Donald Trump arremetió contra Ucrania después de que su presidente, Volodymyr Zelensky, dijera que fue una “sorpresa” que su país no fuera invitado a las conversaciones de paz en Arabia Saudita para poner fin a la guerra de Ucrania.

Trump dijo estar “decepcionado” por la reacción de Ucrania y culpó a ese país de iniciar la guerra, al decir que este “pudo haber llegado a un acuerdo” para evitarla.

Los comentarios del presidente de EE.UU. se produjeron después de que el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, dijera al terminar las conversaciones en Arabia Saudita con el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, que su país no aceptará ningún acuerdo de paz que contemple fuerzas de mantenimiento de la paz de países de la OTAN en Ucrania.

Rusia y EE.UU. afirmaron que habían acordado nombrar equipos para comenzar a negociar el fin de la guerra.

La BBC le preguntó a Trump en una rueda de prensa en Mar-a-Lago cuál era su mensaje para los ucranianos que podrían sentirse traicionados.

“He oído que están molestos por no tener un asiento [en las conversaciones]. Bueno, tuvieron un asiento durante tres años y mucho antes. Esto podría haberse resuelto muy fácilmente”, dijo.

“Nunca debieron haberlo empezado. Pudieron haber llegado a un acuerdo”, añadió.

“Yo podría haber alcanzado un acuerdo para Ucrania”, señaló.

“Eso les habría dado a ellos casi toda la tierra, todo […] y no habría muerto nadie ni se habría demolido ninguna ciudad”.

Tras la reunión entre funcionarios estadounidenses y rusos en Arabia Saudita, Trump dijo que está “mucho más confiado”.

“Ellos fueron muy buenos. Rusia quiere hacer algo. Quieren detener la barbarie salvaje”.

“Creo que tengo el poder de poner fin a esta guerra”, añadió.

Cuando se le preguntó sobre la posibilidad de que los países europeos envíen tropas a Ucrania, dijo: “Si quieren hacerlo, estupendo. Estoy totalmente a favor”.

Las partes de la negociación

La reunión en Riad fue la primera vez desde la invasión a gran escala de Rusia a Ucrania que se tiene constancia de que las delegaciones rusa y estadounidense se reunieron cara a cara.

En las conversaciones participaron el enviado de Estados Unidos a Medio Oriente, Steve Witkoff, y el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Mike Waltz, así como el asesor presidencial ruso, Yury Ushakov, y el director del fondo soberano de inversión de Rusia, Kirill Dmitriev.

Tras la reunión, Lavrov anunció que Moscú no aceptará fuerzas de mantenimiento de la paz de países de la OTAN en Ucrania como parte de ningún acuerdo de paz.

“La presencia de fuerzas armadas de cualquier otro país no cambia nada. Por supuesto, es completamente inaceptable”, afirmó.

También anunció que Estados Unidos nombrará un embajador en Rusia y viceversa lo antes posible y que ambos crearán las condiciones para “restablecer la cooperación del todo”.

“Fue una conversación muy útil. Nos escuchamos y nos comprendimos”, dijo.

Lavrov reiteró la posición que Rusia tiene desde antes de que cualquier ampliación de la OTAN —y la adhesión de Ucrania a la misma— sería una “amenaza directa” para Rusia.

Rubio, por su parte, dijo que estaba “convencido” de que Rusia estaba “dispuesta a comenzar a entablar un proceso serio” para poner fin al conflicto.

“Todas las partes tienen que hacer concesiones. No vamos a predeterminar cuáles son”.

“Hoy es el primer paso de un viaje largo y difícil, pero importante”, añadió.

Los líderes europeos celebraron una reunión improvisada en París el lunes para discutir su respuesta al aparente acercamiento entre Rusia y Estados Unidos bajo el gobierno del presidente Trump, pero no acordaron una posición unificada.

El primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer, dijo que cualquier acuerdo con Ucrania requeriría el “respaldo de Estados Unidos” para disuadir a Rusia de atacar a su vecino de nuevo, y agregó que consideraría desplegar tropas británicas en Ucrania.

Pero el canciller alemán Olaf Scholz, un aliado clave de la OTAN, dijo por su parte que discutir el envío de tropas a Ucrania en este momento era “completamente prematuro”.

El primer ministro de Polonia, Donald Tusk, también dijo que no tiene intención de enviar tropas, y Giorgia Meloni, de Italia, la única líder europea que asistió a la toma de posesión de Trump, expresó que desplegar tropas europeas sería la forma “más compleja y menos eficaz” de garantizar la paz en Ucrania.

En Riad, Rubio dijo que la Unión Europea “tendrá que estar en la mesa en algún momento porque también ha impuesto sanciones”.

Sobre la ausencia de Ucrania en la reunión, insistió en que “nadie está siendo marginado”.

“Todos los implicados en ese conflicto tienen que estar de acuerdo [con un eventual acuerdo de paz], tiene que ser aceptable para ellos”, añadió.

El líder de Ucrania se veía visiblemente cansado y molesto cuando dio su reacción a la reunión durante una conferencia de prensa en Turquía.

“Queremos que todo sea justo y que nadie decida nada a nuestras espaldas”, manifestó Zelensky.

“No se pueden tomar decisiones sin Ucrania sobre cómo poner fin a la guerra en Ucrania”.

Puede que a Zelensky le alarmen las sonrisas en los rostros estadounidenses y rusos en Riad, pero sabe que poco puede hacer para cambiar lo que acuerden.

Las posibilidades de su país de resistir, por no decir derrotar, los ataques de las tropas rusas, sin la ayuda estadounidense son nulas.