La doble moral de Page ya no se la traga nadie: críticas a Sánchez y silencio con los diputados socialistas manchegos que no rompen con el sanchismo
AD.- En la política, la coherencia no es un lujo: es un requisito. Sin embargo, en Castilla-La Mancha parece haberse instaurado una sorprendente doble vara de medir. El presidente autonómico, Emiliano García-Page, no deja pasar oportunidad para criticar al Gobierno de Pedro Sánchez, denunciando supuestos déficits, desaciertos o falta de liderazgo. Sin embargo, cuando se trata de la actuación de los diputados socialistas de su propia región, la mirada se vuelve indulgente, incluso complaciente.
Esta contradicción no es menor. Mientras Page denuncia los incumplimientos de palabra de Sánchez, los constantes cambios de guión o que actúe de forma contraria a lo prometido en campaña, protege o al menos evita criticar públicamente a quienes deberían representar la voz crítica de Castilla-La Mancha en el Congreso. Resulta tan incoherente como si José Manuel Moreno Bonilla, tras insistir en que el cupo catalán supone “extraer en torno a 32.000 millones de euros del fondo común”, mantuviera silencio si los diputados andaluces del PP votasen en el Congreso en favor de la financiación singular de Cataluña.
El problema no es solo la incoherencia discursiva. Es el mensaje que transmite a los ciudadanos: la política se convierte en un juego de conveniencias, donde criticar al “otro” es legítimo, pero cuestionar a los propios queda vetado.
Emiliano García-Page se ha convertido en un experto en apuntar hacia Madrid, señalando supuestos errores y carencias del Gobierno de Pedro Sánchez. Sin embargo, cuando se trata de sus propios diputados en Castilla-La Mancha, la crítica desaparece. La indulgencia con los suyos revela una doble moral que cada día resulta más escandalosa.
Si García-Page realmente quisiera coherencia, debería comenzar por exigir a sus diputados que actúen con la misma contundencia que él exige a Sánchez. Hasta entonces, sus críticas nacionales son un ejercicio de teatro político, y la hipocresía se habrá convertido en el sello distintivo del socialismo manchego.













Siempre dije que este sujeto tiene mucha labia, tomándonos por idiotas.