Mingote y el alma de España
Las artes y las letras españolas lloran la muerte del genial Antonio Mingote. Las tintas de los colores de la vida se han convertido en lágrimas de esperanza. Mingote, además de ilustrador en papeles periódicos, académico de prestigio y humanista, fue un caballero español y cristiano, amante de la familia y con un sentido común aplastante que convertía lo cotidiano en gracia. Durante cerca de sesenta años dibujó en su Casa del ABC el alma de España, sus raíces. La presencia del hecho cristiano, con los colores de una fe que se ha hecho cultura en la historia, ha sido una constante en su radiografía de lo español. Su profunda cultura literaria, su pasión por el teatro y su amor al cine, convirtieron su vida en un ejemplar empeño.
La cultura siempre hace que lo humano remita, inevitablemente, al encuentro con Dios. Mingote ha sabido dar sentido, humor y amor a la existencia. Ha hecho atractiva la realidad más cercana y la más lejana. ¡Cuántas veces, con sus dibujos del cielo repleto de vida buena, lograda, invitaba a la plenitud de la existencia y al encuentro con ese Cristo suyo y esa Virgen Madre que reina en el alma de España! Los trazos de sus viñetas costumbristas, patrimonio del imaginario de España, han ratificado que en nuestro país siguen existiendo vidas ejemplares, síntesis de tradición y de modernidad. Descanse en la paz de Dios quien fue persona de saberes y sabores plasmados en líneas de belleza, de verdad y de bondad.