Diada e Islam (toros…y moros)
Juan Fernandez Krohn/Reproducido PD.- Cataluña y Andalucía. Comparaciones odiosas. En la retórica proverbial del catalanismo (separatista) tal y como se trasmitiría de padres a hijos entre algunos -¿muchos, pocos?- catalanes, uno de los clisés mas divulgados lo era y lo sigue siendo el del europeísmo de Cataluña y del africanismo del resto de los españoles, y en particular de los andaluces, moros o medio moros en la óptica sectaria y deformada de los catalanistas.
Al paso que van las cosas no obstante Cataluña va a verse llena de moros mucho antes que Andalucía. Y por si cupieran dudas a algunos de la ceguera catalnista ahí están las recientes declaraciones del presidente de la Generalitat, Artur Mas, en su visita a Nueva York, silenciadas en los medios españoles, pero no fuera de España, dándoselas -por ser catalán- de más europeo (y más blanco) que el resto de sus comaptriotas.
En el pecado se diría que llevan la penitencia, porque navegando en la red a toda prisa con motivo de la celebración de la Diada -la fiesta “nacional” catalana (entre comillas)- me percato un poco mas si ya no lo estaba de la hondura y magnitud del problema de la inmigración musulmana en aquella región española. Treinta por ciento de población como forman ya los inmigrantes de esa confesión religiosa en algunos municipios catalanes, como el de Salt por ejemplo (provincia de Gerona, cercano a la frontera francesa) -teatro el pasado año de incidentes con motivo del proyecto (bloqueado) de construcción de una mezquita en la localidad- no es si se la examina en sí misma una cifra abusiva comparativamente hablando.
En Bruselas por ejemplo, capital de la CEE, lo que se llama la “aglomeración” -a saber el casco urbano sin contar con la periferia- cuenta con procentajes oficiosos de emigrantes musulmanes -magrebíes, turcos y albaneses esencialmente- grosso modo los mismos. Ocurre no obstante que el nivel o el grado del desafío y de al provocación es sensiblemente inferior aquí al que a todas luces se esta dando en Cataluña.
En Bruselas, los emigrantes musulmanes que cuentan (de antiguo) con una mezquita en el centro de la aglomeración -del Centro Islámico de Bruselas- pero que por lo general no cuentan edificios afectados por entero al culto islámico sino que se trata por lo general de locales habilitados “ad hoc” o “ex professo”, se comportan por lo general de forma bastante discreta. Sin minaretes además, al contrario que en Suiza. ¿Germen de conflictos en el futuro? Es posible, no lo excluyo. Hace veinticinco años cuando aquí llegué así lo creía a ojos cerrados, ahora en cambio no estoy tan seguro.
El impacto y fuerza de agarre de la occidentalización entre la emigración musulmana no es algo que quepa depreciar, a tenor por los gritos de alarma aunque sólo sea, en proveniencia del mismo campo musulmán como las proclamas que lanzo en los medios no hace tanto el principal responsable -número dos de la organización hasta la muerte de Ben Laden- sobre la contaminación occidental que sufrían los países del Norte de África, justo antes )-es verdad- del estallido de las primaveras árabes (…) ¿Por qué pues esa acritud ese enconamiento en cambio en Cataluña? ¿Será -como lo vienen denunciando muchos- porque el odio antiespañol ciega a algunos y hace que se desvanezca en ellos las barreras de tipo cultural y religioso en relación con un Islam emigrante que otros en cambio están empezando a ver como la gran amenaza?
La prensa digital de hoy recoge el incidente -en la atmósfera que la celebración de la Diada trae inevitablemente consigo- de los insultos del que se habrá visto blanco el líder de la Plataforma por Cataluña, una organización que habrá hecho de la lucha contra la islamización rampante la prioridad de las prioridades a partir de unos planteamientos lingüísticos -por el uso (prioritario del catalán) aceptables en principio por muchos en Cataluña incluso por muchos catalanistas moderados (no abiertamente separatistas) “Estoy casado con una marroquí ¡hijo de puta!”, le habrá gritado al pasar un transeúnte; algo doblemente revelador, de la inquina de algunos y tambien de su optimismo y de su ingenuidad al mismo tiempo, y por vía de consecuencia de los visos de gravedad que viene alcanzando -en ese aspecto- la situación en Cataluña.
Hace ya dos años me permití una crónica -que gozó sin yo esperármelo de cierta difusión en el resto de la prensa digital española (por primera vez sin duda desde que dí inicio a este blog)- sobre los proyectos de matrimonio alardeados en la prensa entonces de un político de gran destape del PP -diputado y actual embajador en la India- Gustavo de Aristegui- con una súbdita del rey de Marruecos, donde denuncié por mi cuenta y riesgo la gran estafa en el plano religioso de los llamados matrimonios en blanco de cónyuge europeo no/musulmán con musulmana, generalizados en los países europeos de fuerte inmigración musulmana; en la medida que suponen necesariamente la conversión forzosa al Islam del cónyuge musulmán masculino (no en cambio a la inversa), una punto en el que la charia islámica en vigor en todos y cada unos de los países musulmanes -que no conocen otra ley en la matiera- no admite el menor asomo de transigencia. ¿Tienen derecho a usar su propia lengua muchos catalanes?
Sin duda alguna. ¿Tienen derecho en cambio derivado de lo anterior a dejarse invadir o a ser cómplices de la islamización de Cataluña? Esta claro que no. Como diría el coronel Alamán, por encima de nuestros cadáveres. Y Rafael de Casanova -que según las malas lenguas huyó de las tropas borbónicas en la Barcelona asediada disfrazado de fraile- no hubiera pensado de otra manera, y desde luego, si levantase la cabeza pensaría que se habían vuelto locos muchos de sus paisanos.
Diada catalana, malentendido histórico entre los Austrias y los Borbones -como el que llevó a la Guerra de los Treinta Años- a la medida del malentendido (lingüístico) que mantiene con el resto de España muchos catalanes. Sí al uso del catalán, con tal que el turbante como ocurre en Bizancio quinientos años atrás no se esconda -s’il vous plaît!- detrás de la barretina.