Gonzalo Vidarte.- “Felicitaciones para la Humanidad, para el pueblo kurdo y para Kobane”, así dio a conocer el jefe de las Unidades de Protección Popular, YPG, la completa liberación de Kobane de las “inmundas ratas integristas del ISIS”, en lo que es la primera victoria sobre este grupo diabólico, antes financiado por Arabia Saudí y entrenado por Estados Unidos.

El 15 de septiembre, las “ratas” sanguinarias del ISIS entraron en la ciudad kurdo-siria de Kobane e iniciaron un asedio de cuatro meses. Las ratas –como les llaman los kurdos- pronto cantaron victoria y a mediados de octubre anunciaron, con falsedad, la toma de Kobane. No esperaban la tremenda derrota que han sufrido, y que hace prever otras muchas más en el inmediato futuro.

Con masacres, genocidios, violaciones y decapitaciones, las ratas llegaron a Kobane con su ansia de sangre. Los kurdos de Kobane desalojaron las aldeas vecinas, más de doscientos mil hicieron un éxodo hacia las montañas y hacia una Turquía ingrata, que también, a través de Erdogan, llegó a anunciar la caída de Kobane. Los kurdos se unieron y formaron las YPG, milicianos, mal armados, dispuestos a defender su tierra y a los suyos. Las ratas tenían armamento sofisticado. Se luchó en las calles. Más de 1.100 de esas ratas sanguinarias han sido abatidas.

El coraje de las mujeres kurdas

Las ratas sanguinarias del ISIS han mostrado un total desprecio por las mujeres. Han proclamado que las iban a esclavizar, a utilizar como mercancía, a asesinarlas. Así lo fueron haciendo en las masacres en el camino hacia Kobane. Las mujeres kurdas de Kobane les hicieron frente. Han demostrado un sobresaliente coraje. Las YPG están formadas en un 40% por mujeres. Jóvenes y risueñas kurdas, orgullosas de defender a los suyos.

El terror se ha vuelto contra los terroristas. Las mujeres de Kobane sabían que serían violadas y decapitadas. Eso les ha dado un carácter indómito. Una de ellas, rodeada, se armó con cuantos explosivos pudo y no permitió que la tomaran viva, llevándose con ella a muchas ratas al infierno. Los del ISIS tienen pavor a las mujeres porque sostienen la creencia de que si mueren por la bala de una de ellas van al infierno. Extraña creencia porque, en realidad, todos ellos van al infierno. Un dios en nombre del cual se perpetran tales atrocidades no es otra cosa que el diablo. El ISIS es una mera secta satánica.

Las mujeres se pusieron en vanguardia en la lucha y eso atemorizó aún más a las ratas. Los del ISIS han terminado huyendo en ciclomotores hacia la acogedora Turquia del integrista Erdogan. Los terroristas han sido aterrorizados. El terror siembra terror y cosecha terror. Esa es una lección clara. Otra es que cuando se actúa con unidad, como han hecho los kurdos de Kovane, llega la victoria: 150 peshmergas llegaron desde el Kurdistán iraquí.

Al principio, se dejó solos a los kurdos. A nadie parece interesarle un Kurdistán independiente y menos que a nadie a Turquía. Tras decapitar a ciudadanos norteamericanos e ingleses, Estados Unidos tuvo que dar marcha atrás respecto a un grupo que creó, al dictado y con financiación saudí, y se le ha ido de las manos. Aquello tan falso y estúpido de los “rebeldes sirios”, que ni eran rebeldes ni mucho menos sirios.

Se ha formado una coalición internacional que está actuando desde el aire, bombardeando al ISIS, que ya ha perdido 700 km en Irak y 200 pozos petrolíferos. Los bombardeos fueron útiles para que el ISIS no pudiera utilizar sus armas pesadas contra Kobane, pero la determinación de esa coalición internacional, es por ahora, insuficiente.

Arabia Saudí repudia a sus ratas

Arabia Saudí también ha repudiado a su creación. El consejo de ulemas de Arabia Saudí ha emitido una fatwa contra el ISIS. El dirigente de las ratas, cuyo maldito nombre no voy a reproducir, tuvo la suicida desfachatez de proclamarse califa y, por tanto, jefe de todos los musulmanes que debían jurarle fidelidad. Proclamarse califa en el territorio de Arabia Saudí está penado con la muerte. Esa desfachatez implicaba ponerse, por ejemplo, por encima de los Saud.

Ahora se quiere eliminar al ISIS. Se ha celebrado en Londres una reciente conferencia de la coalición internacional. España enviará a Irak a veinte oficiales de la Legión, con un coronel al frente, para dar formación a una Brigada del ejército irakí. Francia envía a cuarenta oficiales. Sin aprender del error, Estados Unidos y Arabia Saudí quieren formar a cinco mil guerrilleros para luchar contra el ISIS y también contra el régimen de Al Assad, cuya fortaleza está salvando al mundo.

No se descarta que la coalición internacional, tenga que poner fuerzas terrestres sobre el terreno. Por ahora, son los kurdos los que están llevando el esfuerzo y poniendo la sangre en la lucha contra esas ratas inmundas. Todos les daban por muertos, por derrotados y masacrados, pero han vencido en Kobane y ya se encuentran a quince kilómetros de Mosul, rodeada y al alcance de la artillería, con el objetivo de liberarla de la pesadilla de la ocupación de las ratas.

Silencio sobre la endémica guerra civil en Libia

Esa pesadilla es lo que Obama y la infame casta política europea, a sueldo de los saudíes, proclamaron como la ‘primavera árabe: trece adolescentes fueron ajusticiados por ¡ver un partido de fútbol!

Aunque no se informa, Libia es hoy un caos, con múltiples guerras civiles entrecruzadas. Fue un desastre aquella intervención contra Gadafi liderada por el ultracorrupto Nicolás Sarkozy, y en la que participó el melifluo corrupto de Rajoy. Con dirigentes como los que tenemos no necesitamos enemigos: nos los meten en nuestras naciones. La consecuencia fue entregar Libia a los integristas que ahora luchan entre sí, ante el espeso y avergonzado silencio de la opinión pública occidental.

Hay pocos motivos de alegría en este mundo degenerado, la liberación de Kobane es uno de ellos.