LA NOCHE GÓTIKA DE SÁNCHEZ (CONTRANAVIDAD EN VERSO)
Laureano Benítez.- Sánchez, Sánchez, amigo de la morería, el día que tú naciste grandes señales había: la mar estaba agitada, el viento se enardecía, los pájaros no cantaban, las serpientes mordían, y en cuevas tenebrosas horribles monstruos nacían, entre aleteos de vampiros, entre gritos de brujería, con grandes vuelos de escobas, con siniestra trompetería, y ni estrellas ni planetas en el cielo relucían.
Sin embargo, en Monte Pelado, veíase gran algarabía, pues íncubos y súcubos tu cuna mecían, con nanas en tritono, con tremendas chirimías, mientras espectros negros, mostrando gran alegría, los panderos tocaban con nocturnidad y alevosía.
La estrella de la muerte a tu portal dirigía mesnadas de endriagos, de vampiros en demasía, espantando a los pastores que a Belén se dirigían. Los reyes del Averno sus regalos te ofrecían: muérdago y alacranes, buitres a porfía, cucuruchos negros, hienas que reían, y hemiciclos apestosos en cloacas que hedían.
Chambelán de Monte Pelado el cargo te ofrecían, si les vendías tu alma a Bafomet y compañía, si vendías a la Oscuridad a España, patria mía, si sus muros y sus torres con saña destruías.
La luna no estaba llena, los campos crujían con un galopar de caballos en horrible estampida, azuzados por demonios, por diablos que reían al ver a uno de los suyos con mandil por bandería, sacado de las retortas de las cavernas más frías.
Circes desfilando en siniestras carrocerías, poderosos monstruos de cornamenta fina, impúdicas marjorettes con tambores que chirrían, asmodeos enseñando rabos y vaginas fueron tu cortejo, Sánchez, la noche que nacías, noche gótika, en la que España crujía, pues Satanás en su trono nuestra Patria maldecía, diciendo a los infiernos que el tiempo se cumplía, que la semilla del Diablo en España se infundía.
Sánchez, Sánchez, que en mala hora nacías, rodeado de moscas, tábanos y arpías, acunado en los brazos de Lilith, la demonía que en sus pechos te dio maldades y no poesía, crueldad y locura, demencia y psicopatía, narcicismo y malquerencia, mentiras e hipocresía.
Sánchez, Sánchez, el día que naciste toros rojos embestían a españoles de pro, a requetés y monjitas, a patriotas cara al sol, a soldados de valentía, y, allá en las montañas, las cruces se afligían, crujiendo abandonadas en valles y abadías.
Hacia tu portal van demonios, milicianos y arpías, separatas y terroristas, brujas en demasía; pero no tienes aleluyas, sino réquiems y algarabías de rojos que puño en alto amenazan la españolía.
Sánchez, Sánchez, el día que naciste una señal se veía en lo alto de un cielo que en España amanecía: la Patria que yo bendigo —voz celestial decía— nadie podrá vencerla…y España ¡es mía!
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