Quedan apenas 10 días para que PP y Vox cierren un acuerdo que permita a Castilla y León tener un gobierno de coalición que luche contra la ideología de género, defienda la familia y garantice la presunción de inocencia; o por el contrario pactar otro que promueva la ideología de género en los colegios, que apruebe una ley LGTBI y que blinde la ley de Violencia de Género.

Estas son las verdaderas cuestiones que tiene que negociar Vox con el PP. Estas son las líneas rojas en las que no puede ceder Vox o de hacerlo se convertirá en un PP 2.

En el resto de asuntos (económicos, políticos, sociales, etc.) es más fácil llegar a acuerdos, pero dónde no quiere ceder ni un ápice el PP es en su defensa de la agenda 2030, de la ideología de género y la cultura LGTBI.

Vox dice ahora que no tiene líneas rojas. Que son flexibles. Sienten que no están atados a ningún compromiso, como sí hubiese ocurrido si hubiesen contestado al cuestionario de HazteOir.org. Y eso nos preocupa, y mucho.

Porque si Vox no se mantiene firme en su defensa de la familia, la libertad y la vida, y exige derogar la ley de Violencia de Género, la ley de Memoria Histórica o la futura ley LGTBI, ¿en qué se diferencian PP y Vox?

Es ahora, cuando Vox puede alcanzar el poder, cuando más necesario es mantenerse firme. Si ceden ahora, si desaprovechan esta oportunidad, luego no podrán derogar esas leyes. Por eso es fundamental presionarles ahora, mientras todavía negocian, y evitar que comentan un error tan importante…de nuevo.