Muchos vecinos se pararon ayer ante el establecimiento cerrado, a pocos metros de donde se produjo el apuñalamiento.

DM.- El propietario de una frutería de Torrelavega, de nacionalidad china, apuñaló en el torax a un jugador infantil de la Gimnástica de Torrelavega frente a su establecimiento. Gonzalo, un niño de 12 años, permanece en estado grave, pero su vida ya no corre peligro, según informó ayer su padre, un conocido abogado torrelaveguense. El niño se encuentra en la UCI del Hospital Valdecilla, donde ingresó muy grave al filo de las diez de la noche del sábado, poco menos de una hora después de ser apuñalado presuntamente por un hombre chino, propietario de una frutería situada en la calle José Posada Herrera de la capital del Besaya. Desde que ocurrió el suceso, el paciente se encuentra en Cuidados Intensivos y es su familia quien asegura que de no haber sido por la rápida actuación de sus amigos y de los servicios sanitarios, «quizás podríamos estar lamentando una desgracia mayor».

El menor fue operado ayer al mediodía para poder extraerle totalmente los coágulos de sangre acumulados en el pulmón, consecuencia de una hemorragia masiva tras ser apuñalado en el tórax y seccionarle una arteria a la altura del pecho, una cuchillada de izquierda a derecha que le interesó zonas vitales. La intervención quirúrgica fue obligada, ya que no se consiguió por otros medios extraer toda la sangre acumulada en su organismo. Su vida -según su familia- pendió de un hilo porque la hendidura en su cuerpo «parecía que buscaba el corazón», explicó su padre, que junto a su esposa y su hermano, no se separan de la puerta de la UCI del hospital santanderino.

Tras la operación, la situación de del herido era estable, «grave, pero fuera de peligro y ya consciente». Seguirá en la UCI hasta que se resuelva el delicado momento que está atravesando.

Su padre, que junto a su esposa y su otro hijo, no se separan de la UVI, no podía contener la emoción. Llorando, el padre reconocía que «no nos podemos creer que esto haya ocurrido. Es horrible. Es un niño de 12 años ante un hombre con un cuchillo de envergadura. Tenemos una tremenda sensación de impotencia que es muy difícil explicar», contaba a este periódico. Confirmó que cuando el pequeño llegó al hospital «estaba muy grave» y que todos temieron por su vida, pero añadió que «gracias a los médicos y a las personas que le atendieron nada más ocurrir esta tragedia, está vivo y su vida no corre ya peligro». Hasta el Hospital Valdecilla se acercaron ayer muchos amigos de la familia, y padres de amigos del muchacho, para acompañarles y trasmitirles su solidaridad. Nadie alcanzaba a entender la «desproporcionada reacción de un hombre frente a un grupo de mozalbetes, por mucho que estuvieran haciendo una trastada», decía un vecino.

En la Comisaría

Mientras esto ocurre en el hospital, en la Comisaría de Policía de Torrelavega, en los calabozos de La Llama, permanece el hombre de origen chino, de unos 30 años de edad, que hace siete años se estableció en un local para la venta de fruta y alimentos, situado en la confluencia de las calles José Posada Herrera y Lasaga Larreta. Un hombre tachado de «cordial» por sus clientes -casi todos vecinos de la zona- y que nunca había tenido ningún problema en el barrio. Ayer prestó declaración ante la Policía y fue puesto a disposición del juez titular del Juzgado Número 1 de Torrelavega, estimándose que será trasladado pronto al Centro Penitencial de El Dueso.

Hasta el momento, respecto a lo que pudo ocurrir, sólo se dispone de los testimonios de los otros chavales amigos del menor, la mayoría relacionados con el equipo de la Gimnástica de Torrelavega, donde el niño milita como jugador infantil, según indicó ayer el propio club por medio de un comunicado en el que expresaba el sentir por lo ocurrido, mostrando su apoyo a la familia, amigos y compañeros del niño «comunicándoles que el club esta a su entera disposición para lo que crean oportuno, tanto legal como socialmente».

Según el relato de los jóvenes, a las nueve de la noche, los críos estaban en las inmediaciones de la frutería-supermercado, una zona muy frecuentada de la ciudad debido a los numerosos establecimientos comerciales y hosteleros ubicados en el barrio de Cuatro Caminos.

Al parecer, los muchachos golpearon con la mano los cristales del establecimiento. En ese momento -y sin que se tenga constancia de que mediara mayor problema- el dueño de la frutería salió corriendo blandiendo un cuchillo de los utilizados para partir calabazas (según ha dicho la Policía a la familia del pequeño). Los muchachos se fueron corriendo calle abajo, pero el niño que resultó herido se quedó parado y recibió la cuchillada, cayendo desplomado al momento y perdiendo abundante sangre.

Auxiliado en la calle

Rápidamente fue auxiliado por las numerosas personas que pasaban por el lugar, quienes taponaron la salida de sangre hasta que, a los pocos minutos, se personó una ambulancia-UVI del 061 que le atendió en un primer momento, trasladándole después al Hospital Valdecilla.

Según han contado testigos presenciales a la Policía Nacional, que fue la primera en intervenir, el agresor, después de la cuchillada, volvió a su establecimiento comercial donde permaneció hasta que fue detenido y conducido a la Comisaría. A los pocos minutos del suceso -que corrió rápido como la pólvora por Torrelavega- se concentraron en el exterior del edificio policial algunas personas jóvenes, y también la esposa (que está embarazada) y familiares del ciudadano chino. El niño es hijo de un reconocido abogado de Torrelavega, con bufete abierto en la ciudad, y pertenece a una extensa familia de abogados del municipio. Es alumno del segundo curso de Secundaria del colegio Nuestra Señora de la Paz, con cuyos compañeros formaba pandilla, y que el sábado por la noche, a través de twitter y otras redes sociales, hicieron circular -impresionados- rápidamente la noticia.

Xia, que es el nombre del comerciante chino, podría ser acusado de ser el presunto autor de un intento de homicidio. También será determinante el testimonio de los menores que acompañaban al menor, y éste mismo, cuando su estado de salud se lo permita.