Si en todas las profesiones los límites éticos tienen, o debieran tener, un peso preponderante, en el periodismo adquieren una mayor importancia: lo que se dice o se publica tiene inmediatas repercusiones y, para lo bueno o lo malo, provoca un impacto social con consecuencias. Y todo esto volvió esta semana al tapete de una manera escandalosa, con la publicación en la revista francesa Vogue de una producción de modas donde tres nenas de entre 5 y 7 años posaron de manera provocativa, peinadas y maquilladas como adultas.

Además de generar tras el escándalo la salida de su editora en jefe, Carine Roitfeld, como informó Clarín en su edición de ayer, la publicación de la producción de 15 páginas de Vogue puso sobre la mesa un polémico debate en los medios sobre cuáles son, o debieran ser, los límites de un editor a la hora de decidir la publicación de un material que, como en este caso, puede provocar no sólo escozor sino hasta molestia y desagrado en muchos lectores. Y si bien el argumento de que la edición de Vogue prácticamente se agotó puede ser válido para algunos y considerado un “éxito” para quien decidió su publicación, desde otro punto de vista la ética periodística dice que no todo es válido, ni muchísimo menos, a la hora de vender un producto o una publicación.

Este, claro, no es un debate nuevo. La publicación, por ejemplo, de fotos con cadáveres en primeros planos es muchas veces centro de debate en las redacciones, donde están quienes defienden que todo puede y debe ser publicado, aun si provoca malestar en el lector, y quienes, por el contrario, aún creen que hay ciertos límites que uno debe autoimponerse.

Los límites se corren cada vez más, en el contexto de una sociedad muy permisiva y un Estado controlador en retirada. Antes era un escándalo que Nicole Neuman posara de manera sexy a los 12 años en la revista Noticias, mientras que ahora eso casi no llama la atención. Es como que todo está permitido, cuando hay que aumentar la audiencia en Internet y los medios necesitan producir información las 24 horas on line. El escándalo, que es el denominador común de la televisión abierta, se contagió a los medios gráficos e Internet.

¿Cuáles son los límites que tienen los medios de comunicación al momento de publicar una noticia? ¿Hay que mostrar las fotos de las tres niñas de 5 a 7 años que salieron en la revista Vogue en poses provocativas? Para Malele Penchansky, escritora y ex editora de la revista Noticias, “antes de publicar estas fotos habría que hacer múltiples reuniones con especialistas, psicoanalistas, psicopedagogos y con equipos de asesoramiento del medio, para ver cuál es el límite”. A su entender, ese límite es el comercio sexual infantil. “Si me das a elegir, no la publico, por eso la editora de Vogue derrapó y se cayó al abismo”, indicó Penchansky.

A partir del primero de febrero ya no estará Roitfeld en Vogue. Pero seguirá generando intensas polémicas entre quienes asocian a estas nínfulas con efectos perturbadores y aquellos que las ven como niñas que jugaron a disfrazarse de mujeres adultas. Y el debate ético seguirá en las redacciones.