La verdadera radiografía del empleo en España: más de 3 millones de parados reales y 500.000 funcionarios más
José Rosado.- La euforia se ha instalado en el seno del Ejecutivo a raíz de los datos del paro. Desde Moncloa y el Ministerio de Trabajo han calificado como históricos los datos de desempleo, subrayando que la temporalidad está en mínimos y que el empleo femenino ha alcanzado cifras sin precedentes. Pero detrás de esa imagen triunfal, los datos muestran un maquillaje estadístico sin precedentes ante un mercado laboral que sigue sufriendo los mismos problemas estructurales que antes de la reforma.
«Nuestras políticas económicas funcionan», celebraba Pedro Sánchez en sus redes sociales después de conocerse que había menos de 2,5 millones de parados registrados por primera vez en 17 años. Yolanda Díaz, más rotunda, calificaba los datos de históricos con un desempleo juvenil y femenino en «mínimos nunca vistos». Sin embargo, la realidad es bien distinta.
La afiliación media en mayo se situó en 21.784.375 personas, lo que supone un incremento del 2,38 % respecto al año anterior, pero el comportamiento diario de esta figura es clave para entender el mercado laboral español. En los datos de afiliación diaria se observa que, más allá de los habituales saldos negativos de los viernes, el último día se produjo un saldo negativo de casi 50.000 personas.
¿Qué está ocurriendo? La reforma laboral de Yolanda Díaz influyó drásticamente en la reducción de la parcialidad a costa de desvirtuar la estabilidad del contrato indefinido. Así, en mayo se firmaron 1.328.983 contratos que solo sirvieron para disminuir el paro en 57.835 personas.
Esto se produce porque el volumen de contratación no absorbe las demandas de empleo ya que, en la práctica, se están produciendo más rescisiones que altas, explican desde la Unión Sindical Obrera (USO), por los llamados «contratos cerilla». De hecho, se da una paradójica situación: el pasado mes firmaron más contratos indefinidos (552.697) que personas los suscribieron (521.368), lo que demuestra que este tipo de contratación ha dejado de ser sinónimo de empleo estable.
Fijos discontinuos
Buena parte de esto se debe a la figura del fijo discontinuo, considerada como contratación indefinida aunque el trabajador se encuentre en situación de inactividad y esté cobrando una prestación o subsidio de desempleo. Y el número de estos fijos inactivos en situación de inactividad es un completo misterio.
Según el Informe del mercado de trabajo 2025 que elabora el SEPE, el pasado año se contabilizaron 4.283.976 llamamientos –notificaciones para la incorporación de fijos discontinuos a la actividad– que afectaron a 1.397.356 personas. Si tenemos en cuenta que ese año se formalizaron 2.208.030 contratos fijos discontinuos, supone que al menos 810.000 personas no trabajaron un solo día.
El problema es que estas personas, al igual que los afectados por los ERTEs, no figuran como desempleados a pesar de no estar ocupados. Aquí es donde se observa el maquillaje estadístico. En mayo, el número de demandantes de empleo se situó en los 4,17 millones de personas. En esta categoría están incluidos los ocupados que quieren cambiar de empleo, aquellos con disponibilidad limitada, los parados registrados y otros no ocupados.
Paro real
Así, si a los demandantes de empleo les restamos los ocupados y añadimos los fijos discontinuos y los afectados por los ERTE, encontramos que el paro real se sitúa entre los 3,7 y 3,9 millones de personas. «Tenemos un mercado laboral muy afectado por la estacionalidad y, por tanto, por la temporalidad de la relación contractual que, aunque se denomine indefinida, siguen siendo contratos de temporada», señalan desde USO.
Además, si se comparan esos demandantes con los registrados en mayo de 2018, previo a la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa, se observa que el número de parados se ha reducido en 797.247 personas, pero el de demandantes solo en 296.925. Es decir, siete años de maquillaje estadístico apenas han servido para reducir la demanda real en apenas 300.000 personas.
Sector público
Paralelamente, el sector que ha mostrado mayor dinamismo en ese periodo ha sido el del sector público. Entre los meses de julio de 2018 y 2024, el número de trabajadores de las distintas Administraciones Públicas se ha incrementado un 18 %, casi 460.000 personas, que supone en la práctica el 80 % del descenso del paro registrado en ese periodo.
En definitiva, el aparente éxito del Gobierno en materia laboral descansa en el fuerte crecimiento del empleo público y un maquillaje estadístico que desvirtúa el verdadero significado de la contratación indefinida. La proliferación de fijos discontinuos y contratos breves encadenados ha permitido presentar como estable un empleo que, en la práctica, sigue siendo precario y estacional.
Mientras tanto, los grandes problemas estructurales del mercado laboral español –la alta rotación, la dependencia de sectores estacionales y la baja productividad– permanecen intactos y la fragilidad del empleo sigue siendo la norma.
YA se lo dije en 1988. Si quieren acabar con el “paro”, hay que hacer a todos “funcionarios”. Menos mal que me van haciendo caso.