Las masacres por las que no hubo sanciones
Mario Lozano Crespo.- Dicen que la Historia la escriben los vencedores. Bueno, al menos la Historia del poder, y del poder económico yo creo que sí.
Hoy observamos cómo los medios al uso crean y moldean opiniones, tendencias y…sanciones económico-financieras, al rebufo de esas opiniones.
Han cortado los medios de comunicación de Rusia, pero millones de personas opinan sobre Putin como si lo conocieran de toda la vida, y del ejército ruso dicen que es una chapuza, cuyos resultados de chirigota, sin embargo, son merecedores de las sanciones más duras que haya sufrido nación alguna, tanto es así que van a salpicar a casi todo el Planeta. Se trata del Ejército de Pepe Gotera y Otilio, pero sus acciones son ya merecedoras de borrar económicamente de la Tierra a Rusia sin importar que toda Europa se vaya a freír monas también, España a la cabeza desde luego.
¿Cuánto de barbarie real ha ocasionado en dos semanas de guerra el ejército ruso? Veamos unos pocos ejemplos de lo que el bando contrario ha ocasionado, sucesos reconocidos de sobra por la Historia mundial, y juzguen ustedes.
– COLONIA (Alemania): Solo quedó en pie milagrosamente la catedral. Totalmente destruida, Sufrió 262 incursiones de bombarderos de la Royal Air Force (RAF). En un solo día llegó a haber más de 1.000 aviones en la “Operación Millenium”, miles de muertos.
– CAEN (Francia): Bombardeada el 7 de julio de 1944 por la RAF, destruida casi totalmente y sólo para acabar con un puñado de defensores alemanes tras el desembarco de Normandía, 460 bombarderos que arrojaron 2.500 toneladas de bombas, en sólo hora y media murieron 400 civiles franceses que no habían podido ser evacuados.
– LEIPZIG (Alemania): Destruida casi totalmente, En sólo dos ocasiones: 4-12-1943 y 20-2-1944 se abatieron sobre la ciudad 1.142 bombarderos aliados (USA-Ingaterra), que arrojaron 3.700 toneladas de bombas, 2.770 muertos y más de 140.000 personas sin hogar.
– HAMBURGO (Alemania): 24 de julio de 1943. El mayor bombardeo urbano hasta entonces, que arrasó la urbe y causó 40.000 víctimas civiles y un millón de desplazados. A cargo de las fuerzas aéreas de Reino Unido, con apoyo de EE UU, “Operación Gomorra” A medianoche los aviones británicos descargaron 2.300 toneladas de bombas incendiarias. Un criminal bombardeo que causó un fenómeno imprevisto: las zonas que ya ardían seguían siendo machacadas una y otra vez con más bombas, de manera que la temperatura se elevó descomunalmente. Los bomberos no podían sofocarlas y el tiempo seco y caluroso hizo el resto. El aire supercaliente lanzó corrientes de fuego de 240 kilómetros por hora, a temperaturas de 800 ºC, y desató un gigantesco tornado de fuego. Es lo que se conoce como feuersturm o tormenta de fuego. Las llamaradas se elevaban varios metros. El petróleo derramado incendió los canales. El asfalto se derritió. La falta de oxígeno y el fuego acabaron con muchos de los que intentaron alcanzar los refugios antiaéreos. La mayoría de víctimas del ataque pereció esa noche infernal.
– DRESDE (Alemania): Se califica este bombardeo y destrucción como superior al de Hirosima, es el mayor de la Historia en bombas no atómicas y junto con Hirosima y Nagasaki los tres ejemplos más evidentes y reconocidos de bombardeo puramente psicológico, ya que no había interés estratégico alguno.
En febrero de 1945, la ciudad alemana de Dresde fue arrasada. Entre los días 13 y 14, cientos de bombarderos angloamericanos convirtieron la hermosa capital de Sajonia en un humeante montón de ruinas. Los relatos de los supervivientes estremecen. “¡Todo Dresde era un infierno! –diría Gerhard Kühnemud, entonces de 15 años–.
En las calles la gente vagaba, impotente”. Según apuntó el también adolescente Wolfgang Paul, “en las praderas junto al Elba, decenas de miles de personas abarrotan la poca tierra libre del fuego: muertos y heridos, personas que rezan y dementes”.
