Deporte y apuestas: el tándem perfecto
A estas alturas de “partida” no vamos a descubrir el Santo Grial al afirmar que existen pocas emociones equiparables a las vividas al seguir a nuestro equipo deportivo favorito, ¿verdad? Y es que, como suele decirse comunmente, el deporte mueve montañas. No obstante, si existe otra práctica que logre liberar la misma dosis de adrenalina en nuestro organismo ese es el arte de apostar. Entonces, ¿qué pasaría si juntáramos ambas aficiones? No te preocupes, te lo contamos a pie de párrafo.
Orígenes de las apuestas deportivas
Hoy en día resulta tremendamente sencillo comprobar el impacto del mundo de las apuestas dentro del ámbito deportivo, basta con hacer clic en algunas de las mejores y más relevantes casas de apuestas para comprobarlo. No obstante, a pesar del boom actual (favorecido por las nuevas tecnologías), las apuestas deportivas llevan acompañándonos mucho tiempo. Y es que, como ha quedado perfectamente documentado, hace más de 1000 años la civilización griega ya apostaba en algunas de sus disciplinas más destacadas. Algo que posteriormente el Imperio Romano heredó hasta convertirlo en todo un negocio dentro de sus propios circos.
Cuestión de cifras
La perfecta simbiosis entre deporte y apuestas es algo más que papable a casi todos los niveles. Y el económico no iba a suponer una excepción. No en vano, los expertos apuntan a que de aquí a 2024 dicho mercado superará con creces, y hablamos de cifras globales, los 200 mil millones de dólares. ¡Ahí es nada! Las nuevas tecnologías, la supresión de las barreras geográficas, el auge de multitud de deportes de masas o el aumento de los patrocionios son algunas de las principales, y más significativas, razones de dicha explosión.
Nos encontramos ante un cambio de paradigma que tiene, y entiende, a las excelentes cifras alcanzadas por el Mundial de Qatar 2022 como uno de sus últimos puntales de referencia. Tal es la magnitud de este crecimiento sostenido que el sector de las apuestas comienza a tener el suficiente poder como para hacer que determinadas prácticas deportivas se amolden, hasta cierto punto, a las necesidades del propio mundo de las apuestas. Y ya os adelantamos que no se trata de un asunto baladí. Algo, por otro lado, especialmente palpable en mastodónticos mercados como el europeo o el latinoamericano.
Todo un subidón de adrenalina
La emoción por el deporte y la emoción por apostar llevan siglos yendo de la mano. No en vano, se trata de dos sensaciones que guardan multitud de paralelismos. En ambos casos, y existen un gran número de estudios que lo corroboran, se trata de experiencias que logran liberar grandes dósis de adrenalina en respuesta a la montaña rusa de emociones que logran generar. Por si fuera poco, el propio ser humano ha sido el encargado de estrechar el lazo que une apuestas y prácticas deportivas. No en vano, hablamos de dos formas de ocio y entretenimiento que logran complementarse, y hasta cierto punto fusionarse, a la perfección. Disfrutar de nuestro deporte favorito mientras intentamos ganar, por el camino, algo de dinero. Suena bien, ¿Verdad?