La economía tras 7 años de Pedro Sánchez: más pobres y asfixiados a impuestos
LR.- La «locomotora de Europa», como define Pedro Sánchez a España, es tan sólo una ilusión, un espejismo. La «moto», ascendida después a «cohete» por el presidente del Gobierno, es apenas un apunte contable que no se siente en la calle. De nada vale que sobre el papel seamos la gran economía europea con mayor crecimiento del PIB o con un teórico «récord» de empleo, si lo que perciben realmente las familias y empresas es que les cuesta más que nunca llegar a final de mes y que tienen que hacer malabarismos para mantener a flote su negocio. De nada sirve llenarse la boca con «no dejar a nadie atrás», cuando nuestros jóvenes nunca han tenido menos esperanzas de lograr un futuro económico mejor que el de sus padres
Desde que el líder socialista llegó a la Moncloa el 1 de junio de 2018, sus promesas de cambio se han sucedido en todos los ámbitos económicos. Hoy, casi siete años después, siguen llegando como si Sánchez acabase de llegar al poder. Pero la realidad es que no sólo no ha sabido arreglar problemas como el de la vivienda o la precariedad laboral, sino que se han agrandado bajo su mando.
Bajo una pila de estadísticas sesgadas –y algunas sepultadas, como la cifra de fijos discontinuos que no trabajan, cobran el paro, pero no cuentan como parados, un invento de la última reforma laboral para disfrazar la temporalidad–, subyace un país con el desempleo más alto de la OCDE, los salarios casi estancados y una deuda pública monstruosa, que Sánchez ha disparado en 400.000 millones.
Un país donde ir a hacer la compra se ha convertido en un suplicio, con unos precios disparados a causa del aluvión de costes laborales y tributarios auspiciados por la coalición socialcomunista desde 2018. Un país donde se pagan impuestos hasta por respirar y sin embargo nos dicen que aún hay que subirlos más para los teóricos «ricos», pero que al final acaba pagando una clase media cada vez menos media y más empobrecida. Un país donde las recetas intervencionistas han liquidado la oferta en el mercado de la vivienda, disparando su precio y haciendo imposible el acceso a ese «derecho». En definitiva, un país donde la gente vive asfixiada y es más pobre que cuando Pedro Sánchez llegó al poder en 2018.
Y cuando estalle la burbuja de deuda ya verán. Uno de cada 4 euros pagados en pensiones viene del endeudamiento.