Billy Pilgrim, álter ego del escritor norteamericano Kurt Vonnegut, que fue prisionero de los alemanes, cuenta: “Encontramos por doquier una especie de troncos abrasados que eran los restos de las personas calcinadas bajo la tormenta de fuego… Dresde parecía un paisaje lunar. No quedaba nada”. El teniente Frank Musgrave, tripulante de uno de los bombarderos, dijo tras un vuelo posterior: “Veíamos una escala de destrucción sin precedente histórico”.
El británico Richard Stokes, diputado laborista, llegó a preguntar en la Cámara de los Comunes: “¿El bombardeo de terror forma parte de la política del gobierno?”. Y, sin embargo, los informes aliados de posguerra pasaron de puntillas sobre la operación. La voluminosa Historia oficial de la USAAF dedicó solo 18 líneas de contenido técnico al bombardeo. Ya el propio Churchill: había manifestado: “Bombardearemos Alemania de día y de noche (…).” La autoría del espantoso crimen se ha atribuido desde el principio sin que se haya desmentido a las fuerzas británicas, la RAF, concretamente al Comando de Bombardeo de la RAF del belicoso sir Arthur Harris, apodado “Carnicero Harris”, el propósito, era minar la moral de la población alemana.
Las bombas incendiarias como la “tormenta de fuego” sobre Hamburgo daba lugar a una serie de incendios que, al unirse, formaban una gran masa ardiente imposible de combatir. La temperatura podía alcanzar los mil grados, y se generaba un frente de aire que cocía literalmente los pulmones de quienes se hallaran a su paso. A los escasos supervivientes solo les quedaba monóxido de carbono para respirar.
En 1945 a la población de Dresde se habían sumado cientos de miles de refugiados del este del Reich. Huían del avance del Ejército Rojo, y estaban llegando de todas las formas posibles: en tren, carreta o a pie, los hospitales y los centros asistenciales (la mayoría, colegios habilitados) estaban abarrotados. Pero Churchill, el gran Churchill tan demócrata y tan citado por cualquiera que desea quedar bien en tertulias y artículos, quería mostrar a Stalin la capacidad destructiva de las armas anglo-americanas. Durante días se cruzaron informes y preguntas. En uno de ellos, el jefe del Estado Mayor del Aire, sir Charles Portal, concluía: “Se podría provocar una inmensa devastación si el ataque se concentrara en una gran ciudad que no fuese Berlín, y el efecto sería especialmente profundo si fuera una ciudad hasta ahora intacta”. Poco después, el ministro del Aire, sir Archibald Sinclair, añadió que los mejores objetivos serían Berlín, Dresde, Leipzig o Chemnitz.
A causa del mal tiempo sobre Berlín, eligieron la siguiente en la lista: Dresde, así que 244 cuatrimotores Lancaster despegaron de varios aeródromos en Lincolnshire, en la costa oriental inglesa. Cada uno cargaba 7.000 kg de bombas. Los alemanes no podían ni imaginar que los aliados pudiera elegirla como objetivo. Ni un reflector, ni una batería antiaérea ni un caza alemán se opusieron a los bombarderos.
Pronto las salidas de muchos refugios se vieron obstruidas por los destrozos, y sus ocupantes se asfixiaron. El calor resultaba insoportable. Como cuenta el canadiense Douglas Hicks: “El cielo está iluminado por el horrendo infierno de la tierra”.
A la 1.25, una segunda oleada de 525 Lancasters, el doble que la anterior, lanzó sus bombas desde mayor altura, dado que el humo impedía descender. Al comprobar que el centro se hallaba destruido, los aparatos soltaron sus proyectiles sobre zonas no afectadas, en algunas de las cuales se agrupaban los supervivientes, envueltos en mantas húmedas y con pañuelos en la boca para respirar. Fue una masacre. Muchos se lanzaron a los depósitos de agua para huir del fuego, pero la mayoría se ahogó, cuando no se coció. Hasta el asfalto llegó a derretirse.
