La Policía israelí ya ha calificado la explosión de “ataque terrorista”, término con el que se suelen designar los ataques de milicianos palestinos. Se trata del primer atentado terrorista en Jerusalén en siete años.

Por el momento ningún grupo ha reivindicado la autoría de la explosión, que según la Policía fue causada por una bomba en una bolsa que había sido colocada junto a un poste telefónico muy cerca de un centro de conferencias y la estación central de autobuses. De hecho, según los medios locales, las ventanas de dos autobuses que pasaban por el lugar han saltado por los aires.

El atentado, que ha coincidido con un incremento de la violencia en la frontera entre Israel y la Franja de Gaza –ayer hubo casi una decena de muertos, entre ellos varios menores, por ataques israelíes–, ha provocado el cierre de la ciudad, según informa el diario ‘Haaretz’, precisando que la Policía está peinando la zona en busca de otros posibles artefactos.

El comandante de la Policía de distrito de Jerusalén, general Aharon Franco, ha explicado que ya se han emprendido acciones “dentro de la ciudad y sus alrededores para encontrar a potenciales sospechosos, incluidos controles de carretera”. “Por el momento no tenemos pistas de potenciales sospechosos”, ha reconocido.

Entretanto, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha aplazado su viaje a Rusia, donde tenía previsto reunirse con las autoridades antes de regresar mañana a Israel. De hecho, el primer ministro ha convocado una reunión de emergencia de su gabinete tras lo ocurrido.

La cadena de televisión qatarí Al Yazira está retransmitiendo en directo las consecuencias de la explosión que puede consultarse en este enlace.