La izquierda renueva su discurso: Del “¡Proletarios del mundo, uníos!” al “¡Inmigrantes de todo el mundo, colonizadnos!”
B.D.- Los partidos de izquierda eran originalmente los representantes del proletariado. Los partidos socialistas, comunistas y trotkistas siempre han pretendido defender los intereses de la clase obrera. Según aquellos esta tenía una misión revolucionaria. Los capitalistas debían ser reemplazados en el poder por los representantes del proletariado, es decir los intelectuales que predicaban las revolución. Pero esta alianza voló por los aires en 1968.
Los obreros no siguieron a los intelectuales de izquierda. Los discursos de Jean-Paul Sarte no bastaron para arrastrar a los obreros a la revolución. La clase obrera estaba más interesada en la sociedad del consumo que en la sociedad comunista. De esa época data una gran incomprensión entre las élites izquierdistas y los obreros. (Pinche aquí para ver un grotesco video del candidato socialista a la Presidencia de Francia, François Hollande).
Esta fractura se acentúo en 1989 con la caída de los regímenes totalitarios de Europa del Este. El sistema comunista apareció claramente como lo que siempre había sido: una sociedad en la que una minoría de ‘apparatchiks’ explotaba una mayoría amordazada y miserable. Los intelectuales izquierdistas se encontraron entonces sin utopía creíble, por culpa de una clase trabajadora que rechazó su misión revolucionaria. Pero pronto encontraron una solución: cambiar de utopía. La nueva utopía es la sociedad multicultural y multirracial. Esta supone una inmigración masiva de inmigrantes hacia los países occidentales. Estos inmigrantes son los nuevos “parias de la tierra” que hay que salvar. Estos reemplazan en el corazón de los idealistas el papel que anteriormente le correspondía a los obreros.
Esta idealización del inmigrante tiene dos consecuencias. Por un lado, los trabajadores ya no son defendidos por los intelectuales de izquierda. Aquellos se han convertido incluso en una clase que hay que combatir ya que votan cada vez menos a la izquierda. De esa manera, la intelligentsia izquierdista, además de rechazar a los obreros, siente ahora un desprecio condescendiente hacia ellos. Los intelectuales le hacen pagar al proletariado su inmovilismo traicionando sus intereses.
En efecto, los obreros son las principales víctimas de la inmigración masiva. Esta genera una competencia desleal para los trabajadores europeos y una presión a la baja sobre sus salarios. Los inmigrantes aceptan de facilmente trabajar en negro, de tal manera que los trabajadores nativos sin formación pueden ser excluidos del mercado del trabajo ya que cuestan más caros. A las élites les importan muy poco las condiciones de vida de la clase trabajadora nativa ya que ellos no las viven. La intelligentsia bienpensante considera un deber castigar el proletariado europeo y le hace padecer una inmigración muy pesada para sus intereses y sus condiciones de vida.
Por otro lado, los inmigrantes son considerados como la fuerza revolucionaria que engendrará una sociedad regenerada. Por principio el inmigrante está dotado de todas las virtudes. A él le corresponde realizar la nueva utopía en lugar del proletariado local. El eslogan marxista: “¡Proletarios del mundo, uníos!” es remplazado por el nuevo lema: “¡Inmigrantes de todo el mundo, colonizadnos! “.
En efecto, este aporte de sangre nueva permite volver a empezar el mismo tejemaneje. Los intelectuales han encontrado a nuevos “explotados” que defender, y estos en pago deben llevarlos al poder. Si el pueblo ya no conviene, hay que cambiar de pueblo. La izquierda propone el derecho a votar y a ser elegido par los inmigrantes en las eleccciones locales. Defiende igualmente la nacionalización autómática para todos lo nacidos en los países europeos de padres extranjeros. Los ilegales son ardientemente defendidos por la extrema izquierda que exige la regularización de todos ellos por el sólo hecho de haber entrado ilegalmente en el territorio de las distintas naciones europeas. La élite bienpensante cree inocentemente que la diversidad de la sociedad conducirá al monopolio de su ideología en los espíritus. Pero los europeos podrían rebelarse y los inmigrantes, por su parte, utilizar sus propias élites para defender sus reivindicaciones comunitarias (lo que ya está ocurriendo). La clase intelectual “progresista” se vería engañada de nuevo por aquellos que pensaba utilizar en su provecho.
