José Ramón Riera.- Les voy a poner sobre la mesa algunas cifras que asustan. Con el dinero que hemos pagado de gastos financieros generados por la deuda en los últimos seis años, podríamos haber financiado dos años completos de la Sanidad en España o tres años y medio de toda la educación pública o 1 año de la Sanidad, la Educación, la Policía y la Guardia Civil y todo lo que gastamos en Defensa o el 75 % de todas las Prestaciones Sociales del 2023.

Todavía faltan por pagar en diciembre casi 5.000 millones de euros correspondientes a octubre y noviembre, que no hemos pagado y veremos si a esa cifra hay que añadir otros 3.000 millones más que hay que pagar del mes de diciembre, que igual se trasladan a enero o febrero, aunque ello nos cueste una millonada en intereses de demora.

Todo esto que cuento ha pasado desde 2018 hasta noviembre del 2024, según consta en la información que facilita la Intervención General de la Administración del Estado, en los informes anuales de pagos de los Presupuestos Generales del Estado que hace mes a mes la IGAE y obtenido de los informes a 31 de diciembre de cada año, salvo para el 2024 que tenemos datos hasta noviembre.

Pero es que además, en ese informe y en el detalle de los Gastos Financieros, hay una partida que se va contabilizando también mes a mes que son los Intereses de demora y otros gastos financieros, que es lo que cada mes paga el Ministerio de Hacienda de la ministra María Jesús Montero, ahora también candidata a la presidencia de la Junta de Andalucía.

Esta partida, que debería de ser cero o casi, resulta que todos los años –excepto el 2018 que fue relativamente pequeña–, tiene una barbaridad de gastos contabilizados por la IGAE, que suma en estos seis años la friolera de 484 millones. Y eso a falta de diciembre, que nos van a dar un buen «palito», por haber retrasado el pago de casi 5.000 millones y que hará que la suma pagada hasta ahora en 2024, de 49,7 millones de intereses de demora, suba de forma sustancial.

Para que todo quede claro he preparado este cuadro estadístico con los datos de estos seis últimos años, con algunos datos que me han dejado perplejo.

Podemos ver que los Gastos Financieros en 2018 llegan a 30.028 millones de euros, que en 2019 empezamos a soltar deuda muy cara en tipos de interés y conseguir deuda más barata. Hay que recordar que desde 2008 hasta 2013 los tipos de interés crecieron muy rápidamente y en un volumen muy importante debido a la crisis financiera mundial que empezó en 2008.

En 2020, con la llegada de la pandemia, el Banco Central Europeo empieza a comprar la deuda de España a tipo de interés cero y, por lo tanto, la deuda que vence y no podemos pagar, que es toda, la renovamos con el BCE a 0 % de interés y por eso nuestros gastos financieros bajan hasta los 27.961 millones.

Durante 2021 y hasta junio de 2022 seguimos aprovechando la posición del BCE y eso nos ayuda sustancialmente y aunque en el segundo semestre de 2022 tenemos que salir a los mercados, los tipos de interés están todavía muy bajos y eso nos permite que nuestros gastos financieros lleguen a su mínimo y «solo» pagamos 26.529 millones.

En 2023 vuelve a subir lo que pagamos en intereses totales un 9,7 % y llegamos a 29.109 millones. En este año 2024, como mínimo, Hacienda pagará 36.000 millones de euros, un 23 % más que en 2023.

En cualquier caso, lo que podemos ver en los datos oficiales es que hemos pagado 199.976 millones de euros en Gastos Financieros hasta la fecha.

Pero a la par que esto, llama mucho la atención que todos los años estamos pagando intereses de demora, que parte de 3.7 millones en 2018, que suben a los 31 millones en 2019 y 2020, que inexplicablemente pagamos 284 millones en 2022, pero que volvemos a caer en la rutina de retrasar pagos, en el 2023 pagamos 52.8 millones y en 2024 llevamos 49,7 y llegaremos como mínimo a igualar a 2023.

El problema que tenemos es que nuestros políticos están convencidos de que el dinero público no es de nadie

Es inexplicable que un Estado como el nuestro y menos todavía la Administración General del Estado, que es la gran recaudadora de impuestos, cometa la torpeza o desidia de dejar de pagar, salvo, que no interese contabilizar para que los datos se traspasen a otro trimestre o a otro año y terminemos pagando 484 millones de euros en este apartado, simplemente por intereses espurios de nuestro ministros y políticos.

Seguro que si le preguntamos a la ministra de Hacienda, nos va a responder que total 484 millones sobre los 200.000 millones pagados es el chocolate del loro, o que son 484 millones dentro del 430.000 millones de presupuestos de gasto que está manejando, que ella no puede estar a ese detalle.

El problema que tenemos es que nuestros políticos están convencidos que el dinero de los impuestos no es de nadie y que ellos hacen lo que tienen que hacer.

Si Milei estuviese en España habría despedido a todos los responsables de esta barbaridad y no quedaría ni un solo incompetente a bordo.

El Debate