Aún quedaba la tercera oleada, esta vez a cargo de 311 B-17 de la USAAF, llegó poco después del mediodía. Pero sus bombas, al caer sobre ruinas, causaron ya escasos daños. Y todavía sufriría aún otro ataque el día 15 a manos de 210 B-17 de la fuerza aérea estadounidense que, al no poder bombardear la planta de oxigenación de Böhlen por el mal tiempo, dejaron caer su carga sobre la martirizada ciudad.
Habían sido arrasados 15 kilómetros cuadrados de zona urbana; 176.000 viviendas, destruidas o dañadas. La mayor parte de la Ciudad Vieja ardió por completo. Durante días cayó una lluvia de ceniza negra que alcanzó los 35 km de distancia, y el hedor a carne en putrefacción fue notorio durante semanas. Miles de muertos ardían en pilas de hasta tres metros de altura para evitar epidemias.
Fueron tantos los desaparecidos y los volatilizados que no sabremos nunca la cifra exacta, según un informe policial alemán fueron 202.040 muertos. Pero dicen los anglosajones que Goebbels había hinchado la cifra añadiendo un cero. Sin embargo, el historiador revisionista David Irving los situó entre los 135.000 y los 250.000.
En lo que sí coinciden todos, como dijo Noble Frankland, reputado historiador militar británico y antiguo miembro del Comando de Bombardeo, “La destrucción de Dresde fue no solo excesiva, sino, posiblemente por el momento en que ocurrió, innecesaria”.
– BERLÍN: fue objeto de 363 ataques aéreos. Fue bombardeado por el Comando de Bombarderos de la RAF entre 1940 y 1945, por la Octava Fuerza Aérea de la USAAF entre 1943 y 1945, y la Fuerza Aérea Francesa entre 1944 y 1945, como parte de la campaña aliada de bombardeo estratégico de Alemania . También fue atacado por aviones de la Fuerza Aérea Roja, en 1941 y particularmente en 1945, cuando las fuerzas soviéticas se acercaron a la ciudad. Los bombarderos británicos lanzaron 45.517 toneladas de bombas, mientras que de los aviones estadounidenses cayeron 23.000 toneladas. A medida que continuaron los bombardeos, más y más personas huyeron de la ciudad. En mayo de 1945, 1,7 millones de personas (el 40% de la población) habían huido. Al igual que en Dresde, es imposible saber el número de víctimas, pero se calcula en varias decenas de miles.
– HIROSHIMA: De todos conocido. No necesita mayor explicación: 120.000 muertos y 130.000 heridos tan sólo en un instante y con una sola bomba.
– NAGASAKI: Otro caso bien conocido. Gracias a que la única bomba erró el objetivo y cayó a un costado del valle de Urakami, ¡sólo causó 35.000 muertos! Y junto con Hiroshima, los efectos de la radiación causaron otros tantos cientos de miles a lo largo de los años.
– BELGRADO: 1999: La guerra fue iniciada unilateralmente por la OTAN, sin autorización previa del Consejo de Seguridad de la ONU, por lo que desde diversos medios y colectivos se ha considerado que los bombardeos constituyeron actos de crímenes de guerra. Intelectuales como Noam Chomsky y Jean Bricmont que condenaron el ataque, manteniendo que constituyó una violación de la Carta de las Naciones Unidas. En consecuencia fue la primera vez que la OTAN utilizaba la fuerza militar sin la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU.
Los bombardeos mataron a 462 soldados, 114 policías especiales, entre 1.200 y 5.700 civiles yugoslavos y tres periodistas chinos.
Serbia fue arrasada por 1.000 aviones de la OTAN durante tres meses.
– BAGDAD: 1991. 4 de febrero: Reactores, posiblemente británicos, destruyen un puente repleto de transeúntes en Nasiriya causando 47 muertos civiles y 102 heridos.
13 de febrero: Dos misiles estadounidenses guiados por láser destruyen el refugio antiaéreo civil de Amariya en Bagdad, causando más de 400 víctimas.
14 de febrero: bombarderos británicos atacan un puente de autopista en Faluya, pero fallan el objetivo y alcanzan un bloque de apartamentos y un mercado lleno de civiles, causando docenas de muertos.
