Este martes, pasan a disposición judicial los dos detenidos en las protestas propalestinas que obligaron a suspender el final de la Vuelta Ciclista a España. Entre los identificados en los disturbios hay nueve condenados por ‘kale borroka’, causar desórdenes públicos y colaborar con la banda terrorista.

Las identificaciones se produjeron en Callao. Según El Mundo vinieron en autobuses procedentes del País Vasco -perfectamente organizados- con intención de boicotear la carrera.

Asimismo, la Guardia Civil localizó a un numeroso grupo de personas que se desplazó desde el País Vasco en autobuses, en este caso, a la sierra de Madrid, con el objetivo de boicotear el paso de la Vuelta por algunos de sus municipios.

La Policía también ha reconocido a grupos vinculados a Hamás y varios hombres relacionados con el terrorismo yihadista con condenas cumplidas.

El Ministerio del Interior, por su parte, negó que se produjeran estas identificaciones. “No se produjo ninguna identificación con estos perfiles”, respondieron a consultas de el Mundo.

Fracaso del dispositivo de seguridad

No obstante, visto lo visto, el dispositivo de 1500 agentes desplegados para proteger la Vuelta a España resultó un fracaso. La pregunta es por qué.

Uno de los agentes antidisturbios que estuvo en el dispositivo aseguró ayer en Telemadrid que no se actuó como se hace normalmente: no hubo orden de actuar cuando avisaron de la llegada de los violentos, y tampoco hubo orden de encapsularles siguiendo el protocolo habitual practivado en otros eventos deportivos. Además no se habían colocado las vallas que se utilizan para estos casos. Denuncia que estaban ‘con las manos atadas’