Milagro navideño: Vuelve a la vida tras cuatro meses en coma
El 20 de mayo parecía un día como otro cualquiera para Andrea, una adolescente de 16 años. Hacía buen tiempo en su pueblo, Cangas, y decidió ir con unas amigas a bañarse a la playa de O Canabal. Al poco de meterse en el agua sus amigas se dieron cuenta de que estaba quieta, boca abajo. La sacaron del agua y un hombre intentó reanimarla sin éxito. Echaba espuma por la boca pero no respiraba.
Los siguientes cuatro meses estuvo en coma. Estaba viva, aunque no lo parecía. En agosto decidieron pasarla a planta, todavía en coma. El milagro comenzó el pasado septiembre. Primero entreabrió los ojos y poco a poco fue recuperando la capacidad de hablar. Quizá influyeron los estímulos exteriores: televisión, visitas, … Ahora, siete meses después del incidente, ha abandonado el hospital. Le queda por delante una rehabilitación que puede durar un año y medio pero también un horizonte optimista: los médicos creen que se recuperará del todo. Lo que ocurrió ese 20 de mayo es un misterio: no hubo golpes sino una pérdida de consciencia repentina.
Su madre ha hecho un curso para apender a cuidarla: tiene los codos calcificados y hay que ayudarla a levantarse, a comer, a asearse,… pero está feliz y anima a la gente en una situación similar a que no se rindan.
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