El gobierno holandés, con el apoyo pactado del Partido por la Libertad (PVV) de Geert Wilders, quiere reducir la inmigración en un 30 por ciento en los próximos cuatro años. La comisaria europea de Asuntos de Interior, Cecilia Malmström, ha respondido que esto no es posible en el marco de las actuales leyes de la Unión Europea. Además, lamentó Malmström, “Holanda es el único país de la Unión interesado en restringir la inmigración”. Se ve que la comisaria no viaja mucho.

Cabe preguntarse si La Haya es pionera de una nueva política de inmigración, mucho más restrictiva, de la Unión Europea, o si se trata de un simple intento de satisfacer la agenda nacional, sin posibilidades reales de realización.

En el debate parlamentario del miércoles en La Haya, el ministro holandés de Inmigración, Gerd Leers, señaló que está haciendo lo posible para convencer a sus colegas europeos: “Las propuestas que ha hecho Holanda son de gran valor y merecen por lo menos seguir siendo discutidas. Por eso es que se ha dicho que se trata de una posición abierta. Porque existe interés en nuestras propuestas. Y por supuesto estoy personalmente interesado en hacer más amplio este interés”, dijo el ministro.

Sobre el burka y andar desnudo

En el debate sobre integración el burka fue puesto también en cuestión. El ministro del Interior, Piet-Hein Donner, dijo que no llevar el burka en los espacios públicos es un asunto de “buenas costumbres”. “Tampoco se puede andar desnudo en la calle. Esto es consecuencia de nuestras normas de buenas costumbres. Holanda tiene también normas que obligan al juez a prohibir vestimentas que oculten la cara, como el burka (…) en nuestra sociedad debemos poder mirarnos unos a otros”, dijo el ministro.

País modelo

El ministro Leers y el actual gabinete consideran que con esta política Holanda está retomando su rol de “país modelo”. En las décadas del setenta y el ochenta del siglo pasado, Holanda se veía a sí misma como un ejemplo a seguir en temas complejos como la sexualidad y la eutanasia, entre otros.

El actual gobierno quiere ver al país nuevamente en un rol de pionero, esta vez en las políticas de inmigración e integración. Geert Wilders, conocido por su fuerte posición antiislámica, es el cerebro de la propuesta. A cambio de su apoyo desde el Parlamento, el gabinete del primer ministro Mark Rutte parece dispuesto a implementar la política de inmigración que interesa al líder del Partido por la Libertad (PVV).

Mayores exigencias

Una de las formas de restricción de la inmigración que propone el gobierno es aumentar las exigencias de reunificación familiar. Por ejemplo, un ciudadano holandés y una persona de fuera de la Unión Europea sólo se podrían casar si ambos tienen más de 24 años (hoy 21) y el miembro (hombre o mujer) inmigrante de la pareja pasa un examen para demostrar que está más unido a Holanda que a su país de origen.

Esta y otras propuestas son contrarias a la actual legislación europea sobre reunificación familiar. Para poder aplicarlas, el gobierno holandés tendría que convencer a los otros 26 países de la Unión Europea y convertirlas en leyes. Según el ministro Leers, que ha diseñado un ‘mapa de ruta’ para explicar la posición holandesa, en los países que ha visitado sus colegas han mostrado interés en sus propuestas.

La oposición se mantiene escéptica

En La Haya, la oposición mantiene el escepticismo. En su opinión el ministro Leers está perdiendo su tiempo y no logrará convencer al resto de Europa para que aplique las restricciones. En el debate parlamentario no faltó la ironía: dirigiéndose al ministro, la diputada Myrthe Hilkens, del Partido del Trabajo, dijo: “Usted asegura que otros países han mostrado interés en sus ideas. Muy bien, hoy la oposición está mostrando también interés en sus ideas, pero interés y acuerdo son cosas muy distintas”.

En parte, el escepticismo de la oposición holandesa se debe a que en una visita reciente, la eurocomisaria Malmström dijo que ningún otro país le ha planteado su deseo de cambiar la política de inmigración. “Seguramente lo han discutido entre ellos, es muy probable, pero nos reunimos a menudo y me plantean sus inquietudes. Hasta ahora no he oído nada al respecto”, dijo Malmström.

La eurocomisaria está revisando la política europea de libertad de movimiento, en la que caben las reglas de reunificación familiar. La primera fase de este proceso se verá reflejada en un llamado ‘libro verde’ a publicarse el próximo otoño. Allí se podrá ver si Holanda está a la cabeza de una ola de cambios o si se ha quedado sola.

En respuesta a la preocupación de Malmström de que Holanda esté eligiendo una postura populista contraria a la normativa europea, Geert Wilders ha sido claro: “De una u otra manera queremos resultados, que se cumplan las medidas que acordamos con el gabinete. Los compromisos son compromisos”.

Sin embargo, en su intervención ante el Parlamento, la diputada del PVV Sietse Fritsma hizo llegar otro mensaje: es demasiado temprano para pedirle cuentas al gobierno y lo que corresponde es esperar a que se mueva la lenta maquinaria burocrática de la Unión Europea. El Partido por la Libertad, en el centro del poder holandés, parece tener la llave de un futuro que nos concierne a todos los europeos.