La insólita cuenta de un bar en el Puerto de Santa María que indigna al comensal: “¡Qué vergüenza!”
Con la relajación de las medidas restrictivas por la pandemia del coronavirus, los bares y restaurantes vuelven a ser los lugares favoritos de los españoles para su tiempo de ocio. Con la llegada del buen tiempo, muchos aprovechan estos días de calor para refrescarse en una terraza y disfrutar de la charla y compañía que proporcionan amigos y familia.
Para bares y restaurantes, esta temporada es crucial para salvar dos años marcados por el coronavirus. Aunque no siempre el cliente queda plenamente satisfecho. Es el caso de un gaditano que, este fin de semana, se llevó supuestamente una desagradable sorpresa al recibir la cuenta tras pasar un rato en un popular bar del Puerto de Santa María. Al ver el ticket, el cliente observó que debajo de la comanda de un cacique, el camarero había escrito: “Sin limón, sus muertos. Ya lo podría quita con los deo el cabrón” (“Sin limón, sus muertos. Ya lo podría quitar con los dedos, el cabrón”).
Un mensaje, probablemente en tono jocoso, que molestó y mucho al cliente. “Me ha pasado hoy uno de los momentos más bochornosos de mi vida. He pedido un cubata un cacique cola sin limón, y el camarero escribió esto en el ticket de la comanda. Que vergüenza, qué profesionales… Ahora si queréis ir, ya sabéis lo que piensan de sus clientes”, escribía en Facebook.
El resto de usuarios se han dividido al ver la factura. Algunos han criticado la “proca profesionalidad” de los trabajadores, pero otros han apelado al humor para encajar este tipo de situaciones. “¡¡¡Un poquito de humor por favor!!! En los tiempos que corren es más que necesario”, escribía uno. “Si me pasa a mí, tal y como he dicho antes, me reiría y me lo tomaría a coña”, decía otro.
NO A LAS PREGUNTAS ESTÚPIDAS
Hace unos meses se hacía viral también una cuenta que introdujo un plató extra. Todo ocurrió tras una cena en el restaurante Tom’s Diner, en la ciudad de Denver, en Estado Unidos. En la factura, se especificaba que el cliente debe abonar el importe por una cesta de pollo frito, puré de patatas y… ¡una pregunta estúpida! Y es que el local especificaba que por cada “stupid question”, el cliente debía pagar 0,38 dólares. Una manera de evitar las preguntas molestas a los camareros en momentos de mucho estrés y trabajo.