Llamada de socorro de la diputada Patricia Rueda al secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, uno de los pocos valedores con peso que le va quedando en la dirección nacional del partido verde. Ortega Smith visitará Málaga este sábado para sumarse a una mesa informativa de Vox Málaga y reunirse con la Gestora dirigida en la sombra por Patricia Rueda y sobre el papel por Antonio Sevilla, un mero aplaudidor y consentidor de la diputada. La visita del en teoría número 2 de Vox se inscribe en la guerra larvada que mantiene con el líder nacional del partido, Santiago Abascal. Málaga es uno de los bastiones que aún controla Smith y la creciente impopularidad de Rueda entre los afiliados no ayuda precisamente a que pueda conservarlo mucho más tiempo. Las voces críticas contra la diputada son ya un clamor. La situación recuerda cada vez más al caso de Salud Anguita en Jaén.

Concejal de Vox en el Ayuntamiento de la capital del Santo Reino y antigua coordinadora territorial del partido verde, Anguita era la mano derecha del número 2 de Vox hasta que fue fulminantemente cesada como responsable del Grupo intermunicipal de los concejales en Andalucía. A su destitución se unió la apertura de un expediente disciplinario y su posible baja como militante por espacio de cuatro años.

Las laminación política de Anguita no hizo sino agrietar aún más la relación política y personal  entre Abascal y Smith. «Ya ni se hablan», se apunta desde la sede de la calle Bambú.

La visita de Smith, anunciada a bombo y platillo por la Gestora, no ha generado precisamente euforia entre los afiliados de Vox Málaga. La interpretan, no como un respaldo a Rueda por parte de la dirección nacional, sino como la constatación de la división que existe en la dirección del partido respecto al futuro de Vox en la provincia malagueña. La oposición de los afiliados de base a la Gestora es constante. La opinión que empieza a imponerse es que Rueda es incapaz de conducir el partido orgánicamente. Su proceder no está siendo otro que laminar a los anteriores rectores de forma sistemática para eliminar cualquier posible rival que le pudiera disputar el número uno de la lista al Congreso. A cambio de su ambición personal está destrozando al partido en Málaga, que no existe en la calle ni se pronuncia sobre ningún tema que afecte a los malagueños. Todo para que Rueda pueda asegurar su escaño. Ajena al malestar de los afiliados, “Barbie” se ha rodeado de amigos, de personas sin experiencia y en muchos casos afiliadas desde hace días sólo antes de ser designadas para un cargo.

En Madrid aumenta el pesimismo sobre la capacidad de Rueda para continuar siendo la máxima responsable orgánica de Vox. Se suceden las quejas y su legión de detractores recuerda que su puesto de diputada lo debe a una elección personal y no a sus méritos políticos. En el Congreso, su papel empieza a ser irrelevante. Es la única diputada de Vox que tiene que leer sus intervenciones, ya reducidas casi exclusivamente a temas relacionados con el turismo, debido a su cortedad oratoria. Entre tanto, Vox se desangra en Málaga a borbotones.

Así las cosas, un grupo muy numeroso de afiliados entregará el sábado una carta a Ortega Smith dándole cuenta de la situación real del partido en la provincia, que no es ni de lejos la que le cuenta Rueda. No se descarta que muchos afiliados aprovechen la presencia del secretario general para exteriorizar su enfado con la marcha a ninguna parte del partido.

La situación de crisis de Vox Málaga no se soluciona con la visita de uno de sus principales dirigentes, sino convocando unas primarias y dando a los afiliados la oportunidad de allanar el camino, actualmente bacheado, de cara a las próximas elecciones autonómicas y municipales.

La mayoría de los afiliados no pone reparos a que Patricia Rueda continúe ejerciendo su cargo como diputada, pero ajena al funcionamiento interno de Vox Málaga. No les faltan razones: su incompetencia como gestora política está llevando a Vox Málaga a la ruina.