El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha dicho este viernes que es “una vergüenza” que el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, “no haya dado la cara” tras la reunión de la Conferencia de Presidentes celebrada este viernes en Barcelona, como sí han hecho los líderes territoriales del PP.

En un acto de partido celebrado en Oviedo, Feijóo ha denunciado que, mientras el Gobierno continúa con “su agenda de escándalos y cloacas”, Sánchez lleve treinta y siete días “sin responder una pregunta a nadie, huido de la opinión publica y de la gente”, y que hoy “se haya refugiado en su monólogo puertas adentro”.

Para Feijóo, la Conferencia de Presidentes ha evidenciado que el Gobierno está “colapsado” y que el presidente, Pedro Sánchez, está “asediado y aterrorizado”, y por ello la “inmensa mayoría” de presidentes autonómicos le han pedido que “finalice ya esta sinrazón” y que convoque a los españoles para que puedan votar.

Para Feijóo, Sánchez es un presidente que “vive de la división, de la fractura, del enfrentamiento”, como, a su juicio, ha ocurrido hoy en la cumbre con el uso de las lenguas cooficiales, cuando hasta ahora “nadie había discutido” que se hablara “el idioma de todos”.

Feijóo ha señalado que la gente que “votó de buena fe” al PSOE o se abstuvo de votar en las últimas elecciones y que ahora está “indignada y harta” de la “corrupción, las mentiras y los bajos fondos” tiene “derecho a rectificar” y a volver a ilusionarse.

“El PSOE es un partido entregado a Sánchez y será devorado por la decadencia del sanchismo”, ha advertido el dirigente popular, quien ha sostenido que si la “mayoría de los españoles quieren que se vaya” el presidente socialista y “cogen la papeleta del PP”, el partido podría superar los 190 escaños.

Feijóo ha añadido que la concentración convocada este domingo en Madrid servirá para decir “basta” frente a la “mafia” y al “abuso” del Ejecutivo.

En su intervención, también ha asegurado que la inmigración irregular “no es una fuente de garantías” y aunque España necesita inmigrantes, deben tener contrato de trabajo y someterse a las mismas leyes que los españoles y “si incumplen, serán deportados a sus países.