“No tenemos una buena cultura del divorcio, todavía hay mucho dramatismo y se manipula a los hijos”
Los puntos de encuentro familiar son un recurso para que aquellas personas que atraviesan por una separación conflictiva puedan ver a sus hijos sin necesidad de hablar o encontrarse con su ex pareja. Y es que, en muchas ocasiones, los matrimonios que se separan olvidan que, ante todo, son padres.
-¿Qué es un punto de encuentro familiar?
Es un servicio cuya finalidad es mantener el vínculo de los hijos con los padres cuando se producen problemas. Las parejas suelen recurrir a él ante una separación conflictiva, cuando los niños están en una familia de acogida o cuando se divorcian parejas con hijos de otros matrimonios. Así se ofrece la posibilidad de que los hermanos mantengan los vínculos entre sí.
-¿Cómo funciona exactamente? ¿Cada cuánto tiempo suelen acudir las parejas que requieren de este recurso?
Las familias vienen una vez por semana, cada quince días, una vez al mes…. Puede ser que el progenitor se quede con el niño en el centro o que lo recoja, después de que su pareja lo haya dejado, para volver a traerlo más tarde.
Los profesionales que trabajan en estos centros, ¿toman un papel activo a la hora de intentar atenuar la mala relación entre los padres?
Efectivamente, tratamos de que la situación cambie, aunque hay familias que pueden estar más de 4 ó 5 años acudiendo a un punto de encuentro, por lo que el servicio pasa a ser parte de los recursos de la familia, aunque no es lo adecuado. La mediación familiar, en este sentido, es muy importante. En la Comunidad Valencia, las familias deciden de manera voluntaria acudir a una sesión de mediación familiar para tratar de resolver el conflicto por otras vías. En otros modelos esto es obligatorio.
-¿Qué otras diferencias hay entre el modelo español y otros?
En otros países se contemplan otras variables de intervención, por ejemplo, con voluntarios o que sean las propias familias las que deciden acudir. En España es un servicio derivado de la justicia. En este sentido, la coordinación del servicio depende de un abogado. En Europa es más importante que los profesionales que están al cargo tengan habilidades y competencias, además de la formación. Un abogado no puede saber qué necesidades tiene el niño ante una circunstancia determinada.
-En estas situaciones familiares, ¿es el niño el que peor lo pasa?
Según como se posicionen los padres. Aunque si optan por acudir a un punto de encuentro es porque estos padres se manifiestan ante sus hijos como incompetentes para atenderles. Es un problema entre los padres. La cultura del divorcio está mal interpretada en nuestro país. Se confunde el divorcio conyugal con el coparental. Cuando una pareja concluye su vínculo personal no pueden concluir su vínculo como padres. Aunque haya nuevas parejas de por medio, el niño sólo tiene un padre y una madre y éstos tienen que tomar las decisiones que afectan al niño de una manera conjunta. Hay gente que se cree que, por separarse de su pareja, está todo resuelto y se olvidan de que son padres.
-Cada vez son más frecuentes los matrimonios entre personas de diferentes nacionalidad. ¿Existen muchos conflictos cuando estas personas se divorcian?
Ahora en España si el progenitor que tiene la custodia se quiere llevar al niño a otra ciudad lo puede hacer sin problemas porque existe la libertad de establecer la residencia donde se desee. La filosofía debería ser que el niño vive aquí y la custodia la debe tener quien más se lo facilite. En EEUU, por ejemplo, si uno de los progenitores quiere cambiar de ciudad, el niño se queda donde vive. Si por cualquier motivo la madre tiene que marcharse con él, es ella la que financia los viajes del padre para que se mantenga el régimen de visitas. En España estamos a años luz, porque como he dicho antes no hay cultura de divorcio. Todavía hay un cierto dramatismo y se tiende a manipular al niño, porque uno quiere ser mejor padre que el otro. Eso hace que restrinjamos sus deseos y sus necesidades.
-¿En qué país deberíamos mirarnos para encontrar el mejor modelo de punto de encuentro familiar?
En Francia, en la Bélgica balona y en Inglaterra. En estos países se utiliza la mediación familiar como un recurso previo para tratar de solucionar los problemas de la familia. Además, son recursos que normalmente atienden los voluntarios, a no ser que haya una situación de conflicto grave en la que tengan que intervenir otros profesionales. Además, no debería ser un recurso tan ligado al aspecto judicial. Hay países en los que este recurso está disponible para las familias antes de que el conflicto estalle.