Imagen del depósito judicial asaltado en noviembre de 2011; Fernández Díaz, en la imagen superior

Ni un gramo de cocaína. Al cabo de un año y medio de investigación ha sido imposible dar con el paradero de los 120 kilos robados en noviembre de 2011 en el depósito de Sanidad Exterior del puerto de Málaga. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, había asegurado el jueves por la tarde en la Comisión de Interior del Congreso que se habían recuperado 110 de los 120 kilos que el «Niño Sáez» (alunicero y butronero) y su banda se llevaron del depósito judicial después de inutilizar los sistemas de seguridad y destrozar con sopletes las cajas fuertes.

El ministro y la delegada

Seis delincuentes (Sáez y sus colaboradores) han sido arrestados por estos hechos y cinco han ingresado en prisión, pero los agentes solo han recuperado dos pistolas simuladas y una escasa cantidad de dinero. Tal y como se sospechaba, a la droga le dieron salida hace mucho tiempo y de hecho se siguió el rastro de varias partidas que se estaban ofreciendo en Madrid a 32.000 euros, 6.000 menos de los habitual. Lo habitual en estos casos.

El ministro dio por recuperada una partida de la que no hay ni rastro, pero no fue el único. La delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, expresó también su satisfacción por la «buena labor» realizada por el Cuerpo de Policía Nacional en las investigaciones y confirmó a través de un comunicado, que, hasta el momento, «la investigación ha permitido la detención de seis personas y la recuperación de 110 de los 120 kilos robados». Una confirmación que ayer, después de que ABC publicara que no había droga, se explicó desde fuentes de Interior y de la Delegación del Gobierno en Andalucía como producto de un «error de transcripción». Un «error» que en el mercado de la droga vale más de cuatro millones de euros.

Las fuentes consultadas por este periódico aseguraron que la droga está vendida hace tiempo y se muestran pesimistas sobre su localización. Los investigadores creen que, tras haber sido ocultada en un almacén después de su robo, fue trasladada a Madrid, donde supuestamente se habría ofrecido a un precio muy ventajoso para facilitar su rápida venta.

Las pesquisas sobre este complejo caso han llevado a sus responsables a investigar conexiones de la banda del «Niño Sáez» con grupos organizados asentados en la Costa del Sol. Contactos para obtener información y tejer una infraestructura que asegurara el éxito del golpe».

El robo pudo ser un encargo, dado que la banda de butroneros que suma un centenar de antecedentes y ha golpeado con dureza a joyerías y otros establecimientos, intentó otro golpe similar en el depósito de drogas de Toledo. En esa ocasión no lo consiguieron, pero con el botín obtenido en Málaga han llevado una vida de lujo. Se les imputan además varios asaltos a joyerías en Madrid.