Ortega Smith y Patricia Rueda.

Claudia Jiménez Barrero.- Javier Ortega Smith y Patricia Rueda, tienen muchas cosas en común, pero la más conocida por todos en el Congreso de los Diputados, es su sintonía para ir al baño. Ya sabemos que es pura coincidencia, que los dos beben incontable agua aliñá. Como ya destapó Pablo Iglesias: “Abres las puerta de un baño y dices “hostias”… de eso no se puede hablar”.

Así que Javi y Patri, mientras esperan que se quede un aseo libre, le dan a la lengua, y ella le suplica que venga a Málaga a apoyarla (Apoyar: Poner una cosa de manera que otra la sostenga o Ayudar a que una persona consiga algo).

La Barbie, conocedora de la impopularidad de la que goza en la Costa del Sol, necesita un refuerzo para sentir la aclamación de las masas y le ruega a Javier Ortega Smith que venga a intentar frenar las corrientes que tiene en contra, de tantos afiliados desencantados con su proceder.

Javier, aún sabiendo que Patricia Rueda tiene que acudir con Rociito al Actors Studio, por su actuación similar en el Congreso, en la que clamaba entre suspiros, exhalando aire por la boca, lloriqueando sin lágrimas, como si estuviera desgarrada, porque le habían puesto el mote de Barbie, le dice que sí, que vendrá a Málaga.

Son públicas las desavenencias en el partido verde. En la actualidad hay dos facciones claramente definidas, con un resultado claramente a favor de Abascal, más de un ochenta por ciento lo apoya, un diez por ciento no se manifiesta y el otro diez por ciento apoya a Ortega Smith. Éste, ha intentado hacerse con el control de Vox en algunas provincias, en las que incluso hubo denuncia pública sobre las presuntas irregularidades en las elecciones de Jaén, Alicante y Málaga.

A Ortega Smith sólo le queda como último bastión la provincia de Málaga, y a pesar de que parezca haber sido aconsejado por su peor enemigo al poner al frente de la Gestora a Barbie Botox, no le queda otra que apoyarla.

Patricia Rueda, no ha tenido ni una actuación brillante en el Congreso, leyéndolo todo; cuando ha improvisado en la televisión y los medios, lo ha hecho con vulgarismos, coletillas usadas por gente iletrada, carente de recursos verbales, palabras ramplonas y un discurso aprendido de memoria y tan simple que para desviar la atención, sonríe con esos morros rojos, que parece que se acaba de comer un chorizo. A los mejor los chorizos también le dan sed.

Sea como fuere, este sábado acudirá a Málaga Ortega Smith con su colega Patricia Rueda y ocurrirá lo hasta ahora nunca visto en Vox. En vez de recibir como en otras provincias pedradas, ladrillazos o botellazos de los grupos radicales y violentos, les lanzarán improperios, insultos y octavillas de “gestora fuera”, sus propios afiliados.

Málaga ha sido la primera provincia de España en la que apareció la sede de Vox con pintadas de los afiliados. En los grafiti ponía “tongo” y “A dedo”. Ahora batirá de nuevo un récords: la primera pitada de las bases. Ortega Smith, ya tiene experiencia pues en una asamblea nacional de esta organización, un grupo de militantes discrepantes trataron de presentar una candidatura alternativa, y al no obtener el permiso fueron expulsados del teatro. Esta vez, es en una mesa informativa, por lo que no podrá evacuarlos, a no ser que como Fraga, diga “La calle es mía” y se rodee de escoltas. Como consejo, sería preferible tapones para los oídos.

Javier, por la noche, en el hotel vacío de Antonio Sevilla donde dormirá, consultará con la almohada cómo ha podido perder tanto fuelle y puntería desde los boinas verdes. Tal vez exhalará un largo suspiro, como su amiguita Rueda.