El Gobierno empeora su previsión de paro hasta 2026 por el alza de la inmigración
La revisión del PIB llevada a cabo por el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha llevado al Gobierno a actualizar sus previsiones económicas y situar el crecimiento del año en curso en el 2,7%, lo que supera en tres décimas a lo previsto en verano y a la vez se sitúa ligeramente por debajo del 2,8% anticipado por el Banco de España y la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF). En cambio, el repaso deja una sombra en términos de empleo al proyectar una reducción de la tasa de paro más moderada que la anunciada en julio. El ministerio de Carlos Cuerpo cree que el desempleo cerrará el año en un 11,2%, frente al 11,1% avanzado.
Fuentes próximas al Ministerio de Economía, Comercio y Empresa hacen referencia a que la llegada de inmigrantes y su incorporación al mercado de trabajo ha superado las expectativas para este 2024. Esto significa que se incrementa la población activa (el número total de personas en edad de trabajar que cuentan con un empleo o buscan uno de forma activa) y el aumento del denominador hace que la reducción de la tasa de paro sea una tarea más difícil. Por ello, el Ejecutivo ha empeorado una décima la previsión del desempleo para 2024 (11,2%), 2025 (10,3%) y 2026 (9,7%).
El Ejecutivo admite las dificultades de anticipar cómo se comportarán los flujos de migración en los próximos ejercicios, si bien, las mismas fuentes hacen referencia a que la evolución de la economía será el elemento más determinante, de forma que por cada punto que crezca el PIB esperan un incremento semejante del empleo. “Esperamos que se siga con un ritmo en torno a la creación de 500.000 ocupados al año de tal forma que en el año 2025 alcanzaríamos la cifra de los 22 millones de ocupados, pese a asumir un incremento en la tasa de actividad” explicó Cuerpo en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros en la que no hacía mención a esta revisión a la baja.
“Vamos a ver como esto se traslada también de manera progresiva a una reducción de la tasa de desempleo estructural, que es fundamental para que tengamos una buena situación sostenida del mercado de trabajo y que no sea puntual como sucedió en 2008” añadió. Lo cierto es que el Gobierno mantiene su confianza en que la tasa de paro se sitúe por debajo del 10% en dos años, como defendió en el Programa de Estabilidad 2023 – 2026 enviado a Bruselas en abril de 2023 con Nadia Calviño al frente de la cartera de Asuntos Económicos. Si bien, la referencia del 8% recuperada por el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, como sinónimo del pleno empleo en la última campaña electoral para las generales queda lejos.
El Banco de España rebajaba este optimismo del Gobierno en el informe trimestral publicado en septiembre, en el que advertía que la creación de empleo “se prolongará a lo largo del horizonte de proyección [hasta 2026], aunque a un ritmo inferior al de los últimos trimestres” de 1,8% en 2024, 1,7% en 2025 y un 1,1% en 2026. Existe una diferencia importante entre estas cifras y las presentadas este martes por el Gobierno, en las que se apuntaba a unos crecimientos del 2,6%, 2,5% y 2,2%, respectivamente, para el número de ocupados. Al tiempo que tanto este organismo como Fedea y BBVA Research han alertado de una ralentización del empleo en los meses de julio y agosto, a la espera de conocer el dato de septiembre.
La autoridad de supervisión bancaria, ahora controlada por el exministro José Luis Escrivá, también espera una reducción progresiva de la tasa de paro. No obstante, advertía en el mismo documento que “la intensidad se verá limitada por la moderación proyectada en el ritmo de creación de empleo y por el notable dinamismo previsto para la población activa -debido a unos flujos de inmigración relativamente elevados” señalaba. Si bien, estos fenómenos se verían acompañados por otro proceso que es el progresivo envejecimiento de la población activa que podría afectar a la productividad de la economía mientras sigue sin resolverse el problema de vacantes al que aluden las organizaciones empresariales.
A poco más de tres meses del cierre del año y con la cifra de 21 millones de trabajadores afianzada, según la Encuesta de Población Activa (EPA), el Gobierno también proyecta una evolución positiva de los salarios que superaría a la del IPC y ,por tanto, consolidaría la recuperación de poder adquisitivo que se ha comenzado a atisbar una vez superado el ciclo de la pandemia y los efectos económicos de la guerra de Ucrania. Economía cree que el 2024 cerrará con un incremento medio de los precios del 2,9% interanual, al tiempo que los salarios se elevarán un 4% (un punto por encima de lo acordado por patronal y sindicatos); mientras que ambas variables guardarán una distancia de un punto en 2025 y de 0,8 puntos en 2026.