La posición de Silvio Berlusconi en el ‘caso Ruby’ se agravó aún más ayer, al día siguiente del anuncio de su procesamiento por prostitución de menores y abuso de poder, que comenzará el 6 de abril. Una nueva filtración del sumario, publicada por ‘La Repubblica’, ha revelado datos decisivos que no se conocían. Son de un interrogatorio de los fiscales a la protagonista del escándalo, Karima el-Mahrough ‘Ruby’, la joven marroquí que, según la acusación, tuvo relaciones de pago con el primer ministro cuando tenía 17 años y era menor de edad. No obstante, el magnate dijo ayer en su primera aparición pública tras la noticia del juicio, que no está «para nada preocupado». «Por amor de patria de esto no hablo», concluyó ante los periodistas, dispuesto a seguir con la legislatura a toda costa hasta 2013.

Los nuevos indicios son dos, y van a la raíz de los cargos contra el mandatario. Uno, Berlusconi sabría que ‘Ruby’ era menor de edad desde el segundo encuentro de ambos, y después de que en el primero le diera 50.000 euros. Así lo dice ella, que después fue a pasar la noche a su casa trece veces más. Esto atañe directamente a la acusación de prostitución de menores. Dos, fue él quien le propuso en esa misma conversación fingir que era sobrina del presidente egipcio, Hosni Mubarak. Este detalle es básico para la imputación por concusión (abuso de poder), basada en la famosa llamada que ‘Il Cavaliere’ hizo a una comisaría de Milán en mayo de 2010, donde ‘Ruby’ estaba detenida por robo, para que fuera puesta en libertad. Su principal argumento con los funcionarios fue que la joven era sobrina de Mubarak.

La verdad sobre la historia de Mubarak, objeto de chistes, es más importante de lo que parece. Además de ser una de las claves del cargo más grave -con penas de cuatro a doce años- es un elemento esencial de la defensa de ‘Il Cavaliere’, que se asienta en asegurar que él se creía realmente esta parentela y actuó «para evitar un conflicto diplomático». Aún hay más: es fundamental en su estrategia para burlar el proceso, pues sostiene que la competencia del caso no es del tribunal de Milán, sino de un tribunal especial de ministros, dado que con aquella llamada Berlusconi habría actuado en sus funciones de jefe de Gobierno. Los fiscales, en cambio, afirman que intervino en «calidad» de presidente del Ejecutivo, solo para ejercer su influencia, y no dentro de sus prerrogativas, pues una comisaría es asunto del ministerio de Interior.

Ganar tiempo

La juez que ordenó el martes la apertura del proceso por vía inmediata ante la presencia de «pruebas evidentes» ya rechazó la versión de Berlusconi como «no sostenible». Señaló que, si fuera verdad la historia de Mubarak, debería haber avisado al cónsul egipcio, o habría enviado un buen abogado y no a Nicole Minetti, su exhigienista dental y acusada de organizarle las fiestas eróticas, y que además ‘Ruby’ fue identificada en comisaría como marroquí. Pero esto solo ha sido una primera batalla. La estrategia maestra de Berlusconi para evitar el juicio será recurrir al Constitucional para pedir que la competencia pase al tribunal de ministros, una decisión que puede llevar hasta ocho meses.

Entretanto, el juicio no tiene por qué pararse, pero es probable que el tribunal lo considere más prudente. Esto permitirá a Berlusconi ganar tiempo, recuperar su imagen y poner en juego otras tretas legales para tratar de anular el proceso. En la más optimista de sus hipótesis el Constitucional podría darle la razón y ahí casi se podría considerar salvado: el tribunal de ministros debería pedir al Parlamento la autorización para procesarle y su mayoría la denegaría. Pero esto son sólo cálculos remotos en un escenario imprevisible.

‘La Repubblica’ transcribió ayer frases del interrogatorio de ‘Ruby’ con los nuevos puntos decisivos. Dice sobre su primer encuentro con Berlusconi el 14 de febrero de 2010: «Me condujo a una habitación donde nos quedamos solos. Me dijo que mi vida habría cambiado y, aunque no me habló explícitamente de relaciones sexuales, no fue difícil entender que me proponía hacer sexo con él». Luego le entregó 50.000 euros. La joven admite que en esa ocasión le dijo que era egipcia y tenía 24 años.

En su segundo encuentro, en marzo, ‘Ruby’ ya sabía que el primer ministro mantenía en pisos a otras chicas y también quiso uno, pero pensó que ya no podía mentir: «Cuando me propuso poner a mi nombre una casa tuve que decirle cómo estaban las cosas. Le dije la verdad: que era menor y no tenía papeles». Según ‘La Repubblica’, Berlusconi respondió: «Dirás a todos que eres sobrina de Mubarak, así podré justificar los recursos que pondré a tu disposición».