Los retrasos atascan la producción militar más estratégica para España: sin submarinos ni blindados
Yarisley Urrutia.- La industria de defensa no satisface los plazos de entrega de los dos grandes proyectos de sistemas de armas del país. La escasez de trabajadores cualificados, su subcontratación y problemas de suministros lastran la construcción de tres submarinos de la clase S-80. Y de los 348 blindados 8×8 Dragón comprometidos, solo se han entregado siete.
Las continuas demoras se han instituido como la característica principal de dos de los proyectos más visibles de la industria militar española en las últimas décadas; los submarinos de ataque de clase S-80 y los vehículos blindados de combate sobre un chásis de ruedas Dragón, ambos de diseño y fabricación nacional.
Luego de botarse e iniciar su periodo de pruebas en el mar el S-81 (primera unidad de la clase S-80), su largo y costoso proceso de construcción parece ahora trasladarse a las otras tres naves planificadas. La preocupación en torno al desarrollo del proyecto se personificó el 17 de septiembre con la visita que la ministra de Defensa de España, Margarita Robles, rindió a los astilleros de la compañía pública Navantia en Cartagena para abordar las causas de los retrasos.
Navantia presentó a Robles un calendario modificado donde la entrega del segundo sumergible (el S-82), prevista para diciembre de 2024, se pospone para la segunda mitad de 2025. En consecuencia, es previsible que la construcción y entrega del S-83 y del S-84 se postergue casi un año, por lo que no podrán ser entregados hasta otoño de 2026 e invierno de 2029, respectivamente.
El nuevo calendario “no diluye la citada preocupación por dichos retrasos”, declaró Robles, quien ya en abril manifestó que los retrasos excedían “todo lo razonable” y exhortó a Navantia a hacer “lo imposible” para evitar más dilaciones.
Los retrasos afectan directamente a la selección y formación de las tripulaciones de los nuevos submarinos, por cuanto su planificación queda trastocada. También provocará la extensión de la vida operativa del único sumergible disponible de la clase anterior, el S-71, en servicio desde hace más de 40 años y que en 2022 pasó un último proceso de reparaciones para mantener la estanqueidad de su casco.
Recordamos que el programa de construcción de submarinos S-80 abarca dos décadas de contratiempos y retrasos desde que se iniciara su construcción, allá por 2005. Los reveses en la construcción y las continuas demoras de los plazos implicaron también un enorme sobrecosto respecto del presupuesto inicial. De 2.132 millones de euros se pasó a 3.907 millones. Y todo en medio de la crisis del sector de la construcción naval en España.
De diseño íntegramente nacional, el S-80 presenta un moderno sistema de propulsión anaeróbico independiente del aire (IAP) y una plataforma compleja, ambos desarrollados sin socios tecnológicos externos. Altamente automatizado, su tripulación es muy reducida (32 marinos) y va armado con torpedos, misiles y minas.
Personal cualificado insuficiente
El mismo día de la visita de la ministra Robles a las instalaciones de Navantia en Cartagena, el comité de empresa de esta compañía difundió un comunicado exponiendo las razones de los retrasos y negando cualquier responsabilidad de los mismos, que “bajo ningún concepto” cabe imputar a los trabajadores.
El comité señala que la derivación de parte de los trabajos a empresas subsidiarias está afectando el ritmo y la calidad del propio trabajo. Los cambios de las plantillas son frecuentes y no siempre acordes con la especialización que requiere el programa de los submarinos S-80. Se denuncia que la “alta subcontratación”, distinguida además por la temporalidad, “está produciendo una pérdida generalizada de conocimiento” y es incapaz de suplir el “déficit tecnológico”.
De resultas, la eficacia de trabajo es “del todo insuficiente”. Para paliar estos problemas, sería necesario incrementar la plantilla fija de Navantia Cartagena en 400 trabajadores cualificados, estiman los representantes sindicales.
Margarita Robles no se reunió esta vez con el comité de empresa. Pero sí lo hizo en abril, cuando los representantes de los trabajadores le informaron también de la existencia de problemas con el suministro de materiales.
Por otra parte, el convenio colectivo por el que se rigen las relaciones laborales entre Navantia y los trabajadores está caducado y en proceso de renovación. Una de las consecuencias es que, mientras tanto, la plantilla no hace horas extraordinarias.
La firma del nuevo documento, que se denomina II Convenio Colectivo Intercentros, contemplaría la necesidad de incorporar toda la mano de obra necesaria para cumplir en plazo los pedidos.
Solo siete blindados 8×8 Dragón
El otro programa de sistemas de armas encallado en el tiempo y que suscita la preocupación de la ministra Robles, corresponde al suministro de los nuevos vehículos de combate sobre ruedas (VCR) Dragón, un blindado de ocho ruedas con tracción en todas ellas destinado a las necesidades del Ejército de Tierra.
