Cuenta atrás para la catástrofe nuclear en Japón
Otro día más con el temor a una catástrofe nuclear. Japón tiene que enfrentarse a las consecuencias del peor terremoto de su historia: el elevado número de muertos y desaparecidos, la destrucción que reina en las zonas afectadas, la carencia de combustible y alimentos pero, sobre todo, el peligro a nuevas explosiones en las centrales nucleares que pongan en riesgo la salud de sus ciudadanos.
Los responsables de la central japonesa de Fukushima trabajan hoy por evitar que escapen a su control los seis reactores, si bien fotografías de los números 3 y 4 muestran importantes destrozos, en un intento de evitar una tragedia nuclear. Mientras, las autoridades han elevado a 12.000 las víctimas del terremoto de 9 grados y el posterior tsunami, y el emperador Akihito se ha mostrado “profundamente preocupado” por la situación y ha pedido solidaridad a los japoneses, en el primer mensaje televisado a la nación en sus 22 años de reinado.
El ministro portavoz japonés, Yukio Edano, ha asegurado en rueda de prensa que el nivel de radiactividad registrado, hasta ahora, en un radio de entre 20 y 30 kilómetros de la central, donde se ha pedido a los residentes que permanezcan en casa con las ventanas cerradas, no supone “un riesgo inmediato para la salud”.
Ante las dificultades para inyectar agua marina en el reactor 3 desde la propia central por el alto nivel de radiación, un helicóptero de las Fuerzas de Auto Defensa (Ejército) ha partido hoy desde la vecina ciudad de Sendai para arrojarla desde el aire. Sin embargo, los elevados niveles de radiactividad detectados en esa zona han llevado en el último momento a abortar el intento, según la televisión nacional NHK, que citó fuentes del Ministerio de Defensa.
Según la agencia local Kyodo, se teme que el reactor haya liberado vapor radiactivo debido a daños en su sistema de contención. De este reactor salieron esta mañana columnas de humo blanco, que, según Edano, es vapor procedente de la piscina donde se almacenan barras de combustible atómico ya utilizadas. El edificio que alberga ese reactor quedó dañado el lunes a causa de una explosión de hidrógeno y ayer se detectaron altos niveles de radiación en sus inmediaciones.
Los 50 ‘héroes’ de Fukushima
La elevada radiación llevó a evacuar a la mayoría de los 800 trabajadores de la central, donde han quedado solo cerca de medio centenar, que hoy han tenido que abandonarla temporalmente a causa de una nueva subida de la radiactividad. Algunos medios apuntan a que los empleados podrían haber regresado a las instalaciones, aunque por el momento el Gobierno no lo ha confirmado.
Por otra parte, el reactor número 4 ha registrado hoy un incendio y la empresa operadora, Tokyo Electric Power (TEPCO), ha publicado una fotografía del edificio en la que se ve que una gran porción de la pared exterior se ha caído. En el cuarto piso hay un agujero de ocho metros de diámetro y se puede ver el interior a través del boquete, causado ayer por otro incendio.
En los reactores 1 y 2 las barras de combustible atómico también han quedado total o parcialmente dañadas. El reactor 5, apagado al igual que el 6 pero en el que también hay problemas, el nivel del agua continúa bajando. Dicho nivel había descendido 40 centímetros entre las 07.00 y las 12.00 GMT del día 15 de marzo, quedando a 201 centímetros por encima del carburante, han comunicado las autoridades. Funcionarios en la planta estaban pensando en usar un generador de diesel en funciones en el reactor 6 para suministrar agua al reactor 5.
La alocución del emperador Akihito, de 77 años, difundida por la cadena de televisión pública NHK, es una muestra más de la gravedad de la crisis que vive Japón, la peor desde el final de la II Guerra Mundial. Akihito visiblemente apesadumbrado ha dicho que “un terremoto de 9 grados nunca había ocurrido en Japón” y ha añadido: “Rezo para que se salve el mayor número posible” de personas. El emperador ha pedido al pueblo nipón que no se dé por vencido en este momento de crisis “cuidándose los unos a los otros”.
