Ha llegado la hora de los patriotas
Un grupo de españoles de Aldea del Rey ( Ciudad Real), de patriotas de eso que se llama la sociedad civil, de las clases medias, han salvado la dignidad nacional de una España gobernada por traidores conmemorando con veneración los 800 años de las Navas de Tolosa. Lo han hecho durante todo un año.
Aldea del Rey tiene a la vista, en su término, esos dos espolones de heroísmo calatravo que son Calatrava la Nueva y Salvatierra. En la bellísima fortaleza berroqueña he tenido el honor de presentar mi novela “Las Navas de Tolosa”(Ed. Rambla). Entre los actos de esta semana estelar ha tenido lugar, con el concurso de los militares de la Base de helicópteros de Almagro, un homenaje a los caídos y la bandera.
Es lo normal, pero en España suena a excepcional, porque el patriotismo ha sido proscrito o ninguneado, cuando el patriotismo es virtud cívica de las sociedades de las naciones que aspiran a sobrevivir y crecer en paz. Esta es una crisis, sistémica, de muchas cosas, pero también de patriotismo. Con patriotismo no se acepta la corrupción o e espolió o el separatismo. Lo grave de Rajoy es que no es un patriota. El patriotismo no es patrimonio de nadie sino de nominador común. El patriotismo se ha hurtado a la juventud española, que precisa de un servicio militar voluntario, sin Patria no hay sociedad, no hay familia, no hay cohesión , no hay valores comunes, no hay fraternidad.
El problema de Europa es que, al servicio de los burócratas, ha abandonado lo que Degaulle denominaba “la Europa de las patrias”.
El patriotismo está volviendo, no solo por el futbol, sino como instinto de supervivencia, como superación de etiquetas y falsas trincheras inventadas por la casta parasitaria. El patriotismo nos salvará. Ha llegado la hora de los patriotas.
PUES HAY QUE VOTAR A ALTERNATIVA ESPAÑOLA
La ausencia de las más altas instancias del país en el acto conmemorativo (y el silencio de los medios que sirven de soporte al régimen) es más que una acción culpable que describe sin error la miserable catadura moral de los que la protagonizan: tiene el valor de un símbolo. Toda la decadencia intelectual, toda la degeneración moral, toda la vileza de una cultura, se expresa a través de actos tan ruines como el de ignorar, silenciar y hasta tergiversar los más nobles hitos históricos de un pueblo al que se le quiere privar de la gloria de su existencia… Leer más »