Vox Málaga ya ha dejado de ser católico: La Gestora dio la espalda a la procesión Magna del sábado
Desolación entre los militantes cofrades de Vox Málaga ante la ausencia de la Gestora en la procesión Magna de Málaga del pasado sábado. En total, 16 cofradías y más de 4.000 hombres de trono llenaron de fervor y religiosidad las calles de Málaga durante más de 14 horas seguidas.
Toda Málaga en la calle. Todos los partidos políticos presentes en los actos pascuales. Todos menos Vox. No fue el caso de la Plataforma Antigestora, cuyo líder, Antonio Pulido, participó como un hombre de trono más en el teaslado del sepulcro.
La que torpemente dirige el cotarro, Patricia Rueda, no parece muy inclinada a la fe católica. El problema es que siendo la que manda en Vox Málaga, no trate siquiera de simular su incredulidad. A “Barbie” nos cuesta imaginarla rezando fervorosamente una novena, vestida de mantilla y con traje negro liso. A ella le pone más Dolce & Gabbana. Pero si no ha sido arrastrada por los caminos de la religiosidad, al menos debemos exigirle que lo aparente en tanto que es ella la que mueve los hilos en la provincia, con Antonio Sevilla haciendo de monigote, de un partido que dice defender las raíces cristianas de nuestra sociedad.
Vox en Málaga ha dado la espalda a los católicos y a las tradiciones. Si algo bueno tenía Vox era precisamente su aparente defensa de esos valores cristianos innegociables, que son a modo de roca viva sobre la que se apoya el edificio, es decir el Sistema. Esos valores nada tienen que ver con la apariencia posturera como norma suprema. Gente como la de la Gestora hace que muchos votantes católicos empiecen a percibir a Vox como un desierto infecundo material y espiritualmente.
Vox Málaga siempre había defendido la Cristiandad y las tradiciones. Ese aspecto tan importante, sobre todo en la política municipal, se estaba trabajando más que bien en la etapa de José Enrique Lara, de la mano sobre todo del hasta hace ocho meses vicesecretario de Relaciones Institucionales, Javi Martín.
En una ciudad vertebrada en torno a sus cofradías y sus peñas, el partido nunca faltaba a los numerosos actos sociales que organizan cada año las entidades cofrades, casi siempre de carácter solidario o para exaltar la cultura malagueña.
Parece que el apoyo a las cofradías semanasanteras ha pasado a mejor vida con este nuevo Vox Málaga de purpurina, faldas de raso y cantamañanas disfrazados de líderes. Y no valen las excusas: este Vox es un desastre, un disparate, una forma valleinclanesca de entender la política.
Lamentable que el eficaz trabajo de acercamiento a las entidades populares de Málaga se haya venido al traste en tan poco tiempo. ¿Hasta cuándo va a permitir Santiago Abascal el daño irreparable que esta Gestora de chiste está causando al partido? Vox Málaga es solamente el juguete roto de Ortega Smith y sus inútiles intermediarios. Por eso ya ha perdido hasta el orgullo de la grandeza histórica de España, que no se entendería sin su sentido religioso.
Este Vox Málaga ya ha dejado de ser cofrade, que es la forma más malagueña de ser y sentirse católico. ¡Al infierno con ellos!
No estaban en la Magna, porque los muy ridículos estaban con los aviones, incluido el fantoche que se disfrazó de piloto, mejor que con las tradiciones malagueñas, con la sociedad de Málaga en un día tan grande.Menuda panda ridícula, son unos mamarrachos absolutos.