Tomás Gómez, exsecretario general del PSOE de Madrid: “Cuando Pedro Sánchez me echó a mí Juan Lobato pensó que eso nunca podría sucederle a él”
Tomás Gómez, exsecretario general del PSOE de Madrid, ha analizado el embrollo político en el que se encuentra inmerso el actual líder de los socialistas madrileños Juan Lobato. El propio Gómez fue apartado de la dirección del PSOE de Madrid en una maniobra que él señala que corrió a cargo del propio Pedro Sánchez. Es ahora la posición de Juan Lobato la que está en entredicho después de que presentara ante notario los mensajes que recibió de su partido sobre la confesión del novio de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid. Con esta maniobra Lobato quería acreditar que si él habló de estos mensajes fue porque le comunicaron que ya los había sacado la prensa, pero que en ningún caso la filtración vino de su persona.
A la pregunta de si él ya es ‘perro viejo’ en estas lides responde que es “más viejo que perro” y que lo de perro lo deja “para otro que no se crea usted que es mucho más joven que yo”. “Conozco al presidente del Gobierno hace más de 30 años. Él ocupó una responsabilidad en las juventudes socialistas cuando yo las dejo y fíjese si hace tiempo que yo ya dejé aquella organización”, señala.
Cree que con la trama de Juan Lobato la historia se repite y lo que más le preocupa es España y en manos de quién estamos. “Sánchez no es una persona distinta cuando actúa dentro del PSOE y dentro del país. Estamos en manos de alguien cercado cada vez más en los problemas judiciales. Es alguien que ha colonizado las instituciones con un sentido partidista, que está cuestionando al poder judicial que es un poder incuestionable e independiente de lo que es el poder legislativo y por su puesto el Ejecutivo. Las formas de hacer política no son las más éticas, que es el conflicto que ha tenido con Juan Lobato en este momento”, afirma.
Resume lo sucedido con la supuesta filtración de datos sobre los problemas fiscales del novio de Ayuso señalando que “en la Moncloa parece que estaban intentando con métodos no legales dañar a un adversario político”. “Las cosas así no valen y ve muy clara una emergencia nacional”, añade.
Su recomendación a Juan Lobato es la de actuar en conciencia y que esto lo paren. Recuerda que Juan Lobato fue de los que cuando Sánchez le echó a él de la candidatura a la presidencia de la Comunidad de Madrid en el 2015 se sumó pensando que nunca eso le podía ocurrir a él. “Muchos de los que hoy tiran piedras hacia Juan Lobato les va a terminar pasando lo mismo porque es el ‘modus operandi’ de Sánchez. Determina que hay que acabar con un Gobierno que está “minando la calidad democrática del país”.
Le extraña que no haya habido más enfrentamientos dentro del partido ante cosas muy graves como el cupo catalán o la ley de amnistía “que por lo bajini en los pasillos se dice que se está de acuerdo pero a la hora de tener que votar le han dado apoyo”. Sí considera que habría que haberse enfrentado a Sánchez por cosas que afectan al país y a España como el principio de igualdad y de coherencia de todo aquello con lo que ha roto Pedro Sánchez. “Trata a la federación socialista madrileña como la vienen tratando desde el año 2015”.
“No estoy de acuerdo en nada con Pedro Sánchez ni con su modelo”
Gómez no ha querido decir a quién votó en las últimas elecciones pero señala: “No estoy en nada de acuerdo con Pedro Sánchez y su modelo”. Cree que la maniobra para moverle la silla a Lobato es una operación que “responde a su afán de poder e interés personal”. “El Gobierno lo tienen los independentistas, su socios de SUMAR y él lo que quiere es el poder y no le interesa gobernar en la Comunidad de Madrid porque no tiene un proyecto claro. Él quiere el poder para él hacer lo que quiera, si pudiese no gobernaría en ninguna comunidad autónoma”
Así es. Aunque hay que reconocer que Lobato ha actuado correctamente, ante las estupideces de una pazguata (Acera) que la propone la comisión de un hecho que puede ser delito, es que no le quedaba más salida que esa.
Para salida, visto lo visto, salirse del partido. Y en verdad es la única