Compare y juzgue.

Julia Navarro.- Se veía venir. AD ya había avisado de que la celebración al aire libre, entre turistas y viandantes en el Muelle Uno de Málaga, del acto de presentación de la candidatura de Macarena Olona para las elecciones al Parlamento de Andalucía del 19-J era un indicativo de la pérdida de fuelle de Vox. Y es que ayer viernes, fuera de horario laboral, el partido verde solo fue capaz de congregar a poco más de 500 personas, bien apiladas y juntitas para intentar dar la sensación de masivo respaldo popular.

Por poner las cosas en perspectiva, en el mitin celebrado en 2019 –cara a las elecciones generales del 10-N– en el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga, que contó como único protagonista con Santiago Abascal, se alcanzó una asistencia cercana a las 8.000 personas. Ayer no solo acudía Olona, sino que contaba con el respaldo y las intervenciones de Abascal, el líder nacional y Javier Ortega Smith, el secretario general; así como la compañía de los siete cabezas de lista y buena parte de los integrantes de las candidaturas del resto de provincias junto a sus familias. Entre los asistentes figuraba el ex presidente provincial de Vox, José Enrique Lara, muy criticada por muchos de las personas que fueron de su confianza. “AD no se equivocó con sus críticas a Lara”, “vale más morir de pie que vivir de una forma tan indigna”, “tiene menos vergüenza que el que pide siempre las claves del wifi”… fueron algunas de las críticas lanzadas contra Lara en grupos de WhatsApp vinculados al partido.

Es decir, que llevando la artillería más potente de la formación nacionalpopulista, esta ha obtenido un respaldo popular al menos 10 veces inferior al que consiguió en 2019. Los motivos de esta caída pueden ser diversos, pero empezando por lo que atañe a lo más vinculado a los comicios andaluces, no es de extrañar que las perspectivas electorales de Vox se hayan visto truncadas habida cuenta del tipo de campaña que está haciendo Olona, basada en la crispación, el populismo y la provocación constantes, pero nada más.

¿Quién lo ha visto y quién lo ve? José Enrique Lara, con la mirada perdida, ayer en el mitin.

De ello se está dando cuenta el electorado. Y es que resulta paradójico que toda una abogada del Estado sea incapaz, junto a su equipo, de hacer una campaña que, más allá del estilo broncoso de Vox, se base también en propuestas concretas y proyectos realizables para Andalucía recogidos en un programa electoral serio más allá de maximalismos y grandilocuencias genéricas que mucha gente de a pie no presta atención.

Olona, que no es andaluza, se está dedicando a crear un personaje para tratar de enmascarar esta circunstancia. Pero lo está haciendo con un estilo infantiloide y basado en los chascarrillos; quizás piense que, como los andaluces tienen la fama de gustarle el cachondeo y de que tienen mucho arte, que esa es la forma de vivir constante y habitual de los ciudadanos de esta tierra.

Aunque quizás ella no lo crea, la grandísima mayoría de los andaluces son serios buena parte del día, en el que cumplen con sus obligaciones laborales, fiscales y familiares. Y, por lo tanto, también votan opciones políticas que hacen propuestas serias y concretas más allá de las gracietas de turno en las que Olona está cayendo día a día, en los que emplea expresiones y guiños en redes sociales como una adolescente que quiere llamar la atención.

Con esta forma de proceder, Macarena de Salobreña está convirtiéndose en una caricatura del artificial personaje que está tratando de crear para estas elecciones regionales. Ayer, frente a ese escaso público de 500 asistentes, volvió a utilizar expresiones que rozaban el ridículo intelectual y nada de propuestas serias y concretas. Ortega Smith y Abascal cayeron en lo mismo, con el habitual estilo frentista e incendiario.

Así, Vox nunca será tomado en serio como una alternativa de gobierno, que fundamentalmente lo que tiene que hacer es más gestión y menos populismo barato. El liderazgo de la formación verde está basado en cuatro endiosados, pero no en equipos de personas preparadas para afrontar la responsabilidad de velar por los intereses de Andalucía. Nada más que hay que echar un vistazo a los tres primeros puestos de la candidatura por Málaga al Parlamento de Andalucía, con tres bachilleres como son el presidente provincial Antonio Sevilla, la formadora de formadores Purificación Fernández y el vicesecretario de organización Antonio Luna.

En la imagen torrentiana, algunos cargos de Vox en Málaga.

La afiliación en la provincia de Málaga se ha quedado en un tercio o menos de lo que era antes por haberse dado cuenta de que Vox no representa para nada un modelo de excelencia con los más preparados, sino todo lo contrario. Nada más que hay que ver cómo en estos días excargos y exmilitantes están pidiendo el voto para el presidente Juanma Moreno y su candidatura, la cual, aparte de estar repleta de personas con preparación y experiencia, basa su campaña en hacer propuestas positivas y concretas para Andalucía. Y eso es lo que, con buen criterio, pide la mayoría del electorado.

La nota folclórica la puso Vox España al cifrar en más de 3.000 los asistentes, lo que ha sido causa de jocosidad. “Si empiezan mintiendo a los suyos, ¿se puede esperar que le digan la verdad a los demás?”, se preguntó un ex alto cargo del partido, hoy en la órbita del PP, frente al “habemos mucho” que hubiese dicho la licenciada Purificación Fernández, la candidata número 2 del partido verde.