AD.- Para qué nos vamos a andar con rodeos, Pablo Casado, eres un patente inútil, que no vales para nada y por eso necesitas acabar políticamente con Ayuso, porque sabes que vale infinitamente más que tú, que eres un canalla, que en la cruz llevas la penitencia. De entre todas las infamias que adornan tu penoso liderazgo, la peor de todas es la de haber ordenado que se espiara al hermano de Ayuso para enterrar su pesada sombra, aunque con ello estés privando al partido de su principal activo electoral, de uno de esos escasos líderes adorados e idolatrados hasta por la gente de otros partidos. Estoy ya convencido de que trabajas para que Abascal sea más pronto que tarde el líder de la oposición. Vox no necesita hacer ningún esfuerzo para seguir subiendo. Ya lo haces tú por ellos. Tú eres el mejor ejemplo de la degradación de la democracia española. No podemos explicaros cómo alguien como tú, que sales de un lío y ya estás embarcado en otro, puede estar al frente del todavía segundo partido del país. Heredaste un partido y lo estás convirtiendo en una escombrera, un asco vomitivo.

Porque tú, que nunca has dado un palo al agua, que siempre has sido un chico obediente con los poderosos, que de tanto regalarte masters y títulos, has terminado odiando la meritocracia, y por eso has terminado rodeado de tipos banales y mediocres. El problema es que cada vez tienes menos autoridad moral y por eso estás dando el pistoletazo de salida a la frustración de los militantes del PP, los que quedan, los que aún no se han ido a Vox, que te llevarán por delante, como a todos los falsarios. Tú el más falsario de todos, líder de opereta. Has engañado a mucha gente, durante demasiado tiempo, pero no se puede engañar a toda la gente todo el tiempo. El que nace lechón, muere cochino.

Santiago Abascal tiene que estar encantado de tener a un tonto al frente del PP trabajando día y noche por robustecer las expectativas de Vox. Lanzaste un órdago a lo grande en Castilla y León sin tener buenas cartas. Y has perdido una vez más. Has llevado a tu partido a un callejón sin salida y al pobre Juanma Moreno lo estás dejando sin apenas pertrechos para guarecerse de la artillería pesada de socialistas y voxeros que se le viene encima. En realidad no es algo extraño. Eres un personaje tóxico que lo enmierda todo. Por eso Ayuso, desde que te caló bien, ha permanecido alejada de tu fétida influencia. Que se lo pregunten a Mañueco. Lo has metido en un callejón de muy difícil salida. Lo utilizaste de cobaya al servicio de tus exclusivos intereses, que no son ni serán nunca los de tu partido. Utilizaste a Mañueco para diluir el gran éxito electoral de Ayuso. Y una vez más fracasaste. Mira sino los rostros arrobados de Sánchez y de Abascal. Sobre todo el de Abascal. El de Amurrio se las promete felices teniéndote a ti haciéndoles el trabajo sucio.

Y un mensaje a los barones navegantes. Si en estos fatídicos momentos que vive el PP, eludís vuestra responsabilidad, estaréis actuando tanto o más canallescamente que el propio Pablo Casado. Ya de este canalla no podéis esperar nada bueno. Tiene una personalidad autodestructiva que nos recuerda a la de los suicidas. Casado está resuelto a suicidar al PP y, salvo que alguien lo evite de forma urgente, terminará lográndolo. No hay nada que hacer frente a la determinación letal del suicida, salvo quitarle de las manos el objeto mortífero.

Ya no hay excusas que justifiquen por más tiempo la inacción de los barones frente a Casado. El PP supera el error anterior con otro más grande, pierde fuelle en las encuestas, está contribuyendo a la revalorización política de Vox, un partido que en otras circunstancias no resistiría tres asaltos. Y entre tanto, los barones actúan con expresa indiferencia, como si a ellos no les fuera nada.

Debemos preguntarnos por qué nadie con peso en el PP es capaz de disuadir a Casado de su conducta autodestructiva. Salvo que haya sucumbido de antemano a las ordenanzas de alguna logia mexicana, no puede entenderse que habiéndolo tenido todo tan a mano para llegar a la Moncloa, haya seguido deliberadamente el camino equivocado.

A estas alturas no debería quedar ninguna duda de que el Partido Popular está en las manos de un perfecto inútil, de alguien que quiere destruirlo.