Erlantz Ibarrondo, justo al lado de Belarra, cuando las exministras increpaban a la Policía el domingo

Luís Ventoso.- Veo en una televisión del régimen a una treintañera rubia, de aspecto más atractivo que lo contrario. Va vestida de manera cuidada, más bien finolis, pero completa su atuendo con un pañuelo palestino de boutique, que lleva en forma de banda. No la conozco, pero aparece un rótulo con su nombre: Lara Hernández. Por lo visto ocupa el cargo ‘co-coordinadora’ de Sumar, el partido en vías de extinción de Yolanda Díaz. Y por supuesto está largando una animada arenga para ensalzar las protestas antiisraelíes instigadas por el Gobierno, que han arruinado la Vuelta a España.

En la pequeña cúpula de Podemos, hoy reducida a Ione y la pareja Iglesias-Montero, odian a Yolanda con toda su alma. Con razón, pues la taimada Lady Macbeth de Fene los engatusó con risitas y sobándole la chepilla al todavía coletudo Iglesias Turrión. El gran Pablete resultó tan pánfilo que vía dedazo designó a la aduladora como su sucesora. Pero luego Yoli les salió rana a los hacendados de Galapagar y les propinó un facazo épico para formar su propio partido. Sin embargo, a pesar de los odios cainitas que corren entre las dos parroquias de la izquierda comunistoide, existe algo que las une: la causa propalestina. Ione y su inseparable compi Irene también se engalanaron con los pañuelos palestinos. Con ellos han subido a la Sierra este finde para pasárselo chupi jugando a acosar a los ciclistas que desempeñaban su trabajo.

En Gaza se está dirimiendo una guerra entre el Estado de Israel y la milicia yihadista Hamás, un brazo armado al servicio de Irán, que inició el conflicto con un atentando de un salvajismo que cuesta concebir. Ciertamente Israel ha cometido muy graves excesos, que merecen ser criticados y denunciados. Pero de ahí a hacerle el caldo gordo a Hamás…

Queridas camaradas Yolanda, Lara, Ione, Irene… doy por descontando que a vosotras, tan mega feministas y tan ‘LGTBI facción Queer’, os encantaría vivir bajo el modelo de Hamás. Aquello era un vergel de derechos para todas, todos y todes. De entrada no tendríais que darlo todo en la política y podríais dedicaros a otros quehaceres, porque no existe una sola mujer con mando en los cuadros de Hamás. De hecho solo un 3,8 % de las gazatíes tenían un trabajo con gente bajo su mando.

La sharía, la ley islámica rigorista, funciona de maravilla. Las mujeres solo reciben la mitad de herencia que los hombres (y un 88 % aseguran que en la práctica la cifra es cero). En el paraíso de Hamás no existen leyes que sancionen la violencia contra las mujeres. Sus denuncias son ignoradas por sistema y las denunciantes, ridiculizadas. Los asesinatos en defensa del honor del varón están tolerados por Hamás. En los juicios, la declaración de ellas tiene la mitad de valor que la de ellos. En caso de adulterio, la pena para el varón es de seis meses y para la mujer, de dos años.

Con Hamás vais a ahorrar mucho en ropa. Yolanda, tú que vas camino de necesitar las bodegas del Titanic para guardar todo tu vestuario, te vas a poder apañar con dos perchas, para un par de túnicas y un velo. Y es que Hamás promueve lo que llama ‘códigos de modestia’. Es decir, la mujer, velo al canto y pata quebrada y en casa. Si alguna se pone tontis y en plan occidental, en Gaza cuentan además con una ‘Policía de la Modestia’, que acosa a las mujeres díscolas para que se atavíen y comporten como buenas musulmanas.

Queridas, debemos estar todas muy contentas y contentes por los avances feministas y sociales que ha instaurado Hamás. Las mujeres deben recibir el permiso de un guardián varón para poder conducir, pues así lo decidió un tribunal del Gobierno benefactor que defendemos todas. Hamás también vela por nuestra salud, pues prohíbe fumar a las féminas en público. Lógicamente, andar en moto es una indecencia para una mahometana honesta. En 2021, Hamás prohibió además la maratón femenina de atletismo para evitar que pasemos fatigas.

La libertad es enorme en todos los órdenes, compañeras. Por ejemplo, en Gaza el matrimonio concertado por los padres es última moda. Las bodas de menores de 15 años suponen el 14 % del total. Imagínate, Irene, la delicia de tomar unas cañitas con unos amigos en el jardín de Galapagar, o en la tasca Garibaldi, y decidir entre pincho y pincho con quién se casa vuestra hija. Qué maravilla.

Por supuesto no vamos a olvidarnos de la querida causa gay, muy mimada también por Hamás, que persigue a los homosexuales y a veces los tortura. Hasta la ONU, que es propalestina, como nosotras, concluyó en un informe de 2023 que Gaza y Cisjordania son «los lugares más peligrosos del mundo para los homosexuales».

A la vista de todo lo relatado, imagino que de poder elegir entre vivir bajo la amable tutela de Hamás o la muy genocida democracia a la Occidental de Israel lo tenemos todas muy claro: Hamás forever. El comunismo caviar apoya la yihad islamista. O dicho de otro modo: impresionante empanada, queridas compañeras, amigas y camaradas.