AD.- Añadimos un nuevo capítulo a la supuesta estafa sufrida por Alejandro Zamaro por parte del coordinador zonal de Vox Málaga, Fernando González. Uno más, sin que la dirección provincial se pronuncie, ni el denunciado ofrezca una explicación sobre los graves hechos que lo tendrían como protagonista. ¿A qué espera la Gestora para tomar cartas en el asunto, bien contra González o contra el denunciante, siempre que considere que sus revelaciones no son ciertas? La actitud silente de la Gestora prueba que Vox Málaga ha heredado algunos de los peores hábitos de la casta política en lo tocante a denuncias por corrupción. Primero negándolo todo y después esperando a que escampe la tormenta. Solo que en este caso la tormenta tiene pinta de convertirse en anticiclón.

Denuncia Zamaro que en diciembre de 2019, tanto Fernando González Martín como Carl, su socio belga, adquirieron para la empresa Hostal Bruselas un total de cuatro líneas telefónicas, así como cuatro terminales, auriculares y una impresora. Las adquisiciones fueron hechas en la compañía Orange. El 13 de marzo del pasado año, durante la venta del hostal, González y su socio no informaron al comprador de dichas compras, ni tampoco de las deudas acumuladas por gastos de lavandería, consumo de agua y de electricidad, a las que se debía hacer frente. “Estando yo entonces en Argentina, no podía acceder a la cuenta bancaria del hostal. Fernando González me dijo que para ello era imprescindible que estuviera en España. Nunca me proporcionó la cuenta de pago de la hipoteca del local de Marbella, pese a mis requerimientos durante nueve meses. En el verano del año pasado me facilitaron una especie de contraseña de la cuenta del hostal en el Banco Sabadell, pero no podía operar, tan solo percatarme de cómo mi dinero iba desapareciendo cada día”, explica Zamaro.

Nuestro interlocutor descubre al mismo tiempo que Orange cargaba en la citada cuenta un cobro mensual de 180 euros. “Pido explicaciones a Fernando y me dice que se trata de un teléfono que se compró para la empresa y que utilizaba la chica que regentaba el hostal. Pregunté cuántas cuotas restaban por pagar y, como puede comprobarse en un e-mail que me envía Fernando, me dice que ya estaba pagado, pese a que seguían llegándome cobros de 180 euros cada mes”.

Al regresar a España, Zamaro acude a una tienda de Orange y le informan que aún debía un total de 11 cuotas de 180 euros cada una, por las mencionadas adquisiciones de cuatro líneas telefónicas, cuatro terminales, auriculares y una impresora por las mencionadas . “Es decir, que tendré que pagar a la empresa de telefonía un total de 2.308 euros por unos productos que no son míos”, se lamenta.

La cosa no termina ahí. El 17 de diciembre, Alejandro descubre la falta de una línea telefónica. Decide por ello acudir a una tienda de Orange en Benalmádena, municipio en el que reside el socio y amigo del dirigente de Vox. Descubre Zamaro que, en su condición de antiguo administrador del hostal, el socio belga de Fernando llegó a falsificar su firma para transferir una línea de Alejandro a la empresa del socio de Fernando. “Es decir, donde yo tenía que autorizar la instalación de una línea en su empresa, él estampó una firma simulando ser la mía”.

Zamaro acudió a Comisaría a denunciar los hechos, que han sido considerados por la propia policía como constitutivos de un presunto delito de estafa. También informó de la suplantación de su firma tanto a Orange como a Telecomunicaciones.

Así las cosas, Alejandro Zamaro nos anuncia que esta próxima semana interpondrá demanda judicial contra el dirigente de Vox Málaga Alejandro González por un supuesto delito de estafa. “Este señor ya no se va a reír más de mi”, subraya, al mismo tiempo que anuncia que hay otros casos, que deberían ser investigados, de personas extranjeras que requirieron los servicios profesionales de González.