La coalición disparó entre 320 y 800 toneladas de uranio empobrecido. Entre 1994 y 2003, el número de defectos de nacimiento por cada 1.000 nacidos vivos en el hospital de maternidad de Basora se multiplicó por 17, pasando de 1,37 a 23 en el mismo hospital. En 2004, Irak tenía las tasas más altas de leucemia y linfoma del mundo.
La destrucción de centrales hidroeléctricas y de otro tipo provocó la aparición de epidemias de gastroenteritis, cólera y tifus al impedir el funcionamiento de las plantas de tratamiento de agua potable y de aguas residuales. Como resultado, 100.000 civiles se vieron indirectamente afectados, mientras que la tasa de mortalidad infantil se duplicó.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) registró un fuerte aumento de los casos de cólera y fiebre tifoidea en la década de 1990. El informe de una misión de la ONU, encabezada por el subsecretario Martti Ahtisaari, enviada en marzo de 1991 para evaluar las necesidades humanitarias de Irak, describía el estado del país como “casi apocalíptico”.
Otro informe de la ONU, de 1999, subraya los efectos a largo plazo de esta campaña de bombardeos, que destruyó la mayor parte de las infraestructuras necesarias para la supervivencia de la sociedad (agua, electricidad, hospitales, etc.). Según el informe, la tasa de mortalidad en el parto pasó de 50 por 100.000 en 1989 a 117 en 1997, mientras que la tasa de mortalidad infantil (entendida como los niños menores de 5 años) aumentó durante el mismo periodo de 30 por 1.000 a más de 97 por 1.000; entre 1990 y 1994 se multiplicó por 62.
Ahí están las fotos de esas ciudades durante la II Guerra Mundial completamente arrasadas y convertidas en escombros y vuelvo a preguntarme por la causa de tanto horror gratuito. Cientos, miles de muertos en un par de horas, una noche, un sólo día.
En los pocos ejemplos referidos, toda esa inmensa destrucción y mortandad la causaron exclusivamente el tándem USA-Gran Bretaña, y ya como OTAN en los dos últimos casos. Alemania ya tuvo su Nüremberg, su cuarteamiento como nación y su muro de Berlín, pero para esos casos citados nunca hubo juicios por crímenes de guerra, ni sanciones económico-financieras, ni aislamientos internacionales ni protestas de relevancia, ni sacrificios de países adláteres para que se suiciden económicamente “por solidaridad”.
Quien controla la banca (dinero, riqueza) tiene el poder y quien tiene el poder controla la narrativa (medios).. jud..
El malo es Putin, seguirán diciendo…
Y si. Contar Irak , Yugoeslavia en Libia bombardearon Bengassi y Trípoli, y Gadaffi, apaleado y masacrado en las calles. Menudas monjas bobas están hechos estos pro OTAN. Ahora resulta que las fábricas americanas de armas son para adornar salones.
Desde las guerras napoleónicas hasta el día de hoy, la banca internacional, o sea, el sionismo, está detrás de todas y cada una de las guerras que han habido y por tanto, son los responsables de las matanzas perpetradas en dichas guerras.
Pero a estos nadie los juzgará porque lo controlan todo; ONU, OTAN, UE, TI, FMI…
Vaya repaso de historia bélica encabezada por occidente!.
Quien esté libre de Pecado que tire la primera piedra.
La ignorancia es el peor pecado que aqueja a la población occidental, otrora motor de avance de la humanidad.
La guerra se está librando en los medios de comunicación, a excepción de muy pocos; le honra a Don Armando su valentía.
Enhorabuena al autor.
Muy buen articulo.
Se ha defendido muchas veces esta comparativa entre la violencia de la actual guerra y todos los sucesos anteriores.
Saludos cordiales.
Por no hablar del genocidio filipino en tiempos de Mckinleyhttps://www.elciudadanoweb.com/otro-genocidio-olvidado-el-de-estados-unidos-sobre-filipinas-en-1899/#:~:text=El%20n%C3%BAmero%20de%20filipinos%20muertos,ser%20considerada%20como%20un%20genocidio.
Las atrocidades del pasado fueron condenadas desde el pasado hasta hoy, ahora toca hacerlo con el genocidio de Putin sobre civiles
ADMINISTRADOR: Su moral es tan laxa que me apiado de su pareja.