Acabo de escuchar por la radio que España se ha convertido nuevamente en un país de inmigrantes. Me parece realmente indignante que los españoles se tengan que marchar de su país, mientras aquí seguimos acogiendo extranjeros con los brazos abiertos. Los españoles se van por que aquí ya no hay trabajo y sin embargo siguen llegando extranjeros a vivir a expensas de los españoles que quedamos, y que cada vez somos menos. ¿Seguro que la inmigración enriquece a los países a los que va? Pues España debe ser la excepción por que cada vez está más pobre y más llena… Leer más »
Racista es el que ama las razas , Yo no amo las razas humanas , amo las razas de animales no humanas ,como mi perro y los elefantes etc.. . .no tengo por que amar a quien no quiero ,no tengo que aguantar a quien no deseo ni quiero. . y en mi casa mando yo . y entra quien yo quiero. saludos un amante de las razas de animales .pero no las humanas ¿lo pillas ?.S Torrent
Una vez más:
No son izquierdas. Son antiblancos.
Antirracista es una palabra en clave para antiblanco.
Su motivación no es la política.
Su motivación no es la economía.
Su motivación es el geNOcidio blanco.
Antirracista es una palabra en clave para antiblanco.
Lo resumiré en pocas frases.
La izquierda ve en la inmigración y los inmigrantes la oportunidad de contar con una nueva fuerza proletaria en occidente al haber sido abandonados por los obreros autóctonos y nunca haber conseguido”hacer la revolusssión”, como de honrados no tienen un pelo, de paso hacen negocio con sus tinglados subvencionados ONGetas, asociaciones, fundaciones contra el racismo y demás mafias endófobas.
La derecha fomenta la inmigración por cuestiones laborales y de beneficia empresarial, la izquierda lo hace más por ideologia , pero tambien se lucra con el fenómeno.
No tengo que trabajar para pagar la manutención de alguien que entró ilegal en España.
El que trabaja gratis para otro sin recibir nada a cambio es un ESCLAVO.
Los españoles somos ESCLAVOS en nuestra propia tierra.
Detrás de cada progre hay una subvención o un interés económico. Si se acaba con esa subvención SE ACABA CON EL PROGRE que son más falsos e hipócritas que Judas. HAY QUE PONER FIN A TODO TIPO DE SUBVENCIONES porque de ellas viven en cada país de Europa decenas de miles de vividores, oenegeros, etc, que hacen proselitismo de la islamización y eliminación de las culturas nativas de Europa. Si se eliminaran las subvenciones todos esos progres se tendrían que levantar a las 5 de la mañana para trabajar de sol a sol en vez de rellenar papeles de regularización… Leer más »
si esto es cierto, los izquierdistas son jilipollas. Los inmigrantes no han venido a europa para seguir viviendo en la miseria, sino para poder enviar dinero a su pais y en unos años volver para vivir como un potentado. Un operario del metal, que era africano, cuando vio el chalet del jefe, le dijo que el en su pais se estaba haciendo una casa de 600m2 con lo que se sacaba de jornal aqui, y sabeis que paso? al cabo de un año, se llevo maquinaria de ocasion a su pais y ahora vive alli como un marques con su… Leer más »
Los progretas (comunitas, socialistas, socialdemócratas, centristas, etc.) no se dan cuenta de que abriendo las puertas a los inmigrantes SÍ crean esclavos y siervos. Pero como viven de ser progretas, no se darán cuenta.