Por Álvaro Romero.- En Getafe hay un cerro enorme que se puede ver desde la autovía gracias a una imagen enorme de Cristo. Lo que se ve menos y pertenece al Obispado, pero es de acceso público, es una placa de Franco.

Una que el Ayuntamiento de Getafe ha pedido que se retire. «Tiene la obligación de retirarlo y de cumplir la Ley de Memoria Democrática», asegura el concejal de Más Madrid – Compromiso Con Getafe, Jesús Pérez, en relación a la negativa del Obispado.

Lo que se les olvida decir a esta información de «Público» que esa placa de Franco en la que dice: «El primer Viernes de Agosto de 1936, fue profanado y volado este monumento. (por los comunistas recordamos nosotros). FRANCISCO FRANCO CAUDILLO DE ESPAÑA ordenó la construcción del nuevo que inauguró el 25 de Junio de 1965 renovando la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús». Por eso hay esa placa, porque se les olvida decir a los de Público, que quitando esa placa lo único que queréis hacer es tapar los crímenes que cometieron los vuestros, los que gobernáis hoy, pero en ÑTV no se nos olvida que en 1936 entre otras muchas barbaridades, que queréis tapar mediante Decreto Ley fusilasteis al Sagrado Corazón de Jesús.

Para nosotros los católicos y porqué no decirlo y franquistas el «fusilamiento» y posterior destrucción del Monumento al Sagrado Corazón de Jesús simbolizó «el asesinato de Dios». Para vosotros, los de Público y Más Madrid y Podemos y demás ralea, probablemente esto fuera la justa venganza del pueblo en armas o eso que dicen de los de abajo contra los de arriba.

Hay esa placa queridos enemigos porque se reconstruyó un monumento que fue construido en 1919, analfabetos. Por Alfonso XIII y si no lo hubierais derribado, no habría una placa al «Dictador» como decís. No hubiera hecho falta idiotas. Había sido inaugurado por el rey Alfonso XIII y seguiría su placa conmemorativa idiotas.

Vuestros héroes, los milicianos decidieron destruirlo y colocaron unos gruesos cables de acero y, con ayuda de un tractor, intentaron que se viniese abajo. No lo lograron, y el cable se partió. Al día siguiente, una muchedumbre acudió desde Getafe portando pesados martillos y cinceles, con los que arremetieron en masa contra el monumento, que quedó deteriorado, pero que al final de la mañana seguía en pie. Entonces alguien propuso el método definitivo: dinamita. Se dice que, cuando finalmente voló por los aires tras introducirle las cargas explosivas, un hombre gritó: «¡Ya cayó el barbudo!». Todo muy heroico…

La cabeza decapitada de Jesucristo fue tirada por los suelos y golpeada una y otra vez. Se llamó Cerro Rojo hasta que, meses después, las tropas «fascistas», como las llamáis llegaron al escenario de la destrucción y levantaron una gran cruz blanca y la bandera española. ¡¡¡Que horror!!! ¡¡¡Una bandera española!!! Y sí, aquello lo hemos convertido en símbolo de la resistencia de la fe frente a la «barbarie». Lo mismo que los cinco frailes que custodiaban el lugar, asesinados tiempo antes por grupos de milicianos (Matasteis unos cuantos más) y que fueron convertidos en mártires.

Fijaros lo vengativos que fueron, que fuimos, los vencedores que la magna Historia de la Cruzada Española de 1940, en cuyo primer tomo se menciona la inauguración del Monumento en 1919, no se refiera a su destrucción al estudiar, con profusión de detalles, las incidencias del Alzamiento Nacional en Madrid. En la Causa General hay una mención breve y un par de fotografías aunque no las esenciales y brutales.

Y sí, porqué no decirlo, admiramos al hombre de la placa porque reconstruyó el monumento y libró a España de una cruel y sanguinaria dictadura de corte soviético que estaríamos hoy todavía padeciendo y si la quitáis, que lo haréis, no podréis evitar que la gente le siga admirando y recordando, cada vez más.

Fuente: http://ntvespana.com/