‘Kichi’, a la izquierda, rodeado sólo por hombres, en la mezquita Al Hoda de Cádiz.

AD.- Las imágenes son tan patéticas como el propio personaje, un subproducto político de esa España podemita sucia, mixta, sectaria y vulgar. Señalaba el maestro Manuel Montes que el refinamiento ideológico de la progresía se acentúa cuando desempolvan las acusaciones de racismo y xenofobia si alguien osa alertar de los peligros del integrismo en templos y oratorios, pero utilizan toda su artillería verbal y demagógica cuando algún sacerdote católico se atreve a expresar alguna orientación moral dirigida a sus fieles. Si un obispo opina sin imponer o recomienda sobre cuestiones morales, parecen reventar, por la reacción de los izquierdistas, las costuras de la sociedad; si un imán aconseja castigar a las mujeres, les dicta la forma de vestir y pretende coartar la libertad de expresión de todos e instaurar el delito de blasfemia, debe ser admitido como muestra de una particularidad cultural y religiosa.

Esta disposición de la izquierda hacia los nuevos usos que traen los fieles musulmanes a lomos de la inmigración, y que nos afectan directamente, son de una imposible comprensión por su irracionalidad. La noticia en cualquier caso sería una nueva crónica de la gran fascinación que el islam ejerce entre los personajes más montaraces e impresentables de la izquierda española.

Pese a que en su momento se negó a participar en algunos festejos cristianos de la ciudad por defender la laicidad de los festejos, unas imágenes colgadas por el alcalde de Cádiz, José María González ‘Kichi’, en su cuenta de Twitter y reproducidas por lainformación han provocado (de nuevo) la polémica,

En ellas, el regidor celebra el fin del Ramadán en la mezquita Al Hoda, donde es agasajado con toda clase de viandas tradicionales. Las imágenes se tomaron este mismo miércoles.

‘Kichi’ justifica su asistencia afirmando que “amar la diversidad” es señal de “fortaleza democrática”.

Los internautas no han tardado en recordar al alcalde su postura ante algunas celebraciones, como la de Semana Santa, fuertemente arraigada en la ciudad. De hecho, ‘Kichi’ rechazó acudir este año a las procesiones en calidad de alcalde. Lo hizo, indicó, como “hijo” acompañando a su madre. La decisión indignó a las cofradías.

También sorprende la ausencia de la concubina de ‘Kichi’ y líder regional de Podemos, Teresa Rodríguez. En realidad lo que sorprende más es la ausencia de mujeres, a excepción de dos niñas muy emperifolladas que parecen declamar algún panegírico dedicado al alcalde chirigotero, posiblemente tan falso como todo lo que se ve en el salón comedor. No parece que la obligada ausencia de mujeres, por estricta prescripción islámica, incomode lo más mínimo al “democrático” regidor gaditano. A decir verdad no parece ni tan siquiera contrariado ante el hecho de que éstas estuvieran en la cocina completando las nutridas viandas, posiblemente con cargo al presupuesto público, mientras los maromos se daban la gran bacanal.

De haber ido acompañado por su no menos progresista hembra, a ésta le hubiese también correspondido el dudoso honor de adobar su feminismo radical entre ollas, perolos y sartenes. Contra más se conoce a estos progres de cartón de ocasión y con la dignidad de un lagarto, más amo y respeto a mi perro.