Su fabricación comenzó a pergeñarse en 2007, se acordó en 2018 y finalmente fue suscrita en 2020 por el Ministerio de Defensa con Tess Defence, un consorcio que integran las empresas armamentísticas españolas Escribano, Indra, Santa Bárbara Sistemas y Sapa Placencia a fin de “mantener la autonomía estratégica nacional”, según publicita el propio consorcio. El contrato ascendió a casi 2.100 millones de euros y prevé el suministro progresivo de 348 vehículos antes de 2027 y una proyección de total de 998 unidades.
Dentro del consorcio, el desarrollo del VCR 8×8 Dragón se reparte así: Santa Bárbara Sistemas suministra la plataforma y se encarga de integrarla en el vehículo; Sapa Placencia fabrica el motor y el sistema de propulsión; Indra aporta el Sistema de Misión (BMS) y la configuración electrónica del vehículo; y Escribano instala los diferentes armamentos.
Según la información disponible en la web oficial del Ejército de Tierra, los primeros cinco demostradores tecnológicos debieron haberse recibido en julio de 2019 y en 2021 haber entrado en servicio las primeras 13 unidades. Nada de eso ocurrió. Aun así, con vistas a no incrementar más la demora, el Ministerio de Defensa autorizó la fabricación en serie del vehículo, aun cuando no pudo dar el visto bueno a los prototipos. Para colmo, en febrero de 2022 Santa Bárbara Sistemas despidió al 10% de su plantilla, 21 trabajadores pertenecientes a la línea de ensamblaje y montaje de los vehículos.
En diciembre de ese año se entregaron las primeras siete unidades del vehículo en su versión para zapadores. Pero en abril de 2023, la Audiencia Nacional falló sancionar a Indra, Santa Bárbara Sistemas y Sapa Placencia por los daños y perjuicios ocasionados al Ministerio de Defensa a causa de los retrasos acumulados en la entrega de los primeros prototipos con diferentes configuraciones.
La situación contrasta con la celeridad con la que el Gobierno español entrega diversos armamentos a Ucrania, aun cuando es necesario su previo reacondicionamiento, como es el caso de los tanques Leopard. En 2024, España acordó la entrega a Kiev de armas de fabricación extranjera y nacional por valor de 1.129 millones de euros.
Críticas de la oposición
En junio, las formaciones Vox y Partido Popular (PP) unieron fuerzas en el Congreso de los Diputados para presentar una proposición no de ley (PNL) mediante la que exigieron acelerar la producción de estos blindados.
El portavoz del PP en la Comisión de Defensa, Agustín Conde, aseguró que una de las causas de los retrasos es precisamente la autorización para fabricarlos en serie, habiendo prescindido de los prototipos sobre los que se estudian los posibles fallos. Desde Vox aseguraron que los “continuos retrasos y reprogramaciones” han encarecido el presupuesto inicial en 420 millones de euros más.
El proceso de elección de las empresas responsables de la fabricación del VCR Dragón también fue señalado. Se realizó con irregularidades y “a dedo”, afirmó Conde, que vertió sospechas sobre la inclusión en el consorcio de Escribano Mechanical & Engineering en el último momento.
“Apareció una cuarta compañía sin que nadie supiera ni cómo ni por qué. Una firma que no tenía la más mínima experiencia en la fabricación de torres de 30 mm, resultó ser la adjudicataria de ese subsistema dentro del vehículo”, dijo Conde.
¿Tan importantes son para España?
Los VCR 8×8 Dragón sustituirán a los blindados ligeros BMR, ya obsoletos. Además, la eficacia de los BMR quedó en entredicho en 2007, cuando seis militares españoles del contingente de fuerzas de paz de la ONU en Líbano murieron por la explosión de una mina al paso de su vehículo sobre ella.
Además, los Dragón están llamados a vertebrar el programa Fuerza 35 del Ejército de Tierra, una transformación de sus posibilidades en virtud de la elevada potencia de fuego del vehículo (porta un cañón de 30 mm, un lanzador de misiles Spike y una ametralladora de 7,62 mm) y de sus capacidades de “conciencia situacional”. Tal conciencia de situación en el campo de operaciones la aporta el sistema de misión adosado, fuertemente digitalizado y producido íntegramente en España en aras de la soberanía nacional en materia de defensa.
Como resultado, el vehículo aporta información táctica producto de la capacidad de análisis de datos de los equipos de a bordo, entre los que destaca el BMS o sistema de gestión en campo de batalla. Con sus evaluaciones en tiempo real, el mando del vehículo puede adoptar decisiones rápidas.
El Busness de las Armas es mas que turbio, personalmente prefiero los tractores a los tanques, mucho mas baratos y productivos, ademas de costar un paston el armamento resulta que luego lo regalamos para que maten rusos, un escandalo mas.
https://elpais.com/espana/2024-05-27/espana-suministrara-armas-a-ucrania-por-valor-de-1100-millones-una-ayuda-militar-sin-precedentes.html
Estamos vendidos como con Fernando VII, con un agravante: Esta vez ya tenemos al enemigo en casa…
¿Es la fábrica de armas?
El submarino que mandaron ayer, de color bien, pero no flota.
Lo echamos al fondo del mar después de comer y todavía no ha subido.