Más de 200 réplicas
Mientras la alarma nuclear recorre el mundo y reabre viejos y nuevos debates sobre el uso de la energía atómica, el número de víctimas sigue aumentando. Las autoridades niponas han elevado hoy a 3.771 la cifra de muertos y a 8.181 la de desaparecidos, si bien el balance final de víctimas puede aumentar todavía en algunos municipios de las provincias más afectadas, como Iwate, Miyagi y Fukushima, donde miles de personas siguen sin ser localizadas. Unos 100.000 militares japoneses, ayudados por voluntarios extranjeros especialistas en salvamento, peinan la zona devastada donde ya han sido rescatados unos 26.000 supervivientes.
Casi 80.000 edificios y viviendas han sido destruidos y más de medio millón de evacuados vive en unos 2.500 refugios temporales, muchos de los cuales no tienen agua potable o electricidad. Los equipos de rescate luchan contra las constantes réplicas.
Un terremoto de 6 grados de magnitud en la escala de Richter ha sacudido hoy a las 12.52 hora local (3.52 GMT) la costa oriental de Chiba y se ha sentido con claridad en la vecina Tokio. Anoche, otro seísmo de 6 grados se produjo al suroeste de Tokio, con epicentro localizado en la provincia de Shizuoka, y también se ha notado en la capital japonesa. Desde el terremoto de 9 grados del pasado viernes se han registrado ya más de 200 réplicas.
Aumenta a 4.255 el número de muertos y a 8.194 el de heridos en Japón
El número de personas que han muerto en Japón como consecuencia del terremoto y el posterior tsunami del viernes pasado ha aumentado a 4.255, mientras que los heridos ya son 8.194, según el último balance de la Agencia Nacional de Policía.
Los fallecidos se reparten en doce prefecturas del país, mientras que las desapariciones se han producido en seis prefecturas, según el balance, del que informa la agencia de noticias Kiodo.
La agencia advierte de que la cifra de muertos aumentará porque se están encontrando numerosos cadáveres, principalmente en las zonas costeras golpeadas por el tsunami, ahora que parte del agua ha retrocedido y se han levantado las alertas por tsunami.
En las operaciones de rescate y ayuda de este miércoles han participado 80.000 militares, policías y bomberos, que han visto complicada su labor por unas temperaturas excepcionalmente bajas para esta época del año.
El primer ministro, Naoto Kan, ha dicho durante una reunión con un grupo de trabajo para situaciones de emergencia: “Podríamos rescatar a más de 26.000 personas, pero el número de muertos o desaparecidos ha superado los 10.000”.
LENTITUD EN LAS AUTOPSIAS
Mientras, los avances en las autopsias de las víctimas son lentos y, debido a la falta de personal, la Policía está intentando que las personas que tienen familiares desaparecidos comprueben si pueden identificar a alguno de los cadáveres.
La Policía Nacional ha ordenado a la local que acelere las autopsias utilizando fotografías. Por su parte, la Policía de la prefectura de Miyagi se está planteando pedir a voluntarios que ayuden a las familias de las víctimas con las identificaciones para que los agentes se puedan centrar en los exámenes post mórtem.
En las prefecturas de Iwate, Miyagi y Fukushima, la Policía local ha empezado a hacer públicos los nombres, edades y direcciones de las personas cuyos cadáveres han sido recuperados basándose en sus pertenencias, una medida excepcional.
El Gobierno japonés ha decidido este miércoles, por primera vez desde que ocurrió el desastre, movilizar a militares reservistas para que participen en las operaciones de ayuda. Serán llamados unos 10.000, según el ministro de Defensa, Toshimi Kitazawa.
Mientras, unas 430.000 personas siguen alojadas en los más de 2.400 refugios establecidos en ocho prefecturas. Las autoridades de Iwate, Miyagi y Fukushima han pedido a la Asociación de Fabricantes y Suministradores de Construcciones Prefabricadas de Japón que construyan 32.800 viviendas temporales en total.
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