El Real Madrid se impone al Barça y gana la quinta Supercopa de baloncesto consecutiva con un Tavares de récord
De la Liga a la Supercopa, tres meses de diferencia, el mismo color, el blanco, aunque ahora con un final mucho más incierto, porque hubo que exprimir el desenlace hasta la prórroga (89-83). Quinta victoria consecutiva en este torneo, algo inédito, para un Madrid que domina el palmarés con nueve conquistas por seis del Barça, pero que hasta 2012 no había visto el título casi ni en fotografía. Desde ese año, han caído ocho al zurrón. El de este lo desniveló en el tramo vital un gigantesco Tavares, aún más imponente tras la eliminación de Vesely por cinco faltas. El MVP acabó con 24 puntos (7 de 11 de dos y un fantástico 10 de 11 desde la personal) más 12 rebotes y 5 tapones para 40 de valoración, récord histórico del torneo (34 Tyrese Rice en 2016). A su lado, Musa con 19 tantos y gran generador del equipo, Deck con 15 y decisiva presencia en pista (+23) incluido su cara a cara atrás con los bases y las rachas vitales de Llull, la del tercer cuarto obró la remontada con un 15-0 para dilapidar el +12 culé: 33-45.
El héroe caído fue Laprovittola, que estableció la mejor marca de asistencias de la competición con 14, muchas de ellas para Sanli, que se fue hasta los 21 con un comienzo fulgurante para acabar viendo cómo la gloria abrazaba a Tavares. La derrota azulgrana quizá sea menos amarga, no tenía a Mirotic y prescindió e Higgins por estar lejos aún de su mejor versión. Vamos, que tiene margen de crecimiento. El Madrid, claro, también.
La puesta en escena nos dejó el acelerón de Sanli, autor de los 11 primeros puntos del Barça. Gran demarraje el suyo frente a Tavares y, sobre todo, del mago Laprovittola, que era el que generaba ventajas, el que maduraba la defensa blanca para que el turco encontrara un resquicio y recibiera en posición franca frente al gigante merengue. Hasta cuatro asistencias del base argentino en el primer cuarto. El Madrid dominaba la parcela física, con Musa de base en lugar del lesionado Hanga respecto al quinteto de la semifinal y con hasta 8 rebotes ofensivos de salida, pero Tavares tampoco batía a Sanli en la otra canasta. Entre los dos equipos se repartían diez pérdidas, demasiadas, aunque no tantas para ser septiembre. Del 17-15 del acto inicial al 29-37 del descanso.
Los azulgranas habían sujetado las bolas extraviadas siendo mucho más verticales, incluso con algún saque rápido desde su campo, como permite la nueva normativa (ahora los árbitros no tocan el balón siempre que no deban señalizar algo a la mesa), mientras que el Real caía en una espesura total. Apenas una docena de tantos en el segundo parcial, la mitad de Musa, mientras que Llull forzaba y fallaba en exceso (1 de 7 en ese tramo). Yabusele no había asomado, tampoco Deck, que coincidía en pista con Hezonja para poder hacer los dos de tres y cuatro combinándose. A los de Chus Mateo les faltaba claridad y algo de genio, sin cometer una sola personal hasta el segundo cuarto, y fue Deck el que hizo las dos primeras. Y le faltaba puntería, lo de siempre: meter o no meter. Y no acertaba nada de tres: 1 de 9 al descanso.
En el Barcelona, bien Abrines, Kalinic y Vesely, y rompedor Kuric, con tres aciertos (dos triples). Más fluido y más veloz hasta el intermedio e incluso poco después, cuando Sanli pegó su segundo esprint. Otras tres dianas y +12 para el Barça, que amagaba con romper la final (33-45). Quedaban 17 minutos y, sobre todo, quedaba el Madrid enfrente. Si el año pasado fueron 19 puntos los que remontaron, esta vez la ventaja culé de 12 ya se había esfumado al final del tercer periodo. Lapro ponía el 40-49 a 3:57 de la bocina y de ahí en adelante, un ciclón: 15-0. Kuric fallaba y luego dudaba, y los errores daban alas al adversario, y a Llull, que encadenó dos triples y añadió un tercero para hacer volar la tortilla y ponerla en la sartén del otro lado. El Increíble ponía en pie a la grada, de mayoría madridista. Y Rudy, antes de lesionarse la muñeca derecha, elevaba el 58-51. El Barça no estaba muerto, Sanli, un robo de Jokubatis, Kuric… y final incierto.
Funambulismo, alambre puro y duro para empezar la campaña, hasta el último segundo. Del empate a 59, al 69-69 del último minuto y al 71 iguales a falta de 15 segundos. En Deck cayó la responsabilidad del ataque, esperó demasiado y casi sin tiempo recibió el doble marcaje que le forzó a un triple lejano. Prórroga y mismo guion, ahora ya con Vesely eliminado, Tavares se hizo gigante y se desquitó de todo lo que le había hecho sufrir Sanli. La prórroga fue suya, 6 puntos y 2 tapones para redondear una tarjeta alucinante. Y Deck remató con rebotes y desde la personal. Jokubatis le había echado un capote a un enorme Lapro, pero él solo no pudo. Igualó a 81 y marró el triple a falta de 26 segundos que hubiera puesto a los suyos por delante. Deck a la línea para ponerle el lazo al trofeo. Chus Mateo se estrena con buen pie, apenas un pasito, esto es muy largo. Lo sabe Jasikevicius, lo aprendió el curso pasado. Lo saben todos.