este país caiga sobre quienes perturban mi tranquilidad y la de mi familia. Yo quiero vivir en paz en una sociedad que garantice mi derecho a defender las ideas pacíficas que yo quiera. Pero si la Policía no me protege, si las leyes no me respaldan y si los representantes institucionales miran para otro lado cuando se nos ataca, entonces explíqueme usted lo que debo hacer. ¿Esperar a que un día suceda algo irreparable?

-Sería usted el primer ciudadano español que pone su seguridad en manos de la mafia

Ya hubo otro caso en el pasado. En los ochenta, el empresario guipuzcoano Luis Olarra Ugartemendía figuraba al frente de todas las listas de ETA por negarse a ceder al chantaje de los terroristas. Amenazó con usar el dinero que le solicitaban recurriendo a la mafia marsellesa si alguien le molestaba a él o a su familia. Para que los etarras vieran que no era un farol, dio nombres, trabajos y direcciones de gente del entorno terrorista. Olarra vivió en el País Vasco hasta su fallecimiento en 1994. Nadie le molestó jamás.

-¿En que consistiría su relación con la mafia rusa…?

En el caso de que esto continúe y nuestra seguridad siga estando en permanente riesgo, estoy dispuesto a acordar un pago anual con ellos a cambio de que ni a mí ni a ninguno de los míos nos ocurra nada. El contrato quedaría roto en el momento en que fuésemos objeto de alguna acción violenta. Los responsables serían dirigentes del separatismo catalán, cuyos datos completos obrarían en poder de los rusos. Ojo, que no estamos hablando de angelitos. Esta gente es la que hace pocos años pegaba tiros y ponía bombas en nombre de Terra Lliure.

-¿Es consciente de que este acuerdo podría tener para usted consecuencias legales…?

Nada me alegraría más que tener que ir a declarar a Fiscalía por estos hechos, ya que ello contribuiría a que se conociera a nivel internacional la actitud negligente que mantienen algunos órganos dependientes de la Generalidad. Quiero que se sepa fuera que ejercer de español en Cataluña empieza a ser tan peligroso como ejercer de activista pro-derechos humanos en el Mississipi de los años 50.

Yo no le estoy pidiendo a los receptores de mis impuestos que gobiernen al margen del Estado de Derecho, ni que se salten ninguna ley. Lo que les exijo es que los ciudadanos podamos vivir conforme a los derechos y obligaciones que establece ese Estado de Derecho. Solo eso. Esto lo que pone en evidencia es la situación de anormalidad política que se vive en Cataluña, razón por la que cada vez más catalanes pedimos la aplicación del artículo 155 de la Constitución y la puesta a disposición judical de los responsables políticos de este caos.