Álvaro de la Iglesia y “La Codorniz”
Álvaro de Laiglesia (1922 – 1981) es uno de los clásicos del humor español del siglo XX, como lo son Ramón Gómez de la Serna, Enrique Jardiel Poncela, Wenceslao Fernández Flórez, Julio Camba y Noel Clarasó, compañeros suyos condenados igualmente al olvido por la memoria oficial por el partidismo cultural español en lo que al más elevado de los géneros literarios se refiere.
Atraído por la poesía política escribió encendidos versos firmados como “El Condestable Azul”, que aparecerían en Flechas y Pelayos, semanario infantil donde llegó a subdirector a la edad de quince años. Al año siguiente, estaba en La Ametralladora, donde Miguel Mihura lo nombró redactor jefe. Colaboró también en Domingo y hasta escribió una primera obra teatral que estrenó Isabelita Garcés en 1938.
Cerrada La Ametralladora, y de regreso en Madrid, Víctor de la Serna lo acogió en Informaciones, aunque muy pronto su carácter inquieto, comenzada la II Guerra Mundial, le hizo embarcarse en el “Magallanes”, rumbo a La Habana, donde le aguardaba Pepín Rivero, director del Diario de la Marina, que había recibido una carta recomendándole, de Manuel Aznar, abuelo del ex presidente del Gobierno español. Allí realizaba una columna diaria, a diez pesos semanales. Insatisfecho por el trabajo volvió a Madrid, donde Mihura le ofreció el puesto de redactor jefe de La Codorniz, apoyada por su antiguo benefactor Manuel Halcón, que iba a ser la continuadora de La Ametralladora. Aceptó encantado, aunque su afán de vivir le llevó pronto a plantar a Mihura, enrolándose en la División Azul con otros falangistas.
Al volver a España en 1943, recuperó su puesto de redactor jefe en La Codorniz. Y un año más tarde accedió a su dirección tras el abandono de Mihura. Ahí comienza su carrera más brillante, convirtiéndose en el director de medio de comunicación español que más años se mantendrá en el cargo – treinta y tres – hasta ser defenestrado tras una turbia maniobra empresarial.
Un repentino infarto sufrido en Manchester, el 1 de agosto, dio al traste con sus proyectos y su vida.
OBRAS PRINCIPALES:
“Un náufrago en la sopa”(1944), “El baúl de los cadáveres”(1948), “La gallina de los huevos de plomo” (1950), “Se prohibe llorar (1953), “Dios le ampare, imbécil (1955), “Todos los ombligos son redondos” (1956), “Más allá de tus narices” (1958), “En el Cielo no hay almejas” (1959), “Los pecados provinciales” (1961), “Yo soy Fulana de Tal” (1963), “Mundo, Demonio y Pescado” (1964), “Fulanita y sus menganos” (1965), “Licencia para incordiar” (1968), “Nene, caca” (1969), “Requiem por una furcia” (1970), “Mejorando lo presente” (1971), “Listo el que lo lea”(1973), “Es usted un mamífero” (1974), “Tierra cachonda” (1977), “Los hijos de Pu” (1979), “Morir con las medias puestas” (1980) y “La Codorniz sin jaula”(1981).
Para el teatro escribió piezas en colaboración con Miguel Mihura, Claudio de la Torre y Janos Vaszary.